Fontaines D.C. es una banda de post punk oriunda de Dublín formada en 2017 por cinco irlandeses que se conocieron en la universidad y formaron un lazo en base a su pasión por la música y la poesía.
Dogrel, su álbum debut, salió en 2019 y recibió excelentes críticas en todo el mundo, llevándose el título de “Álbum del año” para la BBC Radio 6, además de nominaciones para los premios Mercury y Choice Music. En medio de una gira extensa, la banda escribió, grabó y produjo su segundo álbum de estudio titulado A Hero’s Death, que salió el 31 de julio de 2020.
En conversación con Indie Hoy, el vocalista Grian Chatten remarca lo importante que fue para ellos forjar un nombre propio en sus inicios. Su ciudad está tan presente en sus canciones que casi se pueden escuchar como un recorrido geográfico por las calles de Dublín. En un contexto marcado por la globalización y la gentrificación, la banda se aferra a sus raíces y al sentido de comunidad que identifica a la ciudad de Dublín desde tiempos inmemorables. “A la hora de escribir nos remontamos a la vieja cultura tabernaria de clase obrera y, por supuesto, generaciones de poetas borrachos de nuestro país, desde el propio Joyce o Patrick Kavanagh hasta el mismo Shane McGowan”, dice Grian y entre risas agrega que “tenemos algunas canciones que fueron pensadas para cantar entre pintas de Guinness con amigos en un bar”.
El amor de sus integrantes por la poesía fue fundacional en la banda, al punto que el título de su primer disco viene de un género de poesía irlandesa de principios del siglo XX. “Dogrel es una poesía como muy repetitiva, simple y coloquial. Normalmente se recitaba en bares, la gente recitaba sus poemas unos a otros. Muchas veces los críticos utilizaron la palabra en un sentido peyorativo y describían de manera negativa esta nueva forma de expresión artística. Los cinco somos muy fans de Dublineses de James Joyce, y está toda escrita en verso dogrel. Era una palabra que envuelve muchas de las influencias de la banda y por eso nos pareció un buen nombre para comenzar”. Esta reivindicación de la banda es una forma de preservar una práctica de la cultura popular irlandesa a punto de desaparecer.
Esta influencia también se filtra en la forma de cantar de Grian y la rapidez y verborragia con la que lanza sus versos. Por momentos parece como si estuviera recitando sus críticas políticas a la sociedad de consumo en la que vivimos. “En los dos LPs buscamos exponer emociones que creemos que están en combate permanente las unas con las otras”, dice el cantante y enumera: “enojo, mucho enojo, inteligencia, melancolía, sarcasmo, desazón, confusión, nuestra moral, cierta insolencia, desorientación, y… ¿ya dije enojo? Hoy en día hay muchas cosas por las que estar enojado. Pero también hay algo de amor y romanticismo, no nos olvidamos de eso”.
En “Chequeless Reckless”, canción de su primer disco, encontramos una crítica moralista de una ciudad que ha vendido su espíritu por un cuestionable progreso social y económico. En su nuevo disco hay canciones como “Love is the Main Thing” y “Televised Mind” que retratan a una juventud que se contradice entre la revolución, el egoísmo, la codicia y las ganas de crecer, sazonado con lágrimas y algunas historias de amor.
A Hero’s Death llegó este año para demostrar que las secuelas no siempre decepcionan y que a veces incluso pueden superar la primera parte. Si Drogel había sido una oda a tiempos pasados, A Hero’s Death es un manifiesto sobre el atemorizante futuro que nos espera. Con estribillos potentes y una energía maníaca, este álbum vino a consolidar la esencia de la banda que, en palabras de su frontman, es “esas ganas de salir a la calle, agitando el puño, y gritar muy fuerte por las cosas que te importan”.
“A Hero’s Death mantiene el mensaje que queríamos dar con el primer disco pero creo que es más alocado y futurista. Lo hicimos todo mientras estábamos de tour, y creo que la mayor influencia fue The Beach Boys –porque los escuchamos mucho mientras viajábamos- así que el sonido punk por el que íbamos en este caso incorpora también un estilo más psicodélico y como de ensueño. Las melodías son diferentes pero con la misma idea detrás”, analiza Grian. “El álbum va desde un nihilismo despreocupado, pasando por una rabia incontrolable, completa furia y enojo, hasta llegar a la empatía por el otro. Creo que, sin saber lo que iba a pasar este año, hicimos un disco que refleja muchas de las emociones que nos dejó este 2020”.
Frente a la cuarentena, Grian admite que “fue una sacudida a todo lo que teníamos planeado durante el año, pero creo que nos sirvió para reflexionar hacia dónde vamos y cómo somos en sociedad. Creo que para algunos esta pandemia sacó lo mejor de ellos, para otros lo peor. En el caso de la banda, fue raro tener que promocionar un álbum sin poder salir, pero creo que lo logramos. Lo peor a nivel musical es no poder presentarnos en vivo como teníamos ya pensado, pero de a poco estamos pudiendo salir más y creo que para el año que viene ya vamos a poder tener una nueva gira y tocar todo este material”. Grian concluye enfáticamente que no pueden esperar a volver a hacer un tour mundial y que, por supuesto, Argentina es un país que les encantaría conocer lo más pronto posible.