Go-Neko! celebra los diez años de su primer disco, Una especie de mutante, y se vuelve a reunir por única vez después de casi cinco años sin tocar. Desde entonces sus integrantes siguieron haciendo música a través de proyectos paralelos: Peta D’Agostino (Ex-Colorado), Mariano Neko, Manu Gómez (Súper 1 Mundial), Pipe Quintans (107 Faunos, Súper 1 Mundial) y Tom Quintans (Bestia Bebé, Súper 1 Mundial). Pensar en Go-Neko! es como pensar en un objeto de culto que mucha gente jamás pudo ver en vivo, pero que por fin podrá hacerlo este viernes 16 de noviembre en el Xirgu.
Se podría definir el género de Go-Neko! como krautrock, aunque la banda discute la tendencia de encajar todo en un género. Lo que sí podemos decir es que Go-Neko! es un constante juego de intensidades, donde a través de la experimentación lograron hacer algo que nadie estaba haciendo en su momento. Hablamos con Mariano, Tom y Pipe sobre el fenómeno que giró alrededor de la banda y sus discos: Una especie de mutante (2008), Los malos de verdad (2010) y su EP despedida Muerte a la máquina fantasma (2013).
¿Cómo surgió la idea de esta reunión?
Mariano: Se cumplen 10 años del primer disco y veníamos charlando bastante con Tom sobre si hacerla o no hacerla. Un día me levanté inspirado y surgió la idea de hacer un recital.
Tom: Mariano y Nacho, que es el productor de la fecha de ahora, me venían insistiendo de hacerla. Tocamos para mi cumpleaños en Plasma, para probar qué onda y ver si estaba bueno. Y fue muy divertido, nadie se peleó. Entonces dijimos de hacer una fecha más para la gente que nunca nos vio, o para que las que nos vieron muchas veces nos puedan ver una vez más.
¿Qué recuerdan de la salida de Una especie de mutante?
T: Habíamos sacado un EP antes, por un sello virtual que se llama Mamushka Dogs. También había unas ediciones caseras de promoción que habíamos hecho nosotros. Tenía seis temas y eso fue como una especie de previa al disco. Es más, usamos grabaciones de ese EP para el disco. Fue un proceso largo, yo grabé las baterías en febrero y terminamos en agosto del otro año.
M: Se grabó todo por separado, el que tenía ganas iba y grababa.
T: Fue súper de laboratorio, de ir grabando cosas de a poco.
¿Cómo llegaron al krautrock? En su momento los compararon mucho con el sonido de Neu!.
T: Manu, el guitarrista y Peta, escuchaban mucho eso. Pero ni siquiera las influencias de ese disco son muy kraut. Al primer tema le pusimos “Go-Kraut!” pero no sabíamos qué era. Queríamos ponerle otro nombro, “Motorico” era. Yo cuando entré no tenía mucha idea de esas cosas. No nos gustaban las bandas que hacían el género cien por ciento. No queríamos tener una banda igual a Neu! que la batería fuera toda tranquila, con el tecladito y todo súper armadito. Queríamos hacer la nuestra.
M: Nos encontramos, salimos a tocar y salió eso. Es una mezcolanza bastante grande, hay un poco de cada integrante. Teníamos un norte musical, pero muy difuminado por el color que cada uno le podía aportar a la composición del tema. Sino sería un homenaje.
Pipe: Siempre nos parecieron aburridas las bandas de género. El kraut era más tímbrico, para ser una banda kraut lo nuestro era bastante melódico. Por eso nos arrepentimos de ponerle “Go-Kraut!” al primer tema. También nos dimos cuenta de que el término se había vuelto más popular, antes no se nombraba tanto.
M: Nosotros trajimos el kraut a argentina. (Risas)
T: Además nosotros tratábamos de hacer canciones, con una melodía que podía se seguir. No hacíamos temas de 10 minutos, éramos una banda de cero improvisación. Habían shows que nos decían que improvisábamos, pero estábamos en contra de las zapadas. Las odiamos, es más nunca nos poníamos a hacer canciones así. Era todo más pensado. Manu venía con un arpegio, yo armaba la batería, Mariano el bajo, Pipe los teclados. Por ahí no parecía así porque era música instrumental y se asocia con eso, pero no. Creo que jamás hubo una improvisación, ni en vivo ni en un ensayo. Es más, si a alguno se le ocurría improvisar lo echábamos de la banda. Manu se enojaba cuando alguien lo intentaba, y se iba. Todas las improvisaciones terminaban siendo medio Santana. Nosotros nos guiábamos mucho por las cosas que no nos gustan. Entonces cuando algo suena como algo que no nos gusta, hay que sacarlo.
Luego salió el segundo disco, Los malos de verdad, donde hubo un mayor énfasis en los samples. ¿Qué recuerdan de esta etapa?
T: En el primer disco también había samples, pero en el segundo son un instrumento más. Por ejemplo, en la canción “No tengo otra alternativa” con la voz de Salvador Allende. Eso fue influenciado por Primal Scream, que tienen un par de temas así. Es como lo más importante de la canción, no es como una voz de fondo. Y el segundo disco es una cosa más particular, porque por ahí en el primero se notan más las influencias. Pero el segundo es más lo que era Go-Neko! al cien por ciento. Fue un disco largo también, por ahí tendríamos que haber sacado cuatro temas así hacíamos dos discos y la banda no se separaba.
P: Dura casi una hora y es un poco cansador. Es medio difícil de escuchar, siempre nos costó escucharlo entero. Es re intenso.
T: Yo lo intenté escuchar hace poco para tenerlo y me explotó la cabeza.
Y en el 2013 hubo un último EP. ¿En ese lapso de tiempo habían estado tocando?
T: Después del segundo disco fue cuando más tocamos. Al tocar nos dijimos de componer menos canciones e hicimos dos nomás. Pero había muchas fechas y nos costaba mucho. También cuesta cuando hacés un género así, no repetirse es jodido.
P: Había más canciones dando vueltas pero esas eran las que estaban más cerradas. Había pasado bastante tiempo del disco anterior. Uno se acuerda de los años de salida de los discos, pero la mayoría de las veces los empezaste a grabar el año anterior, o sea que las canciones te van quedando cada vez más viejas. Además hacía mucho tiempo que no sacábamos nada. Se nos ocurrió eso de sacar dos canciones acompañadas por una historieta, pero gastamos un montón de tiempo en hacer eso y encima pasó medio desapercibido. Porque también era como un formato nuevo, casi que no hay edición física, deben haber como diez copias, es inconseguible, ni yo lo tengo. Quisimos explorar eso para hacer algo distinto, algo más relajado.
En Una especie de documental contaban la idea de suplir a un cantante con un monstruo hecho de madera.
P: Es que todos nos decían que no teníamos cantante. Y bueno, si querían algo tenían eso. Pero estábamos en contra de la idea del frontman. Siempre tratamos de cambiar las cosas. Yo que toco sentado podía ir adelante, o poníamos la batería adelante. Queríamos desarmar la idea clásica de la banda. Sacar al frontman y reemplazarlo con un personaje de fantasía hecho con maderas era una buena idea.
¿Cómo fue que la banda aterrizó en el sello Laptra?
T: Fue a través de El Mató. Los conocimos cuando tocamos en 2006, de culo porque iba a tocar otra banda y se bajó. Ellos nos vieron y flashearon con el estilo, que era raro en su momento. A ellos les encanta toda esa música. Ahí los conocimos y después los fuimos a ver un par de veces y nos hicimos amigos. Nos dijeron que nos podíamos sumar a Laptra y ahí empezó. En ese momento el sello tenía muy pocos discos; tenía los de El Mató, alguno de 107 Faunos, de Prietto. Discos digitales, no físicos.
¿Sienten que era más difícil tocar en ese momento?
T: Ahora hay pibes en todas las provincias que organizan recitales, antes eso no pasaba. Yo con los años vi cómo creció todo eso, comparado con lo que era en su momento. En el 2009 tocamos 20 veces en Plasma, y Prietto tocaba ahí también, los Faunos, todas las bandas. No había otro lugar. Hasta que después apareció El Zaguán y después el viejo Matienzo.
M: Acá también estaba el Salón Pueyrredón, pero no tenía tanta apertura musical para este lado. Y olvidate de un Niceto, era de muy difícil acceso.
T: Tocar en Niceto era prácticamente imposible. Cuando tocamos ahí fue porque nos invitó El Mató y para nosotros era la final del mundo. Ahora hay ciclos todos los días y está buenísimo, es muchísimo mejor. Por eso cuando pensamos en medir la cantidad de gente también pensamos que era otra época. Ahora se ven muchas más bandas instrumentales o que hacen géneros re locos.
Go-Neko! era una re apuesta, ahora queda como esa joya extraña para quienes la miraron desde afuera.
T: Una mala apuesta. (Risas)
P: Ahora hablamos de los resultados pero en realidad nunca pensamos mucho en eso. Hacíamos exactamente la música que queríamos hacer, en los lugares que nos gustaban y con las bandas que nos caían bien. Habían bandas que hacían mas o menos cosas parecidas, pero no hacíamos fecha con ellos. Por ejemplo nunca hicimos una fecha con Dietrich, o quizás una sola vez. Era todo bastante a nuestro gusto, no había mucha visión de producción o de mercado.
T: Había pero no funcionaba.
Muchas de las bandas que crecieron en Laptra hoy son bandas con gran convocatoria de gente. ¿Qué pueden analizar entre el período de Go-Neko! hasta hoy?
P: En ese tiempo El Mató terminó de explotar, apareció Bestia Bebé, Las Ligas. El circuito independiente creció un montón, salieron discazos. Algunos lugares cambiaron, otros siguen, pero hay más gente involucrada: bandas, artistas, productores, público.
T: Además también faltaban medios. Antes no existía Indie Hoy, no había nada. Había una página que subía los discos y nada más. Nosotros no agarramos Instagram. Empezamos con Fotolog y nos pasamos a Facebook. No era ni común el full álbum de YouTube. Ahora nadie piensa en tocar en un bar para que te vea el dueño de PopArt. Es todo más independiente, agarrás una guitarra y ya empezás a pensar en la tapa del disco y en cómo editarlo.
P: Era una novedad que Radiohead pusiera el disco en descarga gratuita.
T: En las notas nos preguntaban sobre la decisión de poner nuestra música en internet, y es una locura porque ahora nos preguntarían lo contrario.
¿Este es un único recital o puede haber algo más?
T: No, es solo esto. Por lo menos para mí, porque ya no puedo tocar la batería. Suena medio publicitario pero no, es este show nomás.
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Go-Neko! se reúne para un único recital el viernes 16 de noviembre en el Xirgu Espacio Untref (Chacabuco 875, CABA) junto a La Venganza de Cheetara. Entradas disponibles a través de Plateanet. Más información.