La banda liderada por Gonzalo Zipitría pasó de ser “la banda con aires brit pop noventoso” a la banda con sonido y estilo propio, con marca registrada dentro de la escena musical uruguaya. Con un EP (2003), un disco en vivo y tres de estudio, llegaron a telonear a los Stones, Noel Gallagher y compartir, en el último disco Engañamundos, ingeniero de sonido con Babasónicos. Ahora preparan nuevo material que, según su cantante, tiene una vuelta de tuerca más en sonido y estética. Boomerang se sigue sacando etiquetas de encima y se desmarca de la escena musical uruguaya, una vez más, para reinventarse y seguir generando siempre una propuesta sonara nueva y dinámica.
Zipitría dice:
“El cambio siempre es consciente y cada vez que trabajamos en un nuevo disco tratamos de no caer en los mismos lugares. Si bien los dos primeros discos quizás son mas ‘guitarreros’, son muy distintos entre sí. Fueron producidos, grabados y concebidos de manera muy diferente. Creo que Engañamundos recupera cierta frescura que tiene Premiere, porque la banda se rearmó después de muchos cambios y fue como un empezar de cero. Ese disco para mí es como una puerta a otro lugar en nuestra obra, funciona como bisagra con la nueva música que estamos desarrollando ahora como grupo. Nos dio muchas alegrías, activó a la banda en todos los aspectos y nos llevó por todos lados: festivales, giras, abrir el show de los Stones y Noel Gallagher en Montevideo”.
Después de algunos cambios en la formación, de idas y vueltas, de discos y canciones, hoy Boomerang ya es una banda consolidada y trae en cada disco una amalgama de sonidos pulidos y con ganas de meterse en los oídos de todos. La banda pasa de las pistas de bailes al rock más guitarrero y ganchero, siempre respetando el formato canción, formato que hace que todo fluya y tenga un buen principio y un mejor final. “Somos de escuchar mucha música uruguaya y más últimamente que estamos un poco más grandes. Yo escucho los de siempre: Jaime Roos, Alfredo Zitarrosa, Mateo, El Kinto, etc”, agrega Zipitria. Y además a la lista de bandas típicas de su lugar le agrega las que también se notan en su formación y forma de tratar la canción en Boomerang: The Beatles, The Smiths y The Stone Roses.
Boomerang grabó Engañamudos con el ingeniero de sonido de Babasonicos, Gustavo Iglesias, y el nuevo trabajo también contará con el mismo productor. “Estamos trabajando en un nuevo disco, también con Gustavo, que esperamos salga este año. Lo que es seguro es que antes, en los primeros días de junio, lanzamos el primer corte que funciona como la antesala perfecta ‘al nuevo Boomerang’, porque tiene características o elementos que sobrevuelan todo lo nuevo que estamos haciendo. Muestran a la banda en un lugar distinto de composición e inspiración. Obviamente juega el hecho de tener casi 15 años tocando sin parar, haber estado trabajando mucho estos últimos años y el haber crecido como personas, indefectiblemente la música evoluciona”, cuenta Gonzalo sobre el trabajo con Gustavo Iglesias.
“Lo nuevo es muy distinto a Engañamundos de verdad. Las dinámicas entre las canciones no están tan marcadas, hay una experimentación de audio buscada para lograr algo distinto y más homogéneo. Creo que encontré una nueva forma de cantar mis canciones y que seguramente tenga que seguir desarrollando, empecé a componer de otra manera y no desde la guitarra por ejemplo. Nos gusta mucho lo que se está generando, queremos llevarlo lo más allá que se pueda. Lo que buscamos es que la música conmueva, somos defensores de que cuando uno descubre un disco tiene que ser mágico, algo estético que no pase desapercibido, por eso el cambiar de piel es algo buscado”, sumó el líder de Boomerang para explicar más un poco este nuevo disco que está próximo a lazar su primer corte.
Cuando Boomerang apareció en la escena musical lo hizo con bandas como la ya desaparecida Astroboy, banda que según su cantante se desarmó por algunos problemas económicos y porque a pesar de gozar cierta fama y reconocimiento, los números no cerraban. Pero a Boomerang estas cosas parecen no afectarle, y muchos menos ser un obstáculo para que sigan en carrera y haciendo música:
“Nunca hicimos música por la plata, si bien después de tantos años juntos es un factor a tener en cuenta porque crecés, tenés hijos o lo que sea y la banda te ocupa la mayor parte del tiempo. Hoy tenemos la suerte de poder trabajar de esto y financiar todo lo que hacemos. La mayor parte de lo que ganamos lo invertimos en la banda para poder seguir generando cosas y nos sigua entusiasmando hacerlo, es un compromiso asumido por los que integramos el grupo”.
No suena para nada pretencioso si uno quiere hacer una analogía de la carrera de Boomerang con eso que comentaba hace ya mucho tiempo atrás Friedrich Nietzsche sobre el eterno retorno: el hombre de prominentes bigotes decía que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos, los sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable. Entonces, después de releer ese pensamiento de antaño, podemos entrelazar muy fácilmente todo eso con la carrera de los chicos de Boomerang, que hacen gala de su nombre y ese mismo Boomerang los convierte en el “Eterno retorno” mencionado, y vuelven, pero quizá ellos, no para repetirse como contaba Nietzsche, si no que lo hacen para reinventarse en nuevos sonidos, pensamientos e ideas, en una infinita e incansable vuelta a la canción.