Julieta y los espíritus, la banda integrada por July Sky, Nico Porta, Luciano Lasca y Samo, es un grupo relativamente nuevo, encabezado por Julieta, quien compuso para su primer álbum homónimo las canciones que dan forma y diagraman el recorrido sonoro del disco. Las composiciones, según nos contó la cantante, fueron producto de sus paseos imaginarios e introspectivos, previos a la creación de la banda, luego trabajados por todos los miembros de la agrupación, quienes como “escultores” labraron el mármol del cual surgieron las piezas que conforman el puzzle musical de la banda, parafraseando las mismas palabras de la compositora.
Estuvimos conversando con Julieta acerca de este proyecto, de su nuevo disco, de los cambios de la era digital y de sus influencias.
¿Qué te llevó a hacer música?
La música forma parte de mi vida desde muy pequeña. Tuve la suerte de que mis padres me dieran la posibilidad de tomar clases de piano y canto desde muy chica. A los diez años fui parte de un coro: “Los niños cantores del Museo Larreta”, dirigido por Silvia Leiderman. Ahí aprendí muchísimo, dimos muchos conciertos, en el museo Larreta y en el museo Raggio. Estudié piano y participé de otros coros. A los 15 años tuve mi primer banda: Giradioses y fue mi escuelita de rock.
¿Cuándo formaron la banda? ¿Venían tocando en otras formaciones o se reunieron por primera vez para este proyecto?
La banda se formó a fines del 2012. Primero se auto convocó Luciano Lasca. Él venía tocando con Olga y Aldo Benitez. A Nico Porta lo conocí cuando ambos tocábamos en la banda de Deborah De Corral. Escuchó el demo de “El látigo” y me dijo: ¡hagamos una banda! Y así fue. Después pusimos un aviso en las redes sociales para buscar baterista. Se presentaron muchos, Samo fue uno de ellos (yo lo conocía de cuando tocaba en Los Niños y él en Tóxico Laser).
No necesitamos probar a nadie más. ¡Fue amor a primer ensayo! Somos muy distintos y eso hace que sea un encuentro tan mágico a la hora de tocar. A los dos meses de ensayar ya estábamos tocando en vivo. Todo sucedió muy rápido. JYLE es mi vuelta a la música como compositora. Es la primera vez que me siento 100% conforme y feliz con lo que hago y escribo. Esto tiene mucho que ver con los músicos que me acompañan, que, como muestra el arte de nuestro primer disco, me sostienen y le dan vida y forma a estas nuevas canciones.
En el proceso de composición, ¿trabajás sola o participan todos?
Las canciones de este disco aparecieron en un período de introspección. La mayoría nacieron antes de conocer a los chicos. Pero pienso las canciones como materiales en sí mismos, como el mármol del cual después nace una escultura. En este disco las canciones vinieron primero y después las trabajamos en la sala en grupo. Ahí nacen muchos arreglos y climas que las transforman. Todos opinamos y todos decidimos. Escucho mucho lo que me dicen los chicos. En “El mal“, por ejemplo, hicimos un gran trabajo grupal. Nico (productor del disco) me recomendó cortar el tema, porque era larguísimo. Saqué varias partes de la letra y quedó perfecto. Eso mismo pasó en “En la sien” y en otros temas. Ahora estamos preparando nuevas canciones que salen en la sala de ensayo.
Han cambiado bastante las reglas del juego. Hoy ya no alcanza sólo con grabar un disco y tocar en vivo. Son factores muy diversos los que juegan, como las redes sociales y los seguidores, el circuito del cual uno quiera formar parte, y varios más. ¿Cómo ves todo esto? ¿Considerás que favorece a los artistas?
Sí, ahora todo es muy distinto. Empecé a tocar en el ’95. ¡Repartíamos volantes en Cemento! ¡Imaginate! El disco era mucho más importante. Hoy es sólo para los amantes de este formato. Es necesario casi como una carta de presentación para la banda. Si bien subimos el disco para escuchar y vender en diversas plataformas digitales, también tratamos de reivindicar el formato y que la gente quiera comprarlo, escucharlo y leerlo.
Creo que el mundo virtual sí favorece a los artistas, a la hora de hacer música y darla a conocer.
¿Cuáles son tus mayores influencias? No sólo musicales. Me refiero a personalidades o disciplinas que te inspiran, que te mueven.
Cada vez más siento a todo el universo como una gran influencia. No sólo lo que escucho, miro y leo. Los amigos, las personas que me cruzo en el camino, los atardeceres y los cielos, caminar, los viajes en bicicleta o cualquier otro medio de transporte, el silencio sobre todo; paso mucho tiempo en silencio, estoy a la caza de melodías constante. Practicar Taichichuan (un antiguo arte marcial chino) me ayuda muchísimo para la vida en general y sobre todo a la hora de componer, bailar y pararme sobre un escenario.
Hay muchos artistas que me cambiaron la vida y fueron gran influencia para mí: Miguel Abuelo, Gustavo Cerati, Neil Young, Yoko Ono y los Beatles, Miguel Tomasín, Roy Orbinson, Lee Perry, Sun Ra, J. Cash, Lou Reed, Brian Eno, Bowie, Ramones, Devo, P.J. Harvey, Can, Neu!, Stereolab, ¡y tantos más!
Muchos amigos artistas y músicos como Lucas Martí, Coco, Alfonso Barbieri, Rob Conlazo y Diego Gravinese.
Mis espíritus aliados: Nico Porta, Luciano Lasca y Samo.
Mis gatos (Ringo, Tigris y Chi Kung).
Y mi maestra de canto y vida: Lucía Maranca.
Están por presentar su primer disco, pero, según tengo entendido, ya están trabajando en el próximo. ¿Cuándo piensan lanzarlo?
El 10 de Octubre vamos a presentar nuestro disco en Kirie (Bolívar 813) a las 22 hs. Francisca y los Exploradores abrirá el evento. Prometemos un show especial con todos los temas del disco, espíritus invitados y algunos de los temas nuevos que estamos preparando. Ahora tenemos muchas ganas de tocar este disco y presentarlo tanto acá como en otras provincias y países. El segundo disco se va a ir dando solo. No tenemos aún planes de grabación. Sólo vamos componiendo a medida que van saliendo los temas así también le damos un respiro a estos temas que venimos tocando desde hace casi 2 años.
Como artista, ¿qué esperas del público? En el caso de esperar algo.
Intento no esperar nada. Agradezco el respeto y el público que sabe escuchar. Cada show es único e irrepetible como cada uno de nosotros. Me gusta jugar con el público, que los shows sean una fiesta; son una fiesta para mí. Disfruto mucho cada vez que bajo del escenario a bailar y cantar con los que están presentes. Me gusta romper con los límites entre el público y el escenario.