Hay algo que Gente Conversando tiene muy claro: no quieren ser una banda condescendiente. Así lo reafirma su tercer y más reciente EP, donde un joven Miguel Abuelo interpela desafiante desde la portada. No tiene un micrófono en la mano, sino un par de guantes de boxeo. “Yo soy mi propio invento”, escribía el líder de Los Abuelos de la Nada en aquel poema titulado “A mis 40 años”, y por eso el homenaje que le rinde el quinteto porteño tiene tanto sentido. “También nosotros tenemos nuestros santos”, sentencia Guillermo Masse al respecto. “No hay manera de escapar de ellos”.
Compuesto por ocho tracks a modo de “perlitas”, canciones que los fans de primera hora ya consideran clásicos, Gente Conversando vs. la industria musical da cuenta del gran momento creativo que atraviesa la banda, que aprovechó la pandemia para hacer crecer su propuesta y encerrarse a experimentar. “Fue un hágalo usted mismo, por eso también el título”. No importaba cómo iba a salir, lo teníamos que grabar”, cuenta Abelardo, alias “El Pollo” sobre el clima que reinó durante el proceso de producción. “Tenemos temas viejísimos aggiornados, otros inéditos… hay algo de la guerrilla que nos permite cierta libertad”. En tiempos de tantas definiciones forzadas, la agrupación que completan Martín Cajales, Detective Juan y Li Francucci, apuesta por preservar sus mayores virtudes: seguir siendo inclasificables, y hacer las cosas a su manera.
¿Por qué decidieron grabar un EP, y no un larga duración?
Abelardo: Íbamos a grabar un LP, pero la pandemia nos condicionó, entonces el disco se fue armando así. Sucedió de manera orgánica. Es medio boomer decir esto quizás, pero aunque no sea un larga duración, conceptualmente para mí este disco es de esos que te obligan a escucharlo de principio a fin, que tenés que escuchar en orden los temas. Hoy en día se plantea mucho el hecho de la inmediatez, el impacto, sacar singles para que la gente no se aburra…
Martín Cajales: Simplemente proponemos otra opción, nuestra opción. Es una declaración de principios de identidad en este momento. No estamos en contra de los formatos que corren, sino del “así debe ser”.
Guillermo Masse: Hay algo de la necesidad desesperada de pegarla que tiene que ver con perpetuarse, y toda esta reformulación entre comillas de cómo deberían ser los formatos, te da mucha libertad. Sin embargo, vos podés sacar un tema cada quince días, pero eso no te garantiza nada, habría que ver en dos o tres años cómo funciona.
La evolución en el sonido de la banda es muy notoria, sobre todo en vivo. ¿Sienten que están en un momento bisagra en ese sentido?
Detective Juan: Sí, hubo mucho de composición durante la etapa de grabación. Es un disco lo-fi, casero, de guerrilla, pero aun así es el que más produjimos. Tuvimos la libertad de meter todo lo que queríamos porque no teníamos ninguna marcación de tiempo, entonces la parte musical de la banda evolucionó un montón. Los primeros discos fueron discos de estudio, ahí ya hay otra presión.
GM: De repente no podíamos hacer nada porque no se podía salir a la calle, había que parar. Y lo que estaba hecho, pasa el tiempo, se escucha, va macerándose, entonces decís “che, acá estaría bueno agregar una trompeta”. ¿Y por qué no? Además, si el contexto iba cambiando todo el tiempo, ¿por qué el disco no iba a ir cambiando también?
MC: No sé si está bueno decirlo, pero en los discos anteriores estábamos medio verdes, podrían estar mucho mejor. Pero es algo que tiene que ver con el tiempo, con cómo se van dando las cosas. Siempre vamos a estar más verdes ayer, que hoy.
GM: Por otro lado, hay mucho ensayo. Debemos ser la banda porteña que más ensaya.
¿Esa evolución obligó a relegar un poco la cuestión performática?
GM: Cuando recién arrancás con un proyecto, a veces el espacio te condiciona y tenés que hacer más alarde físico para entretener a la gente, pero si vos tenés una canción que sola sale y es hermosa, el público te pide menos porque quiere escuchar la canción. Hay temas que piden perfo, y otros que piden interpretación. Igual el show sigue teniendo teatralidad, pero no es la misma que en el comienzo.
A: Lo que pasó también es que aprendimos a producirnos. Si bien era algo que ya hacíamos antes, de repente durante pandemia fuimos solo una banda de estudio. Antes éramos una banda más de vivo, y la pandemia nos sacó esa posibilidad, entonces nos desarrollamos bastante en ese sentido. Son dos mundos totalmente distintos.
MC: La música todo el tiempo tiene esas pequeñas reseñas teatrales. El solo hecho de pararnos en el escenario, ya ahí hay algo, lo escénico está. Por más que se corte la luz, algo va a pasar.
¿El título del disco va con ironía, o le declaran abiertamente la guerra a la industria?
MC: Ellos nos declararon primero la guerra a nosotros.
GM: Ninguna acción sin reacción. En los tiempos que corren, hay una mirada muy de quedar bien, de ser complaciente. De cierta corrección. A nosotros medio que nos chupa un huevo eso, porque el enemigo va a estar siempre. Un día puede ser uno, otro día otro, no sabemos, hasta podemos ser nosotros mismos el enemigo. Siento que hay como una idea de que bueno, estamos derrotados, entonces vamos todos juntos con amor por el camino. Todo bien, pero el enemigo siempre va a estar, y no está mal seguir enojados. No desde un lugar políticamente correcto, no enojados demagógicamente, sino que hay como una furia ahí que es necesaria.
DJ: En lo personal, siempre me gustaron mucho los títulos concretos, que funcionan como declaración de principios. Elvis Presley por ejemplo, tiene un disco que se llama “50 millones de fans no pueden estar equivocadas” [50,000,000 Elvis Fans Can’t Be Wrong], o el primer disco de los Stones, que en Inglaterra se llama The Rolling Stones, y en EE.UU. en cambio se llama “Los nuevos hacedores de hits de Inglaterra” [England’s Newest Hit Makers]. Ese tipo de cosas me gustan mucho y me parece que funcionan.
“A mi generación no le importa mi opinión”, canta Guille en “La exposición”. Se podría leer como una versión aggiornada, incluso más nihilista, de aquello que planteaba Babasónicos en “D-Generación“.
GM: Habría que replantearse cuál es el “fuck the system” de ahora. En ese momento todavía había un “no future”, ahora, el no future es más berreta, para mí. En ese caso es real el enojo, de repente parece que todos tienen que decir cosas bellas, todos tienen que ser artistas, todos tienen algo para decir, todos opinamos…
MC: Y eso es la industria musical. Nosotros queremos hacer las cosas de otra forma, y hasta capaz nos salen mejor. Es una apuesta.
El proyecto crece a su ritmo pero de una forma sostenida. Cada vez tienen más público, de cada show sale un puñado de fans nuevos. Hay mucho del boca en boca y de esa cuestión artesanal, también por el uso que hacen de las redes.
MC: Ahora queremos empezar a pintar con aerosol las paredes, como hacía Viejas Locas en los 90.
GM: El tema de las redes es un plano paralelo, importante, pero a la vez es otro lenguaje. Hay como una obligación que puede caer en lugares a veces medio tramposos. Hay mucha gente a la que en las redes le va re bien, pero eso después no se refleja. Los pingos se ven en el recital. No sabemos muy bien cómo es nuestro lenguaje virtual, quizás lo estamos buscando, pero sí sabemos que cuando tocamos, llenamos.
Respecto al uso del humor y la ironía, ¿les preocupa que los puedan malinterpretar, o les divierte?
DJ: El humor es parte de todo, yo también me arriesgo a parecer un pelotudo cuando hago chistes en mi trabajo, en un momento en el que no hay que hacerlos. Pero si te sale bien, te gratifica, y que eso esté presente en el arte para mí es saludable.
A: Nuestro fin no es hacer reír, el humor es un recurso que también usamos entre nosotros. No es que intentemos ser graciosos, y tampoco nos interesa provocar. Buscamos salir de la solemnidad.
GM: Si un día pinta llorar, pintará llorar. No vamos a forzar nada. Hay gente que fuerza el humor o la provocación, y otra que te das cuenta que es espontáneo, como Madonna beboteando o Iggy Pop poniéndose en cuero con 70 años, por ejemplo. Nosotros ya tenemos una identidad que maneja la ironía, y además, es algo que está presente en el 90% de la cultura popular argentina.
¿Se imaginan experimentando con algún otro género, algo totalmente opuesto a lo que hacen hoy? Cantando un bolero, o sacando un disco de punk, por ejemplo.
MC: Nosotros hacemos punk sin tocar punk, eso de hacer un disco de tal género, no creo que nos pase nunca.
GM: Estamos un poquito a favor y en contra de todo.
¿De qué están a favor?
A: De tener un show siempre agendado, y de poder grabar el siguiente disco. A todo el mundo le gustaría que lo escucharan 10.000 millones de personas, el tema es no ser condescendiente para que eso pase. Si lo hiciéramos, nos aburriríamos mucho. Para eso le mandás a hacer la música a una inteligencia artificial y listo.
DJ: De hacer cosas que te gusten como consumidor, si hacés algo que vos mismo escucharías, va a estar siempre bien. Cuando mirás a los genios verdaderos, son gente que no dejó de admirar a sus ídolos de la infancia o adolescencia. Charly García, por ejemplo, es un gran fanático. Es un tipo que se quiso teñir el pelo de rubio porque le gustaba Kurt Cobain, más adolescente que eso no existe. Eso refleja honestidad.
GM: Estamos a favor de pasar a la acción. A la larga, quedan los que activaron.
Gente Conversando se presenta este sábado 6 de agosto a las 21 h en CC Richards (Honduras 5272, CABA) junto a Matilda, entradas disponibles a través de Passline. Escuchá Gente Conversando vs la industria musical en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).