Bestia Bebé sigue raspando las guitarras como en el 2013, canciones envasadas en un frasco que siempre termina estallando contra la pared. El sello Laptra tira a la cancha Las pruebas destructivas, el nuevo y tercer disco de la banda. “No tengo dinero, no tengo trabajo, no tengo una casa limpia, pero todo mejorará”, canta Tom en “Todo mejorará“.
Una fábrica, que bien podría recordar a la tapa del disco Animals de Pink Floyd, o a cualquier pintura hiperrealista, es el arte de tapa que eligieron para este último disco los muchachos de Bestia Bebé. Explicó Tom:
“La idea de la tapa surge del título del disco. Las pruebas destructivas se hacen para medir la capacidad de un material de soportar esfuerzos, por ejemplo de dureza, compresión y esas cosas. Entonces la fábrica representa un poco eso, con un humo rojo medio de ciencia ficción, los vidrios rotos, medio vandalizada”.
“Otro villano más” es el tema que da comienzo a las pruebas destructivas, una canción que pone las guitarras en primer plano y deja sobre la mesa un parecido con el Oasis en tiempos de “The Hindu Times“.
“Son canciones que quedaron afuera de los dos discos anteriores. Son temas, en su mayoría viejos, de antes de formar la banda. No es que quedaron afuera porque no nos gustaban, por ahí no pegaban mucho con las canciones nuevas que salían en el momento. Lo que sí hicimos ahora fue re-arreglarlas y darles alguna vuelta de rosca para que suenen más actuales y con cierta coherencia entre sí. ‘El Monje’ había salido en un compilado del Mundial de Brasil y ‘El Amor Ya Va A Llegar’ en un tributo argentino a Daniel Johnston. Los dos en versiones diferentes a las que grabamos ahora. El disco lo produjo mi hermano Felipe, que demostró ser un crack y estamos muy contentos con su trabajo”.
A lo largo de los años, los discos de Bestia Bebé fueron mutando y buscando una identidad, un sonido diferente, pero todo sin olvidar la esencia de la banda donde priman las guitarras y las letras plagadas de vivencias personales. “La mayoría de las letras de Bestia Bebé son vivencias personales. Por ahí lo segundo sería mi entorno: mis amigos, mi barrio, gustos personales y eso. Siempre intentamos que cada disco tenga un sonido particular, que se diferencien entre sí. En vivo nunca cambiamos, siempre fuimos dos guitarras, bajo y batería”, comenta Tom.
“Somos 4 amigos haciendo lo que nos gusta. Hacer canciones, editar discos, tocarlas en vivo y cagarnos de risa un rato”, sentencia Tom para definir a la banda.
Algunos dicen que hay que mantener el niño interno siempre, y más en el arte, para poder seguir jugando y creando. En este caso los pibes de Boedo siguen creciendo y evolucionando, pero siempre manteniendo a su bebé interno, como una bestia.