A solo unos días del show de Franz Ferdinand en Buenos Aires, da gusto escuchar a Alex Kapranos hablar con tanto entusiasmo sobre la banda. “Estamos tocando a un nivel que es telepático, no necesitamos hablarnos, solamente sentir el ambiente,” dice en conversación con Indie Hoy. De los miembros fundadores, solo quedaron él y Bob Hardy en el bajo, y los acompañan Dino Bardot en guitarras, Julian Corrie en teclados y Audrey Tate en batería.
Este septiembre, publicaron “Audacious“, el primer adelanto de su próximo disco, The Human Fear, que llegará el 10 de enero del 2025. Es una balada a piano optimista, con la voz grave de Alex tomando un tinte melódico y una letra directamente relacionada al tema del disco: el miedo. En nuestra entrevista por videollamada, Alex da pistas sobre las letras de otras canciones: “Doctor” es sobre el miedo a dejar una institución, “Tell Me I Should Stay” sobre el miedo de decir adiós a alguien que amás y “Bar Lonely” es sobre el miedo a dejar la dependencia al alcohol.
Pasaron 6 años desde que Franz Ferdinand sacó su último disco de estudio, Always Ascending, al que le siguió Hits to the Head (2022), un álbum de grandes éxitos que fue acompañado de una larga gira. Habiendo ya dado un cierre a esa etapa de nostalgia y con una nueva formación afianzada, ahora están listos para vivir el presente.
¿Te acordás de cuándo compusiste “Audacious”?
Antes de empezar con estas entrevistas, estaba sentado en el piano con mi hijo tocando la canción para él, y me acordé de cuándo la escribí. No soy un gran pianista, en realidad soy un pianista muy malo. Estaba tocando algo básico, empecé en el Do y bajé por todas las notas blancas del teclado, tonteando un poco, tratando de hacer nuevos acordes que sonaran cool y cantando exactamente lo que sentía. De repente llegué a un punto en el que dije: “¿Sabés qué? ¡Voy a cambiar la escala musical ahora!” y así pasó. Estaba solo jugando en el piano y apareció algo bueno.
La canción se siente muy orquestada —hay violines, vientos y el piano es más predominante. ¿Qué llevó a estas decisiones?
Supongo que es porque nunca había hecho algo así antes. Cuando estaba haciendo este disco, quería que sonara realmente como Franz Ferdinand, inequívocamente Franz Ferdinand, pero que también tuviera canciones que sonaran como cosas que nunca habían estado en un disco de Franz Ferdinand antes. Y, además, aunque suene egoísta, me resulta muy divertido, realmente disfruto hacer orquestaciones, es el tipo de cosas que quiero escuchar en un disco.
¿Cómo llevás esa idea de hacer un disco que suene como Franz Ferdinand al estudio?
El sonido que van a escuchar es el de nosotros cinco tocando juntos en una sala. Para la gente que no sabe de grabación, eso puede sonar obvio, pero hay muchos discos que no se hacen así. Muchos se graban con los integrantes por separado y con muchas correcciones por computadora. Yo prefiero no corregir y tocar bien desde el primer momento, con mucho ensayo y después pocas tomas. Hubo mucha preparación, como tres o cuatro años de escribir, arreglar las canciones y aprender a tocarlas. Pero la grabación en sí llevó dos semanas.
Volvieron a trabajar con Mark Ralph, quien había sido el ingeniero de sonido para Right Thoughts, Right Words, Right Actions (2013). ¿Cómo fue trabajar con él otra vez, ahora en la producción?
Amo a Mark, es muy gracioso, tiene una mente musical brillante y te deja probar ideas que otros productores no. Odio pasar mucho tiempo en el estudio. Me gusta que lo creativo sea fluido y tan rápido como sea posible, y él no tiene problema con eso. Además, grabamos en mi estudio en Escocia, que es bastante peculiar ??—la consola está en la sala con la banda y hay un hogar en una esquina. Tiene una atmósfera muy particular y yo sabía que él no se iba a asustar cuando viniera a grabarnos. Hablé con otros productores, y me decían cosas como: “Vayamos a grabar a este estudio carísimo y bla bla bla”. No me importa esa mierda, yo sé dónde vamos a hacer un disco en el que tocamos bien y eso es lo más importante.
¿Fue la primera vez que grabaron en tu estudio?
Fue la primera vez que grabamos un disco entero en mi estudio. Durante la cuarentena, todos teníamos proyectos y el mío fue rediseñar la acústica del estudio. Fue la primera vez en mucho tiempo que me interesaba en algo tan científico, como las ondas de sonido, las frecuencias y todos esos cálculos.
La temática del disco es el miedo, ¿qué te hizo querer explorar este sentimiento?
No quise, simplemente pasó. No me di cuenta de que el disco era sobre eso hasta que estuvo terminado. La última letra que escribí fue la de “Hooked”, que empieza con la frase: “Tengo el miedo, tengo el miedo humano, pero está bien porque todos tienen el miedo”. Cuando estaba analizando el disco, tratando de entender qué era lo que lo unificaba, esa frase me saltó a la vista. Todas las canciones tienen al miedo en el centro. Creo que el miedo es fascinante porque es una forma de encontrar nuestra humanidad, nuestra personalidad y nuestro carácter. El miedo es universal, todos pasamos por esa experiencia, pero la forma en que cada uno reacciona es personal.
Siento que esa es una visión muy contemporánea. Pienso en la pandemia, en donde todos sentimos miedo, y también en la salud mental y la ansiedad, algo de lo que hoy se habla mucho.
Sí, hay canciones que hablan de eso, como “Cats”, que trata del miedo a salir afuera que creo que muchos tuvimos después de la pandemia. Pasamos todo el tiempo encerrados, desesperados por salir, pero cuando llegó el momento de salir, muchos tuvimos miedo. Mi naturaleza es la de un gato. Me gusta estar solo, me gusta caminar y explorar una ciudad solo. Pero después de la pandemia, me sentía nervioso y sé que muchos amigos con los que hablaba se sentían igual, pero ¡mierda! Es como cualquier miedo, cuando lo superás se siente mejor. Por eso buscamos el miedo: vemos películas de terror, subimos a montañas rusas, porque superar el miedo se siente genial.
Los recitales son un poco sobre eso. ¿Sentís miedo cuando salís al escenario?
Sí, definitivamente. “Miedo” es una palabra graciosa porque, aunque parezca tan genérica, tiene muchos matices. Cuando te subís al escenario, tenés que superar algo y creo que es una forma de miedo. Hace muchos años, cuando tocamos en Chile en el festival de Viña del Mar, me acuerdo que el tema del festival era “Superá el monstruo del miedo” [Alex se debe estar refiriendo al “Monstruo de la Quinta Vergara”, como se le llama al público del festival, por lo difícil que es complacerlo], y me encantó esa idea porque eso es lo que tenés que hacer: conquistar el monstruo del miedo. Cuando subís al escenario y abrazás tu vulnerabilidad, estás diciendo: “¡Estoy acá, estoy abierto a ustedes!”. Es el sentimiento más estimulante que podrías experimentar, es realmente asombroso, pero no lo podrías sentir si no superaras el miedo.
También quería preguntarte sobre el arte de tapa, inspirado por la artista visual húngara Dóra Maurer. ¿Cómo surgió?
Dóra Maurer es una artista maravillosa y una gran influencia para nosotros. Cuando vi su obra Seven Twists, tuvo en mí el efecto que quiero que tenga nuestra música en la gente, en el sentido de que fue inmediato, chocante. Es audaz, pero a la misma vez soporta la repetición: podés volver a verlo y nunca te aburrirías. Y eso es lo que querés hacer cuando escribís canciones. La poesía es igual y a veces el cine también, pero no siempre. Además, en sus fotografías hay una melancolía real, se siente como estar mirando detenidamente su alma. Al igual que una buena canción, una buena obra de arte visual es conceptual y puede ser interpretada por alguien más también. Fui a la exhibición de Yoko Ono y pienso que mucha de su obra también era conceptual. Ella hacía su performance, pero era una obra abierta para cualquier otro, un set de instrucciones. Eso sentí con la obra de Dora. En este caso, como somos un grupo, es una interpretación diferente de la pieza porque ella es una artista solista. Todas las imágenes de ella son autorretratos, mientras que en nuestra versión, cada imagen es un miembro de la banda. Adquiere un nuevo significado, porque nos estamos sosteniendo entre nosotros en cada iteración, ¡y eso es una banda! Solamente podemos mantenernos juntos si nos apoyamos entre nosotros.
Franz Ferdinand se presenta el lunes 11 de noviembre en el estadio Obras Sanitarias (Av. del Libertador 7395, CABA). Entradas disponibles a través de CoolCo, con 25% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.