Tiene 29 años y desde muy joven supo que quería actuar, lo que lo preparó para lo que terminó siendo una prolífica carrera: hizo cine (aparece en casi todas las pelis de Ariel Winograd), publicidad, teatro (hace del oso que habla en Despierto, con Violeta Urtizberea) y participó de dos de las series web más copadas de la Argentina: Eléctrica y Tiempo Libre (ambas de UN3TV), a la que ahora se suma Soy Ander, con un elenco impecable y una propuesta disparatada: la historia de una estrella del rating que quiere protagonizar la nueva de Wes Anderson.
En esta entrevista exclusiva con Indie Hoy hablamos con Iair Said sobre esta nueva pieza, además de sus proyectos paralelos y los otros roles que suele ocupar en el mundo de lo audiovisual.
Hablame de Soy Ander, ¿de qué va?
Cande Vetrano hace de Kiki Vega, que es como una actriz mega popular, la reina del prime time, la más popular de la Argentina, que se entera que Wes Anderson viene al país a hacer un casting para su película y que solo van a haber actrices independientes. O sea, todo lo contrario a lo que es ella. Entonces, trata de despojarse de todo su pasado para convertirse en la protagonista de esa película, y que se la empiece a considerar “actriz”, y no “famosa”.
¿Qué significa ser under hoy en día?
Me parece que hoy lo under y lo comercial están bastante mezclados. Por lo menos la gente que trabaja en un lugar y en el otro. Lo que tiene el under es que en general es autofinanciado, y son realizaciones artísticas no pensadas con una finalidad comercial. El under no necesita del éxito comercial para subsistir, y está más ligado a lo que uno en realidad quiere hacer. Yo creo que todo el mundo empieza siendo under o haciendo cosas por motu propio, para después convirtiéndose en empleados, estrellas o actores de tele o cine; y cuando son más grandes hacen el camino inverso. Vuelven a ser “under”, porque terminan haciendo los proyectos que ellos quieren hacer, o generados por ellos mismos.
¿Cómo te llevás y qué pensás de este formato, de series que son creadas directamente para la web, o que se consumen principalmente ahí?
La serie web como formato me parece una herramienta ideal para los tiempos en los que vivimos. Es mucho más fácil de realizar, hay muchas más posibilidades para concretarla, es de más fácil acceso en cualquier horario, cualquier plataforma, más rápido de ver y más accesible en estos tiempos con tanta oferta. Te podés ver una serie en una noche, y eso tiene sus beneficios, por más que haya algo de eso misterioso que se pierde. A diferencia de Netflix o de otras plataformas más grandes, me parece que las series web no necesitan recaudar, y se las puede ver ahora o dentro de un año, y siempre va a estar ahí. Están muy relacionadas con lo que cada creador quiere, son más de autor. En general los directores y los guionistas son la misma persona.
¿Qué consumís vos en internet?
Música, series, Netflix, porno y redes sociales.
Sos actor desde muy chico; ¿como fue cambiando tu relación con la actuación?
Me parece que lo que va cambiando es el deseo y el entender qué es actuar, y dónde estás actuando y dónde no. A mí me gustaba la idea de actuar más en tele, porque es una plataforma para que después puedas realizar tus cosas o te sigan llamando más masivamente. Pero la tele, para los que no somos conocidos, no es un lugar donde te puedas divertir tanto o explayar tanto tu actuación, o indagar tanto en ese mundo. Hay un guión ya escrito, pautas que hay que cumplir… no hay tiempo de explorar demasiado. Lo que fue cambiando fue eso, me fui convirtiendo en una persona que solo quiere generar cosas o estar bien económicamente para realizar mis proyectos, o los de amigos, o compartir actuación en los lugares donde me interese más profundamente, donde haya un desafío distinto o me despierte algún interés.
¿Y cómo te llevas con otros roles como el de director, guionista, productor? ¿Son cosas que tenés siempre en la cabeza o son pequeñas excepciones a tu trabajo como actor?
Me llevo bien, convivo; en general soy el protagonista de las cosas que dirijo, produzco o escribo, así que conviven bastante bien. Y sí, trato de tenerlas frescas. No las fuerzo, cuando me sale, me sale alguna idea y la realizo. Demanda mucho más esfuerzo que el de ir a actuar un día a una escena en algo que ya está escrito. Tengo que poner mucho más el cuerpo, la cabeza, el alma y el tiempo en la dirección y la escritura, distinto a cuando voy a actuar, que es algo que disfruto y voy más relajado.
¿Tenés algún proyecto futuro en alguno de esos roles?
Acabo de terminar de editar mi película, Flora no es un canto a la vida, y se estrenó recientemente en la web una serie que protagonizo y escribí, llamada Emilia Envidia, dirigida por Martina López Robol, que ganó el concurso de la Bienal Arte Joven de Buenos Aires. Me encanta, estoy chocho con la repercusión y con el proyecto.
Sé que sos Director de casting. ¿Combinás ese laburo de alguna manera con tu rol de actor? ¿Te sirve de algo tener conocimientos de cómo se castea a los actores?
Lo que me sirve de ser actor para dirigir los castings es tratar de quitarle toda la importancia al asunto cuando viene un actor. Tratar de quitarle todo el peso. Y a mí, como director de casting, cuando voy a alguna audición me sirve entender que esa instancia es solo para ver si le funciono al director, o si el director me funciona a mí. No necesariamente significa que soy pésimo actor si no quedo, o que soy el mejor si quedo. Es una instancia de prueba y está buena experimentarla, trato de verla con otros ojos.
Leí que una vez dijiste que en la escuela de Nora Moseinco, donde estudiaste, se hace hincapié en descubrir cuál es el potencial de cada uno. ¿Cuál creés que es el tuyo cómo actor? ¿Sos un actor capaz de qué cosas?
Ser lo más verdadero y transparente que pueda. No tengo grandes ideas geniales ni un vocabulario mega interesante como actor, como algunos compañeros que recuerdo que sí los tenían, o que tenían una imaginación espectacular. Yo soy bastante a tierra, y me divierte mucho todo lo que es el humor. Desdramatizar todo. Ese es mi potencial, me parece: quitarle peso a las cosas.
¿Cómo es hoy ser actor en Argentina y qué le dirías a alguien que está por aventurarse en ese mundo?
Ser actor en Argentina es posible que esté muy ligado a tragos amargos. Lo primero que le diría a alguien que está empezando es “bajá la ansiedad, toda”. Todo llega cuando tiene que llegar; el deseo tiene que estar puesto en uno, no puesto afuera. En hacer lo que uno quiere hacer, lo que sabe hacer o lo que le interesa aprender a hacer. No hay que desesperarse. Yo escucho gente que me dice “ay, quiero hacer cine…”. La realidad es que cada uno debe querer hacer algo distinto y entender realmente por qué quiere hacer eso que piensa que quiere hacer. Hay muchos discursos armados en relación a los actores; me parece que escuchar la propia verdad de uno es el único consejo que daría. Uno sabe qué es lo que quiere realmente, y se conoce. Y está bueno ir hacia ese lado.