Oriundos de la provincia de Buenos Aires, Defensa es un trío conformado por Nine, Furio y Equi que comenzó en el año 2015, y que tiene la particularidad de ser uno de los grupos emergentes con mejor proyección en la escena under nacional. Su primer proyecto como banda fue un EP homónimo en donde combinaban una impecable producción de sonidos eléctricos y experimentales llevados de cantos retraídos y figuras abstractas. “No Me Digas”, su último single, esta vez bajo el sello mexicano de Extasis Records, está en camino a ser un hit instantáneo de la pista de baile latina gracias a su espíritu nocturno y su atractivo corporal. En esta oportunidad hablamos con el trío sobre la expansión de los sonidos latinoamericanos, la escena experimental y de la experiencia de abrir para Mykki Blanco.
Con su último single “No Me Digas” se nota una incursión hacia un estilo más club-amigable además de una seductora vibra reggaetonera. ¿A qué se debe esta transición?
Con nuestro EP anterior nos dimos cuenta que estábamos quedando un poco serios, y nosotros no somos tan serios. Nos gusta salir a bailar, nos gusta divertirnos, nos gusta el reggaetón y quisimos trasladarlo a nuestra música. Sentimos que es un buen momento para la música latina y había que incluir eso para no tratar de adoptar un sonido ambiguo. Era lo que estábamos buscando.
Hoy tanto la cumbia como el reggaetón son una tentación para aquellos nuevos artistas con intenciones de componer. ¿Para ustedes qué significado tienen estos géneros?
Lo sentimos como una responsabilidad de reconocer de dónde venimos y demostrar lo que estuvimos escuchando todo este tiempo, tanto de chicos como cuando íbamos a bailar, sin apelar una visión europea de lo que es la música experimental, porque ahora afuera empezaron a imitarlo e incorporarlo también. Cada vez más gente está bailando estos géneros, tanto a nivel mundial, y cuando ponés una canción de este tipo todos se prenden. Hay una nueva incorporación y eso nos gusta.
¿Cómo ven a la situación de la escena electrónica y experimental en América Latina?
Hay mucha gente interesada y se enganchan de todos lados, en Buenos Aires, gente del interior, en Uruguay, en Chile y es algo que vuelve cada vez más grande. Nosotros estamos en contacto desde las redes todo el tiempo y con eso encontramos un círculo de apoyo.
Lo que falta es que algún artista consagrado salga y diga “che me gusta la música de estos chicos”. Hoy parece haber un quiebre entre los músicos grandes y los sonidos nuevos. Ahora es como que esto no lo entienden. Lo importante es que la gente lo reconoció. Estamos dentro de la explosión y notamos que se está expandiendo. Se están abriendo nuevas puertas, no sólo para nosotros sino para otros grupos y artistas.
¿Pero sienten que le hace falta un poco más de difusión?
Eso seguro, lo que más nos cuesta es una mejor colocación. Siempre conseguimos buenas respuestas de periodistas individuales, pero nunca el reconocimiento de un medio masivo, como que nos topamos con una pared para tener ese empujoncito. El hecho de no tener un nombre para el género que hacemos es complicado, lo estamos llamando “pop experimental”, “dancehall experimental” o lo que quieras, pero al final de cuentas ¿cómo se lo presentas a la gente que lo va a escuchar?
¿Es un gran paso para alentar a la escena que lleguen festivales referentes como el MUTEK y el Festival Sónar?
Sí, empezás a notar conexiones con otros países y podes importar una plataforma para unir artistas específicos y eso está muy bueno. Lo que tiene un festival como el MUTEK es que sirve para separar al DJ del productor. Acá muchas veces se piensa que la electrónica está siempre ligada a la fiesta y a vender cervezas. En esos festivales no vas a encontrar fiestas, sino que por ahí descubrís un lado más artístico. Esto sirve para entender que la electrónica no sólo es la Creamfield.
Tienen como logo el escudo de la República Argentina. ¿Consideran que hay alguna necesidad de demostrar de dónde viene Defensa?
Nosotros en el momento que empezamos decidimos jugar con la idea de usar algo icónico. Todo lo que es el imaginario argentino está súper corrompido por lo que pasó con los gobiernos en toda la historia, que sucesivamente usó los emblemas de Argentina. Estos mismos perduran en el tiempo pero se desgastan y la gente los menosprecia. Ese nivel icónico nos pareció algo divertido con lo que jugar y con lo que hacia fuera poder decir: “Esto es argentino”. Si bien los emblemas cuando los comparás con otros países no son tan distintos, también hay un léxico monumental con lo que nos divertía experimentar tanto en el sentido de elevarlo como de banalizarlo, ponerlo en un contexto tipo trash o hacer que nuestra música que es un poco extraña tuviera un paraguas estético. No es algo político, sino algo más adolescente, es como una pintada en la pared.
Son un grupo prematuro pero con un crecimiento bastante considerable. ¿Esperaban atravesar todo esto en tan poco tiempo?
Ahora estamos adecuados con la llegada que tenemos, de repente entendimos de verdad cómo funcionaba todo. Antes imaginábamos que íbamos a grabar un disco y que al otro día iba a estar en todos lados, pero pasamos por muchos golpes de frente y nos dimos cuenta del tiempo que toman algunas cosas. Pensamos mucho a largo plazo, como quien podría escuchar nuestra música dentro de 30 años, no sabemos porqué. Sí nos pasaron cosas increíbles al corto plazo. Haber abierto para Myikki Blanco fue un lujo total, hablar con él y compartir show. También el reconocimiento de N.A.F.F.I. que para nosotros fue increíble. Estamos contentos con eso.
¿Se viene un 2018 cargado para Defensa?
Eso esperamos, estamos haciendo todo lo posible para que el próximo año nos quede liberado y así laburar más con el grupo. Queremos tocar mucho en vivo y sacar nuevas canciones. La idea es que sea el doble o triple de lo que venimos haciendo, si bien todavía no tenemos agendado todo lo que vamos a hacer. Nos gustaría lanzar un disco largo o presentar más videos, además de poder tener nuestro propio show como headliner y cerrar fechas.
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Foto principal: José Gallego.