Tras un primer paso memorable por nuestro país, Crumb regresa a la Argentina dos años después con motivo de presentar su más reciente disco, Amama, publicado en mayo pasado. La cita, que tendrá lugar el próximo miércoles 20 de noviembre en Buenos Aires, será la segunda visita del conjunto neoyorkino a tierras argentinas, habiendo tenido su debut por estos lares en el año 2022 en el marco del Music Wins Festival.
“Fuimos retribuidos con mucho amor cuando vinimos”, comenta Bri Aronow -tecladista y saxofonista del grupo- en conversación con Indie Hoy en la víspera de su llegada. En esa línea, le resulta inevitable pasar por alto su sorpresa ante las reacciones del público local. “Me acuerdo que la gente coreaba las líneas de guitarra. Fue gracioso contarlo cuando volvimos a casa porque es algo que no sucede acá”, agrega entre risas.
La palabra “casa” se repetirá notoriamente a lo largo del diálogo con la integrante de Crumb. Al hablar sobre Amama, lo describe, en comparación con su antecesor, como “un álbum más animado y despreocupado”. En ese sentido, explica que la última vez que vinieron al país presentando Ice Melt “era un momento más oscuro atravesado por la pandemia y con ello, tiempos de mucho estrés en lo personal y lo colectivo”. Superada esa etapa y tras una gira por Norteamérica, pudieron conectarse con un lado más lúdico que los llevó a comenzar a reunir las composiciones que darían lugar a su tercer disco de larga duración.
“La grabación de Ice Melt fue todo al mismo tiempo, encerrados en el mismo lugar, atravesados por la pandemia y la cuarentena -recuerda Aronow-. Y para este último disco fuimos a Los Ángeles, grabamos dos semanas, volvimos a casa, al mes fuimos de vuelta a trabajar otras dos semanas y después a Nueva York a mezclar con nuestro amigo Johnscott Sanford. Fue un proceso más esparcido y con más pausas, otra vida estaba sucediendo”. El resultado se escucha de inmediato, siendo su último disco una obra de timbres más brillantes, ritmos uptempo y voces menos sumergidas que en su precursor, aportando así a la expansión de su paleta sonora.
En términos sonoros, es difícil poder rotular con contundencia a Crumb. Una búsqueda rápida en internet puede arrojar unos cuantos géneros o palabras clave pertinentes. Lo cierto es que este grupo con base en el barrio neoyorkino de Brooklyn -tal vez la zona indie por excelencia- nació al calor de la neopsicodelia (no es casual su colaboración con Melody’s Echo Chamber en un single) y del boom de la autogestión independiente.
Para Aronow, no hay un vínculo directo entre lo que escuchan y lo que componen. “Es mucha la música que circula en el mundo de cada uno de los integrantes”, agrega, y concluye desarrollando que “no hay influencias muy distintas con respecto al álbum anterior, creo que coinciden en un universo indie-fusión-psicodélico”.
Las influencias, aclara, existen, pero el peso que adquirió la aceitada dinámica de la banda tras casi una década juntos parece ser más relevante que cualquier otro factor. “Diría que usamos referencias más que nada durante el proceso de producción, pero no necesariamente tiene que ver con el tipo de música que hacemos, sino más bien escuchamos texturas, espacios y técnicas de grabación”.
La actualidad del conjunto tiene su base en el mencionado vecindario de Brooklyn, y de hecho tres de los cuatro integrantes son oriundos de la ciudad de Nueva York, por lo que el vínculo emocional con el barrio es imaginable.
“Nueva York es un mundo aparte: tener tanta diversidad de sonidos, personas y experiencias la hace un crisol de culturas que nosotros sentimos como nuestra casa, particularmente en Brooklyn. Hay momentos del álbum donde las letras toman elementos de donde vivimos”. En lo que es una definición bastante contundente del disco, Aronow confiesa: “Creo que mucho del disco es sobre la idea de ‘hogar’ y la búsqueda de eso, de quererlo… Estuvimos girando mucho y Brooklyn para nosotros es eso”.
Sin embargo, a la hora de presentarse en vivo en su ciudad, la tecladista marca una diferencia tajante. “Me gusta tocar acá porque es mi ciudad y están mis amigos y familiares y demás, pero la realidad es que a veces hay una saturación en la oferta que te obliga a elegir entre muchos shows y hace que sea menos especial. Venir a lugares donde tocamos menos como Buenos Aires o Sudamérica, que nos quedan lejos, hace que sea más especial para el público y algo de una vez en la vida para nosotros”.
La respuesta de Aronow se vincula directamente con la concepción de sus shows en vivo, a lo que comenta que su debut en Argentina fue en el marco de un festival, por lo que fue un show de menor extensión a lo que será su próxima cita con el público local. Tener un evento propio les dará la posibilidad de expresar su propuesta completa, con transiciones entre canciones y margen para la improvisación.
A la hora de diseñar su setlist y elegir las canciones que tocarán, un factores importante fue ver cómo los nuevos temas se mezclaban bien con otros de discos anteriores, dando como resultado un recorrido orgánico por su discografía. “Nuestro show se siente más como una pieza de distintos movimientos donde las transiciones tienen mucho lugar -concluye Aronow-. Nos gusta mantenernos dentro de un mismo ritmo por un rato. No va a ser un concierto en el que hablemos mucho entre temas, la idea es llevar una experiencia inmersiva. Sin dudas va a ser divertido”.
Crumb se presenta el miércoles 20 de noviembre a las 19 h en C Art Media (Av. Corrientes 6271, CABA) junto a An Espil. Entradas disponibles a través de Passline, con 25% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.
Escuchá Amama en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).