Con base en San Martín, Piukeva es una banda de rock alternativo formada en 2009. José Messina es el bajista del grupo y uno de sus fundadores. Con él conversamos sobre el camino transitado hasta ahora, los dos discos que editaron de modo independiente y las expectativas que depositan en esta banda que conciben como un verdadero proyecto de vida.
El nombre de la banda es un hibrido entre mapuche y hebreo (“corazón que da vida”), y lo primero que pensé cuando estuve escuchándolos y viendo lo que hacen es que ustedes claramente equiparan “vida” con “música”. Así que ese “corazón que da vida” equivale a un “corazón que da música”. Ahora, la música… ¿Qué da? ¿Y qué quita?
Te puede quitar de un momento oscuro, y a la vez te puede llevar a esa clase de momento… es muy amplio. Pero haciendo hincapié en lo que vos decís, yo no concibo el arte fuera de lo que es la vida. Por eso, “corazón que da vida” (el resumen del nombre) es linkear lo que hacemos a lo social, a lo cotidiano. Obviamente, está el arte más frío o estético. No lo critico, me parece que está genial. Pero a la hora de crear, sale esto. Necesito afectar o mostrar lo que me está pasando.
Hablando de lo que da y quita la música, y su conexión con la vida… su primer disco es homónimo, y el segundo se llama Inquietudes. ¿Qué aconteció en el medio?
El primero fue como decir “hola, acá estamos”. Ahí arrancamos este camino que es Piukeva. El primer disco es donde mayor tiempo tenés para componer, porque es todo lo que venís juntando.
A nosotros nos gusta laburar con productores, entendemos que tiene que haber una mirada externa. El productor no se casa con ninguna canción, como uno. Está en la consola, dice “esto va, esto no va” y es genial. Sentimos que la mirada de los productores en ambos discos (Lucas Leyes en el primero, Adrián Muñoz en el segundo) nos permitió crecer.
Y vamos a seguir ese plan, hasta que sintamos que no deba ser así.
Y respecto a Inquietudes, sentimos que la columna vertebral de las canciones era la de un disco que te habla de movimiento. No importa en qué situación estás. Hay que reaccionar. Sea alegre, sea triste, sea de bronca, tenés que reaccionar. No es “inquietud” en el sentido de molestia, sino de no quedarte estático.
Hablando de inquietud y de moverse, ¿sentís que te movés en el mismo eje, o cambiaste de eje?
Borges dijo una vez, “dame cinco minutos y me contradigo”. Todo el tiempo creo que giran los ejes, y nos adaptamos. No puedo decir que el próximo disco vaya a tener el mismo eje. Quizá sí, quizá no.
¿Qué tanto cambió la banda en todo este tiempo?
La banda empezó en 2009 con un amigo que (da la casualidad) nos conocimos en el jardín. Después se suma la que en aquel entonces era mi novia, y ahora es mi señora: Marce. Y después rotaron un par de músicos hasta que llegamos a la formación actual: Marcela Paludi en voz, Dani Aramayo en la guitarra Mariano Cansanello en la batería y yo (José Messina) en el bajo, Y en el vivo, solemos sumar un músico más. Hoy por hoy, es Nicolás Cansino.
¿Cómo es su show en vivo hoy por hoy?
Le damos prioridad a este disco, pero sumamos canciones del primero con algunos arreglos para que se fusionen con Inquietudes.
¿Cuáles dirías que son las mejores canciones del disco, o cuáles te gustan a vos al menos?
Mis dos temas preferidos de este disco son “Toda Mi Vida” y “Galaxia“. Por más que ya este harto de ensayarlos y tocarlos, los sigo disfrutando.
“Toda Mi Vida“es un tema rocker que lo disfruto porque hay mucha energía. Tiene una cierta violencia, pero bien. Cómo que estás peleando por tu propia vida. Y “Galaxia” es todo lo contrario, es súper relajado. Es un medio tiempo que tiene mucho aire. Ese tema la letra la compuso Marce, y la letra la escribimos con el productor a medias. Y tiene una diferencia con el resto de las canciones, es muy visual. Tiene algo muy abstracto que me llega.
¿Será ese es el puntal del nuevo sonido de la banda?
Ya estamos armando maquetas, y te puedo decir que algunas cosas van emparentadas.
Hoy estamos por encarar un segundo corte para video clip, va por el lado de la balada. Estuvo rotando toda mi vida por la radio, y los canales. Y estamos muy enfocados en eso, y seguir tocando en vivo. Y seguimos maquetando para el segundo disco, que calculamos para principios del año que viene ya va estar gestándose.
¿Cómo fue la presentación del disco?
La presentación oficial la hicimos en nuestros pagos, en el partido de San Martín. Fue en el nuestro teatro, fue algo hermoso porque yo de chico lo veía ese teatro y decía “un día voy a tocar acá”. Y lo pudimos llenar, hay videos en Youtube. Y después salimos a tocar por un montón de lados, todo los que es el la Capital. Y ahora, tenemos muchas fechas por confirmar.
¿Qué los unifica como banda? Dejando de lado que son amigos y hasta familia, ¿cuál es el hilo conductor en lo musical?
La música en sí nos une… para que te des una idea, al baterista me lo presenta un amigo, que era el anterior guitarrista. No era un vínculo directo con él. Y al guitarrista de ahora me lo presenta el último productor, tampoco lo conocía. Se suman a la causa, y ese es como el eje nuestro: Piukeva.
Hablando de gustos musicales, creo que ninguno de los cuatro coincide. Tenés extremos, al baterista le gusta Genesis, al guitarrista le gusta Pink Floyd, y yo soy fanático de Fito Paéz, Marce es más para el lado del pop…
Claramente, esto lo abordan como un proyecto de vida.
Sí, obviamente. Hay mucha pasión. Hay mucho desangrado y lágrimas. Y a la vez alegría. Pero sí, es un proyecto de vida porque además de verlo como una carrera lo vemos como algo que te tienen que operar para sacártelo. Nace con vos.
Vos que sos músico, ¿cómo definís el silencio?
Como música también. Amo el silencio. Es más, te tiro un detalle. Tenemos una canción que tiene un arreglo que es un silencio de dos compases, que son muchos. Y yo insistí por mantener ese silencio.
Si la decisión recayera exclusivamente en vos, ¿cómo sería el próximo disco de la banda?
Es complicado, porque todavía se está creando. Cambia todo el tiempo, pero creo que siguen estos mismo colores, quizá crezca y se adapte a lo que uno va escuchando. No hay nada establecido, pero lo veo en estos colores. Con un poco más de madurez en las composiciones. Lo veo por este camino.
¿Igual de inquietos?
Hasta el final. Nadie nos puede quitar la parte de soñar y crear. En el medio hay mucha lucha y mucha pelea, y dejar cosas de lado. Pero eso es el sueño mismo.