Dom la Nena es joven, dulce y curiosa. Con sólo 25 años de edad y una enorme maleta repleta de vivencias, la cellista y cantante de nacionalidad compartida vuelve a la Argentina para presentar su segundo trabajo discográfico bautizado bajo el nombre de Soyo. Luego de Ela (2013), su primer placa caracterizada por canciones melancólicas, íntimas y multiculturales que la llevaron a viajar por todo el mundo, Dominique Pinto recopiló sensaciones, ideas y paisajes sonoros para plasmarlos luminosamente en su producción artística y reafirmar su ecléctica personalidad musical.
Brasil, Francia y Argentina han sido hogares para Dom, quien admite con su suave voz que le es complicado hoy quedarse en un lugar fijo. Es éste nomadismo el que le ha permitido a la madre de Ela y Soyo formarse como cancionista de la manera en la que lo es hoy, pues su música pareciese ser un barco que va parando en las costas de distintos lugares y asimilando con inocencia y ternura las culturas de cada tierra, mezclando así en sus composiciones ritmos e idiomas. Dom emigró de Porto Alegre a los ocho años para volar hacia Francia, lugar en el que vivió junto a sus padres por cinco años para tiempo después volver a Brasil y posteriormente viajar a Buenos Aires para estudiar cello, experiencia que se extendió hasta sus dieciocho. La vida de Dom la Nena es así, de idas, idas, idas y vueltas. Sus canciones nacen de los giros, de la aventura, de los traslados, de las experiencias viajeras que para ella son cotidianas y aún así, mágicas; de esa nostalgia feliz por los lugares recorridos, por el pasado, y por ese ánimo luminoso por lo que pasa ahora y lo que vendrá, que siempre tiene un poco de lo que fue.
Antes de las presentación oficial de Soyo (disco editado en Argentina por Sonoamérica) el viernes 12 y el domingo 14 de junio en Capital Federal y el sábado 13 en La Plata, Dom la Nena habló con IndieHoy.
¿En qué se diferencia Dom La Nena de Dominique Pinto?
Es una pregunta interesante. Creo que todavía estoy descubriendo cuál es la diferencia entre ella y yo. Cuando hacés canciones te exponés de una manera muy sincera. Es como sacarse la piel y mostrarle lo de adentro a todos, pero resaltando cosas de uno mismo que en el cotidiano no se notan tanto. En el día a día yo no estoy tan acostumbrada a hablar de ciertas cosas que por ahí sí las digo cuando compongo. Creo que cuando tenés un proyecto como el mío y te ponés otro nombre -o cuando usás el mismo, también- seguís siendo la misma persona pero con otros rasgos de carácter o haciendo saltar a la vista cosas del inconsciente. Cuando te ponés delante de los otros a cantar salen otras cosas. Creo que la gran diferencia es ésa: de lo que hablás, de lo que transmitís con la música, que por ahí son cuestiones más inconscientes. Cuando compongo una letra o una música no es que digo “voy a escribir un tema sobre tal cosa”, sino que las palabras vienen con la música, no lo pienso fríamente. Es un proceso másmusical que de escritura. En general las palabras me salen más por el sonido de la música.
¿Qué tal tu experiencia de vivir en Argentina? ¿Qué ganaste aquí?
Buenos Aires fue una ciudad muy generosa conmigo. Tengo un cariño muy fuerte por la gente y por la cultura de Argentina porque fue como el primer gran paso a mi independencia y fue algo muy inesperado. Mis padres tuvieron mucha confianza al dejarme ir tan pequeña y tuve que ser muy responsable de mí misma. Llegué y tenía muchas ganas de que funcionara todo bien porque estaba enamorada de la ciudad, de la profesora con la que estudiaba, de todos los profesores y la gente con la que me encontré. Creo que nunca crecí tanto, nunca aprendí tanto como lo hice en Buenos Aires. Hice muchas cosas por primera vez en Buenos Aires y es una ciudad que me abrió los brazos y me abrazó muy fuerte. Nunca voy a terminar de agradecerle.
Teniendo una vida tan llena de ires y venires, ¿Cómo vives hoy el quedarte en un lugar fijo? ¿Hay algún contra para el tema musical el hecho de ser una especie de nómade?
Es un poco difícil porque es verdad que viajo mucho. Durante todo el tiempo que compuse y escribí el disco nuevo, Soyo, no tuve casa fija. Fueron 3 años que con mi marido decidimos no tener una casa y viajar durante todo ese tiempo. Siempre volvíamos a Paris unos días pero el hecho es que vivimos en México, en África del Sur, en Brasil… Viajamos mucho, pero creo que hay momentos en los que uno tiene que saber aprovechar lo que construyó en un lugar, porque es un poco difícil a veces siempre estar cambiando. Es tentador pero a veces hay que saber poner un poco de límites. Creo que el nomadismo es muy enriquecedor para el trabajo musical. Obviamente para la cuestión de la vida personal es un poco difícil vivir en el nomadismo pero en el aspecto musical es algo que a mí me ayuda mucho. Quizás yo no sabría qué tanto decir con la música si no hubiese vivido en tantos lados diferentes durante tanto tiempo
Estando en diferentes tierras, ¿estudias el folclore de cada lugar o más que nada te vales de lo que escuchas en las radios locales, en la calle, etcétera?
En realidad hoy para conocer la música de otros lugares ni siquiera tenés que ir porque por internet tenés acceso a todo. Si querés escuchar la música del sur de Tailandia, podés. Yo me paso un tiempo buscando y viendo qué es lo que se hace en cada lugar o buscando artistas similares a los que me gustan y así descubro otros. Cuando viajás tocando tenés muy poco tiempo para descubrir el lugar o las personas o lo que hace localmente. Es bastante difícil encontrar el tiempo para realmente explorar eso. Creo que termino haciendo eso más en casa que en los lugares que visito para tocar. Pero de los lugares donde viví obviamente descubrí y estudié millones de cosas interesantísimas.
Al haber en tu música una combinación de géneros que remiten a diferentes lugares del mundo, la recepción de tu música en las diferentes tierras debe llegar como muy cercana siempre, ¿no?
¡Sí, claro! Voy a Brasil y estoy en casa, voy a Francia y estoy en casa, voy a Buenos Aires y estoy en casa. Es gracioso ver lugares también donde jamás te imaginarías que funciona tu música y vas ahí, ¡y funciona! Por ejemplo en Canadá les encanta lo que hago. Obviamente es muy gratificante tocar en casa pero también es hermoso tocar en lugares donde la gente no habla tu idioma, no entiende lo que hablás y que entendieron de una manera global lo que quisiste decir, lo que estás intentando transmitir con la música. Eso es algo muy lindo y sorprendente.
Al viajar tanto y al estar compartiendo algo tan sensible como es la música, ¿es mucha la nostalgia que llevas encima diariamente?
Sí, pero me llevo muy bien con la nostalgia. Por eso hago música con ella. Para mí es como cuando extrañás mucho a alguien y pensás en esa persona de manera feliz, casi te gusta extrañarlo. Creo que es no es algo doloroso para mí la melancolía.
¿Cuáles son las diferencias (en todo sentido: anímico, sonido, letras…) que notas entre Ela y Soyo?
Ela era un disco totalmente experimental. Cuando empecé a componer era para ver qué pasaba: si salía algo, si no salía nada, si era instrumental, si me salía escribir. El hecho es que salieron canciones, con letra, pero eso no fue premeditado, salió así y me sentí cómoda con lo que hacía. Como eran canciones, tenía que cantarlas y eso también fue algo muy sorprendente porque jamás me imaginé que yo iba a cantar. Descubrí mi voz, descubrí el hecho de cantar, el hecho de escribir, el hecho de componer. Era todo muy nuevo para mí y no pensaba sacar un disco o hacer una gira ni nada. Yo quería nada más intentar hacer mi propia música y ver qué pasaba. Lo hice más que nada por el sólo placer de hacerlo. Así grabé Ela y por casualidad, la única productora a la cual mandé el disco (que en realidad ni siquiera lo mandé yo; lo mandó el músico con el que coproduje Ela), un sello americano y ellos lo quisieron sacar y luego hice una gira y fue como muy sorprendente todo. Presenté Ela frente a públicos muy diferentes y me inspiró mucho, maduré mucho en cuanto a músico y así entonces nació Soyo, que es un disco mucho más asumido, más afirmativo. Es una continuidad natural de Ela. Los temas que hay en Soyo son como los hermanos mayores de los que hay en Ela. Son más maduros, más pícaros. También en éste nuevo disco quería subrayar la melancolía que hay en Ela y dejar en claro que es una melancolía feliz, un poco festiva, no es triste. La melancolía no es tristeza. También quise trabajar más la parte rítmica de las canciones, hacer arreglos un poco más danzantes, más rítmicos.
¿3 discos que recomiendes a los lectores de IndieHoy?
La Llorona de Lhasa de Sela
Banda du mar de Banda du mar
Tabua da Esmeralda de Jorge Ben Jor
Y un bonus track: Birds on a Wire de Birds on a Wire
Shows:
VIERNES 12 de JUNIO :: 21hs
> C.A.B.A., SANTOS4040 :: Santos Dumont 4040
Comprar Anticipadas
SÁBADO 13 de JUNIO :: 21.30hs
> LA PLATA, Ciudad Vieja (17 y 71)
Entradas Anticipadas: La Disquería (54 casi esq.8)
DOMINGO 14 de JUNIO :: 19hs
> C.A.B.A. Ctro. Cult. Kirchner, Bouchard 350
Entrada Gratuita. Se retiran 2 horas antes al concierto