En las universidades de Estados Unidos se formaban pequeños medios de comunicación, movimientos culturales, políticos, entre otras cosas. Partiendo de los ochentas hasta terminando casi los noventas, se formó todo un circuito de radios universitarias que pasaban bandas amigas, de universitarios, de gente entusiasta que exploraba el rock y lo hacía de una manera que luego se encasillaría como rock alternativo. Se las denominó College Radios y fueron muy importantes porque permitieron que movimientos como el Riot Grlll!, el grunge, el art rock pudieran alcanzar una pequeña audiencia y tener el público necesario para hacer tours a lo largo del país. Fueron un punto de resistencia importante con sensibilidad independiente. Bandas como R.E.M., XTC, Violent Femmes y varias más encabezaron toda una movida juvenil de tamaño considerable.
En el medio de todo eso, estaban los chicos de Faith No More arrancando con su proyecto musical. Ruth Schwartz, responsable de su propio sello Mordam Records, fue quien impulsó la salida de su primer disco. La joven idealista, que cansada del manejo truculento de las discográficas, decidió poner mano a la obra en la escena y bajo los estándares de honestidad e integridad editó material de bandas como Dead Kennedys, The Ex, The Zeros, Flamin’ Groovies y más adelante a Le Tigre y The Hellacopters.
We Care a Lot fue lanzado en 1985, grabado con un presupuesto reducido y con poco tiempo para prepararlo. Ahora, 2016, y de la mano de Koolarrow Records, los ahora veteranos oriundos de San Francisco reeditaron el álbum incluyendo material inédito y nuevas mezclas.
Mike Bordin, baterista de FNM con una trayectoria más que envidiable, se ha soltado con nosotros y mediante una charla amena nos cuenta sobre su vida, su carrera y sobre este nuevo material a editarse en agosto de este año.
Mike, ¿por donde andás viviendo?
Vivo en el norte de San Francisco, por la zona de la bahía. Ahora son las 10:15 de la mañana y es un día hermoso.
¿Cuando empezaste a tocar la batería?
Aprendí cuando tenia trece años, era el año 1975. Era estudiante de primer año en la secundaria, noveno grado en nuestro sistema. Desde chico sentí esa conexión con la música. Estaba obsesionado con ella. Lo que se escuchaba en esa época era Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple, Jimmy Hendrix que comenzó a ser reconocido luego de su muerte. Tenía un buen amigo del colegio llamado Cliff Burton (bajista clave que tuvo Metallica). Comenzamos a ir a conciertos, escuchar y hablar de música todo el tiempo. Estaba en el cuarto de él una vuelta y me dijo que quería tocar el bajo. Me quedé estupefacto. Nunca habíamos hablado de hacer música. Le dije: “Está bien, yo voy a tocar la batería”. Y de ahí nació todo, de una manera azarosa. Fue como si alguien te taclease, ¿entendés? Provocó una reacción en mí. El comenzó a tocar el bajo y se volvió una leyenda y yo tuve que seguir trabajando, intentando ser mejor.
¿Cuál es tu relación con la batería? ¿Practicás todos los días o sólo cuando ensayás con la banda? ¿Pensás que ya dominaste la técnica o es más bien un viaje que no tiene fin?
Es una relación, claramente la mejor definición es esa: “Relación”. Cómo toda relación evoluciona. Cuando estoy en tour necesito estar física y mentalmente preparado para hacerlo. Cuando estoy en casa es otra cosa. Cambió bastante mi visión en el momento en que empecé a tocar con Ozzy Osbourne. Hacíamos las canciones que la gente conocía, canciones bien establecidas. En ese momento no practicaba entre tours. Para él era mejor que me aleje de la música en los tiempos libre y que cuando volviera a tocar, estuviese fresco, listo para tocar una y otra vez. El trabajo duro es con Faith No More. Al grabar música nueva, no escucho nada porque quiero que salga bien claro y único en sí mismo. Busco que nada me influencie porque es la manera en la que escribo.
Ahora que estoy un poco alejado de los tours, escucho música todo el tiempo y si de lo que escucho algo me entusiasma, algo despierta en mí una sensibilidad, voy y toco mi batería eléctrica. Me pongo los auriculares y toco lo que sea. Toco temas de Al Green, Black Sabbath, de los Ramones, de lo que dé. Es más, el otro día estaba tocando temas de Los ramones porque me gusta el poder que ellos tienen, su agresividad. ¡Son muy buenos! No soy, quizás, de esos que trabajan mucho en la técnica, que se encierran como en un caparazón buscando mejorar algo puntual. No soy así. Yo toco cuando lo siento. Claramente la relación que uno tiene con la batería siempre va evolucionando. No nacés sabiendo. Si pensás eso te estás equivocando.
¿Vas a conciertos? ¿Cual fue el último al que fuiste?
¡Sí! Fui con mi esposa a ver a Joe Jackson, ¿conocés? Un sujeto que hacía new wave en los ochentas. Él evolucionó más para un lado jazzero. Tomó mucha influencia de ese lado. Estuvo buenísimo. El bajista que tiene es excelente al igual que el baterista que luego conocí, un tipo muy agradable. Fue una noche de adultos. (Risas) Pero bueno, diciendo eso puedo decir que también vi a Black Sabbath cuando vinieron hace poco. Estuvieron fenomenales. Vi un par de veces a Metallica en el verano y también a Alice in Chains cuando Jerry (Cantrell) viene a la ciudad, porque es amigo mío. Lo mismo hago con Soundgarden que son amigos. Siempre hay conciertos por acá.
Hablemos de We Care a Lot: ¿Cuan díficil fue grabarlo? En el principio Faith no More no tenía una discográfica. Es más, tuvieron que juntar entre todos la plata para grabar el álbum.
Creo que fueron quinientos dólares lo que juntamos. No era mucho. Tenía un trabajo en una panadería que me permitía juntar la plata para grabar. Pero ese dinero te lo ganabas, no se lo pedías a nadie y eso era lo importante. Era algo que realmente queríamos hacer. Teníamos que salir de donde vivíamos y tocar por todos lados. Si tenés que hacer algo así y viene alguien y te da la plata, no va a significar mucho. “Bueno, hice esto porque alguien me lo dio. Seguro que si quiero otra cosa también me la van a dar”. Es lo opuesto a eso.
Las College Radios eran enormes. Si llegabas a sonar en esos lugares había chance de irte de gira por todo el país. Esa era la manera de llegar. Fue duro pero divertido. ¡Hacer tu primer disco es emocionante! Nadie te está molestando. Estábamos haciendo todo juntos y lo hacíamos 100% comprometidos.
A fines de agosto saldrá una nueva edición “de lujo” de We Care a Lot. ¿Será este un álbum remasterizado? ¿Por qué ustedes lo definieron como “de lujo”?
Se cumplen treinta años de We Care a Lot. El disco se encontraba agotado ya que no pensamos mucho en las tiradas del material hasta hace un tiempo. Con la encargada de sacar el primer disco tuvimos el siguiente trato: Lo sacaba ella y cuando el mismo remuneraba y pagaba los costos, entonces pasabas a tener todos los derechos. ¡Eso fue algo muy avanzado para su época! Ahora la gente hace eso, pero nunca vas a ver a una discográfica haciéndolo. Por ende, el disco es nuestro. La única edición que salio tiene una calidad que no le hace justicia y mucho no pudimos hacer porque no era “nuestro disco” en su momento.
Billy (Gould) encontró las cintas originales con las grabaciones de “We Care a Lot“, “Pills for Breakfast“, “As the Worm Turns” y “Greed“. Agarró todo esto y las digitalizó correctamente. Luego las mezcló con la experiencia y el equipo de ahora. En su momento tuvimos tres días para hacer el disco. Fue un fin de semana. Esa es la razón. Además tengo un video que nunca se mostró de nuestros comienzos con muy buena calidad que queremos utilizar.
A ver, no nos gusta el hecho que las discográficas de hoy en día saquen ediciones y re ediciones cada año de todo lo que hace un artista. Sin embargo, en su momento no pudimos hacerlo como quisimos. No podíamos hacerlo de nuestra manera. Ahora esto es nuestro y suena fenomenal. Suena como debería. Mike (Patton) y Billy se dedicaron a mezclaron bien. En un lado tenés las maquetas originales y en el otro las cosas nuevas que le pusimos. No se pierde nada o sea, uno obtiene más de la cuenta. Queríamos agregarle esas cosas y fue divertido volver a trabajar con dicho material. Hacía mucho tiempo que no lo escuchaba.
Tocaste con Black Sabbath, con la gente de Korn, con la nueva formación de Alice In Chains (mencionamos antes a Jerry Cantrell) y tocaste durante casi toda tu vida con Faith No More. Has tenido una fantástica carrera, ¿y ahora qué? ¿Qué pensás hacer?
(Risas) Creo que Faith No More no ha terminado todavía. Grabamos discos, creamos música que amamos, hicimos muchos shows de los cuales uno puede estar orgulloso. Me considero todavía como miembro de la banda. Incluso ayer hablé con Mike Patton. Que no estemos activos no significa que no estemos conectados.
No estoy buscando formar una nueva banda. La estoy pasando bien relajándome, estando en casa. Ocupándome de lo que me quiero ocupar como de esta reedición. Si tuviera que decir algo sobre el futuro, más que nada en un acto de adivinación, porque no se que pasará más adelante… Si tuviera que elegir algo para hacer haría algo con Faith No More. Estamos todos abiertos a esa idea. Ninguno ha cerrado definitivamente esa puerta y eso me enorgullece. Está buenísimo tener la oportunidad de volver a interpretar algo que hiciste y hacerlo funcionar correctamente.
Ahora que lo mencionás, son muchas cosas las que hice en mi carrera. Es bastante curioso…
Quizás en su momento no eras consciente de tantas cosas que hacías, pero cuando lo ves desde ahora decís “¡Wow, hice un montón de cosas!”
(Risas) Lo único que te puedo decir es que la música es mi vida. Siempre estuvo en mí. La música me salvó y poder hacer música por más de treinta años cuando muchos no han podido, eso me pone humilde y muy agradecido de hacer lo que hago. Y orgulloso. Cuando hago música siempre doy todo lo que tengo, el 100%. Es mi compromiso. No importa si es con Mike o con Ozzy, siempre daré todo lo que tengo. Es algo importante para mí porque es la manera en que hago las cosas. Ellos también piensan como yo. Es una batalla que va más allá de lo físico, mental o emocional, es poner a todas tus pasiones juntas sabiendo que es todo lo que tenés.