La escena del pop bailable con influencias funk se encuentra viviendo un gran momento en la Ciudad de Buenos Aires. Y dentro de esa enorme gama de artistas, encontramos no solo a músicos con un estilo muy DIY, sino también a propuestas con una estética mucho más cuidada y orientada a una alta calidad sonora, como es el caso de los chicos de Cactus de Rosa que por estos días se encuentran presentando su álbum debut, titulado Trasluz; LP de diez canciones grabado, mezclado y producido por el mítico Tweety González (a menudo llamado el cuarto Soda Stereo) entre diciembre de 2015 y junio de 2016 en El Pie Recording Studios y Twitin Records. Fue justamente en esos estudios, en los cuales hoy trabaja Matías Sznaider (guitarra y voz de Cactus de Rosa), que tuvo lugar la charla que les presentamos a continuación, en la cual conversamos con él y con Ciro Paroli (bajo) acerca de su visión del nuevo pop nacional, sus discos favoritos, y por supuesto, el proceso creativo de su álbum y el aporte de Tweety a ese compendio de canciones. Finalmente, nos contaron de sus planes futuros, así como del show que vienen preparando para presentarlo oficialmente dentro de unas semanas.
Teniendo en cuenta la amplitud y diversidad del panorama actual de la música independiente en Argentina, ¿qué piensan ustedes que los diferencia y puede hacer identificable su sonido?
Matías: Bueno, yo creo que, como mencionaste, es un momento copadísimo para un melómano porque hay una oferta muy rica. Justo hablábamos de esto con un compañero de laburo de acá del estudio porque vemos todos los días pasar por acá a artistas que hacen cosas súper interesantes y originales. Y particularmente, acerca de nuestro proyecto pienso que hay una dualidad ya que por un lado hay cierta cosa de música muy rica en detalles, con muchos matices, y por otro lado, una onda bastante pop… como que es música que es muy fácil de escuchar. Creo entonces que una persona que está escuchando la radio y por azar escucha un tema nuestro se puede enganchar con eso, pero por otra parte, una persona melómana que le gusta sentarse exclusivamente a escuchar un disco atenta a los detalles, también puede encontrar algo con calidad para engancharse… Como que nuestras canciones tienen dos lecturas diferentes: una en la que te encontrás por ejemplo con un estribillo súper cantable, pero luego a partir de ahí van apareciendo más capas. En resumen, siento que hacemos temas muy groovies en un formato muy canción.
Claro, la estructura es muy pop. Y en cuanto a los orígenes de la banda: ¿cómo es que se armó el grupo? Y también, ¿cómo suelen organizase para trabajar las ideas hasta consolidarlas en canciones?
M: En 2013 nos conocimos y comenzó el proyecto. Yo venía de un parate con mi banda anterior, que era la que tenía durante el secundario, con un estilo mucho más rockero. Yo entonces ya sabía que quería dedicarme a esto 100 por 100; el resto de los chicos no, excepto el guitarrista que es ahora parte de Cactus de Rosa. Y con Ciro nos cruzamos accidentalmente en un homenaje a Spinetta, nos conocíamos de antes pero no nos veíamos frecuentemente y de ahí decidimos juntarnos y empezaron las primeras composiciones. Desde el momento cero teníamos la meta de hacer un disco, y nos comenzamos a reunir a tocar con la premisa de que la música sea fresca, sin hablar de estilos o algún género en particular. Toda esta cosa groovie fue surgiendo casi que sola dentro de ese proceso. En medio de eso, Ciro trajo a Agustín Cisternas que es el baterista y a su vez a Nicolás que es el tecladista.
Comprendo, y respecto de sus rutinas diarias, además de su labor como miembros de esta banda ¿a qué se dedican cuando no están tocando? ¿Cómo es en tu caso, Matías, tu experiencia laboral diaria en un lugar como este estudio tan cargado de historia y exigencia a nivel sonoro?
M: Yo siento que al trabajar acá estoy constantemente conectado a la música, además de lo que hago con mi banda, mezclo las dos cosas constantemente. Primero porque, más allá de lo que es musical; nos interesa mucho el audio del disco. A la ingeniería de sonido le damos un lugar muy grande y a partir de esa búsqueda yo empecé a trabajar acá. Estoy mirando y participando de cerca en la cocina de los discos, aprendiendo de diversos técnicos, músicos y productores y eso está buenísimo. Además de que empiezo a fantasear mucho… a ver con quién hacemos el próximo disco, qué métodos nuevos podemos probar. En este estudio, por ejemplo, grabamos las bases y el resto se siguió en el estudio B, que es el estudio de Tweety, quien produjo el disco, y una vez terminado volvimos a escuchar el disco acá…Y entonces es como que todo el tiempo este espacio está relacionado con el proyecto.
Me imagino, como que nunca te desligás de lo musical porque con tu trabajo también estás de lleno en eso. Y en cuanto a la formación de su gusto musical, ¿uno o varios discos que los hayan marcado durante su infancia/adolescencia? ¿Cómo llegaron a sus vidas esos álbumes?
M: La verdad es que hay un montón en mi caso, y cada uno como que fue encontrando un lugar distinto. De muy chiquito, te puedo decir que me marcaron discos de Paul McCartney, mi padre ponía mucho Paul Is Live y años después, a comienzos del primario conocí a los Beatles, y ahí me di cuenta de que estaban en ese disco de Paul muchos de esos temas. Por ese tiempo, entré muy de lleno en los Beatles. Otro artista que me marcó mucho y estoy bastante dolido por su muerte reciente, fue Leonard Cohen. Mi abuelo escuchaba mucho a Leonard, así que viene más gracias a él esa influencia. También por parte de mi viejo, escuché mucho a Steely Dan, una banda norteamericana que usa muchas progresiones jazzeras pero en formato canción. Y de eso por ahí, un poco hay en nuestra música, tal vez. Y después en la adolescencia me llegaron referentes más modernos como Cerati, a pleno. Y de bandas que estén actualmente girando, me encanta Kinky, una banda mexicana que descubrí hace unos años y me voló la cabeza. Después también me gusta mucho Erlend Øye, todos sus proyectos me parecen fascinantes.
Sí, Erlend es bastante versátil y prolífico ¿Y en tu caso, Ciro?
Ciro: Bueno, hablando más de artistas a nivel local, me gusta mucho Cítrico, que los conocimos hace poco. Después, también me interesa mucho lo que hacen los chicos de Aloe, Silvestre Y La Naranja me parece que está muy bien también. Y en lo internacional, coincido con lo de Kinky, también Javiera Mena, de Chile. Después están los Tuxedo, que es un dúo de disco-funk norteamericano. ¿No, Matías?
M: Sí, la verdad es que actualmente nos interesan cada vez más los sintetizadores y escuchamos bastante a proyectos como los que mencionamos recién, que les dan mucha relevancia. Algo electrónico y muy bailable, eso es fundamental.
Y eso se refleja seguro en este álbum que publicaron hace poco. ¿Cómo fue el proceso creativo de este larga duración? Y ahora que lo escuchan terminado, ¿cuáles creen que son sus aspectos favoritos del mismo?
M: Realmente fue un proceso largo: casi un año componiendo. Se dio luego que lo llamamos a Tweety y él nos pidió que le mostremos diez canciones. Le mostramos los diez que teníamos en ese momento, de un ensayo que grabamos y le gustaron siete de esos temas. Y nos pidió que, en todo caso, hagamos diez más. Los hicimos y después la selección se dio de una manera muy natural. Coincidimos mucho en que los quedaron eran los mejores. El proceso creativo igual empezaba con que Nico, el tecladista, o yo, presentábamos una idea. La trabajábamos mucho en mi casa. Hacíamos muchas maquetas Ciro, Nico y yo. Todo esto era además de los ensayos regulares de la banda, que eran dos o tres veces por semana. Así que era en horarios muy raros, como a las diez de la mañana… Y así nacían las maquetas que luego se las llevábamos a Cister, que es el batero y Dante para que vayan craneando sus partes y empezar a acomodar a toda la banda tocando. Y en cuanto a las letras, siempre eran lo último que componíamos, y yo siempre trato de que narren lo que el sonido ya va sugiriendo en cada caso.
C: Hubo temas más de sala y otro más de ultra-laboratorio, por decirlo así.
M: Claro, hubo algunos que fluyeron más libremente y otros más meticulosamente armados… Hay un mix de esas dos cosas. Igual, con lo que nos encontramos ahora que escuchamos el disco es que todo eso que es de laboratorio -por decirlo de alguna manera-, nos entusiasma más. Y para mí fue hermoso todo el proceso creativo, pero creo que el primer día de grabación fue para mí muy gratificante. Porque todo fluía con una naturalidad que con nuestro EP no fue tan así, ahí nunca alguno de nosotros había ido a un estudio profesional y había más nervios.
¿Y tienes algunas canciones o momentos favoritos del disco?
M: Y, va variando, a medida que pasan los chicos y que voy escuchando el disco. Me gustan mucho tres canciones: “Eclipse”, “Eléctrica”, y “Al Unísono”.
Hablando más concretamente acerca del rol de Tweety González como productor artístico, guiándolos durante la creación de su álbum debut, ¿cuál creen que ha sido su mayor aporte en este caso?
M: Sí, en primer lugar, la exigencia y la profesionalidad que eso conlleva. Yo creo que primordialmente, su rol fue el de ver qué era lo mejor para cada canción. Hay algunas canciones que quedaron similares a lo que teníamos en la cabeza y otras que se transformaron completamente; sobretodo en la etapa de mezcla. Su pincelada la veo más que nada en la mezcla. En la última etapa es donde un par de temas mutaron mucho de la estética que nosotros teníamos y mejoró completamente. La dinámica generalmente era que Tweety por ahí empezaba a mezclar una canción y yo estaba trabajando acá y me llamaba cuando ya tenía más o menos planteada la mezcla. Por lo general era bastante sorpresivo el resultado, para bien, y ahí yo opinaba y empatábamos un poco con algunas ideas que yo tenía. Así que en ese asunto, él tuvo total libertad en cuanto a la primera etapa del mezclado. Recién en la segunda participábamos y eso ayudó a que la visión de él ayudara a evolucionar el sonido de algunos temas, como te comenté antes.
C: Nosotros entendimos que lo mejor era dejarlo que trabajara sobre nuestras grabaciones el tiempo que él necesitara y después revisarlo. Porque en realidad también la premisa siempre fue que él nos diga su opinión libremente y sobre eso, nosotros decidir lo que queríamos. No siempre estuvimos totalmente de acuerdo con su criterio, claro. Pero nunca le dimos indicaciones antes de que él comenzara a opinar.
M: Exacto, y todo lo que él propuso lo escuchamos. A veces preferimos nuestro criterio y otras el de él. Aunque por lo general, estábamos muy de acuerdo con su visión.
C: También con las mezclas, los que no podíamos venir un día al estudio a chequearlas, las escuchábamos en nuestras casas y la verdad es que era un cambio hipernotable. Había muchísimo arte en esas mezclas.
M: Aparte, en algún punto es por eso que nosotros decidimos trabajar con él como productor. Porque, y esto es algo que trabajando acá lo he podido ver de cerca: pasa que hay ingenieros, o productores que laburan desde un lugar muy quirúrgico de agarrar lo que hay y hacer que suene bien y otros que lo hacen desde una perspectiva más artística e integral, pensando en que esto es lo que hay, pero si puedo voy a agregarle otro contenido. Y esos son los productores con los que me gusta trabajar a mí y los que me sacan de mi espacio de comodidad. Es un plus.
Claro, por eso es productor artístico y no solamente desde lo técnico. Además de que es un profesional con una enorme experiencia… Y en cuanto a la proyección de su banda, ¿cuáles son sus planes venideros para estos próximos meses? ¿Cuáles son también sus ambiciones con Cactus de Rosa?
M: Por un lado: tocar mucho, defender mucho este disco. Y por otra parte, seguir lanzando contenidos de todo tipo. Tenemos proyectado hacer un videoclip para “Eléctrica”. Y también, aprovechando el mundo de posibilidades que se me ha abierto desde que trabajo acá, queremos grabar una sesión en vivo en este estudio y la idea es que haya algunos temas de Trasluz, algún tema del EP reversionado, y algún tema nuevo. Y después, seguramente para algún momento del año que viene sacaremos algún tema nuevo. La idea es, más allá de seguir haciendo shows que estén buenísimos… porque también, intentamos cuidar mucho el show en vivo, que realmente suenen bien. Yo por ejemplo si voy a ver a una banda que me gusta mucho pero el recital no tiene un sonido de calidad no la puedo pasar bien, más allá de que pueda estar buenísima la energía que hay, pero si escuchás un grave que no sabés si es el bombo o un bajo ya no está muy bueno, pierde la musicalidad para mí. Entonces lo que intentamos desde nuestros shows es que nunca pase eso. Que al espectador le pueda o no gustar nuestra música pero que no pueda decir que sonó mal.
Claro, ustedes defienden mucho la calidad sonora. Por último, ¿qué podemos esperar de la fecha que brindarán en el Teatro Sony el próximo 10 de diciembre, presentando oficialmente Trasluz?
M: Justo de eso hemos estado hablando estos días. Porque la idea también es que en cada show haya por lo menos algo distinto. Aunque obviamente, no podés hacer un show de cero siempre. Pero tratamos de que haya algo que a la gente que viene siempre le sorprenda. Así que desde ya lo que pueden esperar es que va a sonar mortal, seguramente haya algún invitado… y lo de las demás sorpresas, aún las estamos planeando y en todo caso, no te las podría contar. Te podemos adelantar que vamos a empezar con tema que tendrá una cosa extra que no está en el disco.