Este año está siendo una montaña rusa para Ani Castoldi y Marina La Grasta. Las fundadoras de Ibiza Pareo, juntas desde el 2014, publicaron el año pasado Crisis de amor, su tercer disco. Desde ese tiempo a esta parte, el dúo incorporó a Violeta Castillo y a Buki Cardelino y se convirtieron en banda, y con esa formación viajaron a España para participar del Primavera Pro y Primavera Sound Barcelona, como parte de las representantes que llevó INAMU – Instituto Nacional de la Música a partir de una nueva convocatoria del programa Fomento Internacional.
Ya de regreso, y en plena organización de lo que queda del año, las artistas hablaron con Indie Hoy sobre cómo la pasaron en el festival, de por qué siguen apostando a la producción hogareña, del crecimiento que implicó la nueva conformación del grupo y de por qué decidieron que su próximo trabajo sean solo covers: “Sentimos que es el disco de los caprichos”.
Acaban de volver de tocar en el Primavera Pro y Primavera Sound de Barcelona, como parte de la convocatoria realizada por el INAMU, ¿cómo fue la experiencia?
Marina La Grasta: Estuvo increíble. Desde que recibimos la noticia de que podíamos viajar las cuatro hasta que tocamos allá fue como un sueño hecho realidad. Porque todo surgió desde un “bueno, apliquemos a ver qué pasa”, pero es que de verdad no sabíamos bien qué iba a pasar.
Ani Castoldi: Nosotras tenemos un grupo de WhatsApp, las cuatro, y Violeta un día mandó: “Chicas, ¿vieron esto del INAMU? ¿Por qué no nos presentamos?”. Yo nunca había llenado un formulario, siempre nos mandaban mensajes, tipo “che, ¿por qué no aplicas acá?”, y no lo hacíamos. Pero de repente, no sé por qué, yo estaba re convencida de que podíamos tocar en este festival, y dije: “yo me encargo”. Llené la aplicación ese mismo día y lo hice con la sensación de que íbamos. Después por un tiempo nos olvidamos y cuando nos llamaron para decirnos: “Hola, llegó la declaración jurada, quedaron seleccionadas para ir las cuatro”, fue increíble.
MLG: Ganar un concurso así fue muy loco. Sentimos que era algo que no pasa siempre, así que estuvo bueno. Además, porque la selección de artistas la hacían directamente desde el Primavera Sound, eso era mucho más importante. Nos parecía que estaba buenísimo porque ellos mismos estaban directamente seleccionando el line-up de artistas que querían que participaran. Obviamente todo igual a través del Instituto Argentino de Música, porque desde ahí fue la convocatoria.
Debe haber sido todo muy vertiginoso…
MLG: Sí, tuvimos tres semanas para preparar todo. Por eso tampoco tuvimos tiempo para organizar una mega gira española. No había tiempo y como la agenda en Europa ya está re armada, sentimos que fue todo para disfrutar y listo.
AC: Sí, tal cual. Nosotras solo sabíamos que íbamos para hacer la fecha para la que nos habían seleccionado, que era presentarnos en el Primavera Pro el 31 de mayo.
MLG: Que era un showcase dentro del Primavera Sound, como una especie de side show. Era un mercado de la música chiquitito, donde también había conferencias y más recitales. Ellos lo venden como un encuentro de las personalidades de toda la industria, gente de sellos, de distribuidoras, artistas también. Y después tenías muchas charlas.
AC: Y había un patio donde sucedían todos estos shows, que eran como delegaciones de los países. Porque el INAMU por ejemplo nos llevó a Lux Raptor y a nosotras representando a la Argentina, pero después había instituciones de muchísimo más países.
MLG: Sí, de Australia, de Hong Kong, de Italia. Y a nosotras nos había gustado eso, que nos presentaban como la delegación argentina, nos sentíamos en modo mundial. Y en el momento que tocaban las bandas de determinado país, había una barra donde había productos de ese lugar. Cuando nosotras tocamos había alfajores y birra de acá, era como la experiencia argentina completa.
AC: Pero eso era un martes a las dos de la tarde y nosotras pensábamos que esa fecha iba a ser re tranca y al final fue re linda. Había un montón de gente y la gente de la misma organización nos decía “chicas, miren que acá hay muchas personas que no las conocen y que vienen especialmente a verlas con mucha expectativa, personas que no las vieron nunca y que viene a sorprenderse”. Era mucha presión.
Con eso en mente, pero con solo una semana allá, ¿cómo organizaron el resto de los días?
AC: Habíamos dicho que queríamos tener un día libre para ir a la playa, pero de los seis días que fuimos al final terminamos tocando cuatro veces. Así que fue una locura. Con los instrumentos al hombro, íbamos al centro de Barcelona, al norte, al monte, nos recorrimos la ciudad.
MLG: Fue una aventura, estuvo muy divertido. Organizamos una fecha por fuera del festi, porque Violeta tiene su proyecto solista y planeó una fecha en un lugar que se llama El Sielo, ahí tocó ella y tocamos nosotras. Estuvo bueno también, fue como hacer una fecha muy conurbana en Barcelona, con el tren de fondo.
¿Qué repercusiones tuvieron en el festival, en esas fechas?
AC: Pasó que un montón de gente se acercaba y nos decía que nunca nos había visto en vivo y que le encantó nuestra música.
MLG: Sí, y mucha gente que vive en Europa, que nos seguía o nos escribía desde hace tiempo, nos vino a ver. También nos pasó que desde la organización del Primavera Sound nos metieron adentro del festival para abrir un día. Y estábamos en la entrada, ni bien entrabas nos veías. La gente que iba llegando se quedaba viendo en rato de nuestro show, y fue un show que funcionó un montón, hubo mucha repercusión. Había gente de todas partes del mundo que llegaba temprano y nos veían.
Y ustedes, ¿a qué recitales fueron?
MLG: Fuimos a ver a los Pet Shop Boys, a Depeche Mode, el recital de Kendrick Lamar estuvo increíble. Lo que pasaba también es que había mucha gente, nosotras estábamos cansadas y el día que tocamos tuvimos que cargar con los instrumentos, porque no nos habían dado camarín el día entero. Y el predio es gigante, era un parque de diversiones, había de todo para hacer, y todo al mismo tiempo. Me acuerdo que había un DJ tocando al lado del mar y la gente hacía cola para entrar.
AC: Sí, era un flash, había de todo. Pero de verdad el predio era enorme así que no te podías mover demasiado. Pero lo re disfrutamos. Aparte fue nuestra primera gira como banda, las cuatro, así que estuvo bárbaro vivirlo así.
¿Cómo surgió la necesidad de incorporar a Violeta y a Buki a la banda?
MLG: Cuando estábamos a punto de sacar Crisis de amor, teníamos un solo de guitarra que yo no lo tocaba y yo quería que esté. Y justo nos habíamos hecho amigas de Buki, desde que nos habíamos mudado a Villa Elisa, porque ella es vecina, y le preguntamos si quería hacerlo y se recontra copó. Y después yo dejé de tocar unos solos para que los toque ella y así empezamos a generar nuevas cosas. Y con Violeta también pasó eso, era otra amiga que hacía música. Empezamos tocando juntas, zapando, pasando tiempo, después lo pensamos y les propusimos de sumarse al grupo.
AC: Claro, terminó pasando que las chicas quedaron incluidas en Ibiza Pareo. Me acuerdo que un día tocamos las cuatro y se re sintió la diferencia. También nosotras veníamos de tocar casi siete años del mismo set, y cada tanto decíamos: ¿cómo hacemos para sumar algo, para que cambie algo? Para que crezca, para que se vuelva más orgánico. Y bueno, fue sumar otra guitarra y coros.
MLG: En realidad, siento que al compartir con amigas que encima son músicas se genera algo más, es como compartir el arte más allá de lo que ya veníamos haciendo. Era una conexión, una comunicación interesante que se daba, era divertimos más.
AC: Es que también somos re fans de las chicas. Buki es poeta, tiene una sensibilidad hermosa. Y a Violeta la vamos a ver desde hace más de diez años, nos fascina como canta, como juega. Creo que no fue tan pensado, se dio bastante natural.
MLG: Y ahora nos estamos divirtiendo más. Nuestros shows son una fiesta, bailamos, nos reímos. La gente se copa mirándonos, somos muy cómplices de la diversión, es como nos sale ser. Y ahora con las chicas nos potenciamos.
Pensando en esto y que el disco ya tiene un año, ¿tienen algún proyecto nuevo ahora que son una banda?
MLG: Estuvimos grabando un disco de covers en el que las chicas participaron. Hay una versión de “Puerto Pollensa“, que la hago yo a dúo con Viole.
AC: Es que ella tiene esa voz que en ese tema le queda perfecto. El día que lo grabamos fue tener piel de gallina todo el tiempo. Y Buki grabó unas guitarras. En el Primavera Sound tocamos una versión de “Hay que venir al sur” de Raffaella Carrà, con una intro de guitarra que es hermosa.
MLG: Sentimos que es el disco de los caprichos.
¿Y ya tienen fecha de publicación de ese álbum?
AC: Ahora estamos en proceso de mezcla. Pero pensamos el 13 de julio para el primer adelanto, y el disco entero en primavera.
Con Crisis de amor, su último trabajo, atravesaron la pandemia mientras lo estaban haciendo. ¿Cómo fue el proceso de escritura?
AC: La pandemia cambió el tono de las canciones que veníamos escribiendo. Antes que hubiese arrancado, nosotras sentíamos que teníamos el disco casi listo y al mes seis temas que ya teníamos adentro estaban totalmente eliminados. Fue más oscuro todo.
MLG: Era imposible que un tiempo como ese no nos hubiese atravesado, no podíamos hablar de otra cosa. Y fue más introspectivo. Se nos fusionaron todos esos mundos. Estábamos muy reflexivas, pensábamos cómo nos relacionamos con nuestro medio ambiente, con los seres humanos, con los animales, con la naturaleza.
¿Sienten que generaron otro tipo de música a partir de esto?
MLG: Sí, tenemos una conciencia más crítica, sentimos que fue apostar por un cambio ahí también. Hace ya un par de meses que venimos diciendo, “qué ganas de escribir de esto, o de esto” y todo es parte de una construcción, la que tuvimos como banda y la que también fue parte del condicionamiento de lo que pasó. Pero bueno, una vez que termine de salir el disco de covers empezaremos a pensarlo mejor. Siempre está bueno preguntarse de qué sería lindo cantar. Siento que hay algo que se está gestando, a mí me da la sensación que siempre hay algo que se está por decir.
AC: Queremos seguir escribiendo del amor, de la preocupación de sobrevivir también. Estuvimos atravesadas por todo.
Y pensando en esto y siendo parte del colectivo queer, ¿suelen estar pendientes y ser conscientes de los espacios que ocupan?
AC: Yo siento que ya lo tenemos bastante incorporado. Intentamos ser consecuentes con cómo somos. Las mismas cosas que hacemos son de las que hablamos, las canciones son problemas y motivaciones que tenemos. Es nuestra vida cotidiana, nuestra personalidad.
MLG: Toquemos donde toquemos, siempre hablamos para que no haya problemas en la entrada, describimos nuestro público, nos fijamos que los baños no tengan género. Pero es verdad que nos movemos en una escena bastante queer, bastante cercana y esas cosas a veces no hace falta aclararlas. Siento que siempre vamos a mostrar lo que somos, sin vergüenza.
AC: Sí, tal cual. Y lo que nos pasa también es que habitamos esos espacios, toquemos o no. Pienso en la marcha del orgullo o los 24 de marzo. Las militancias en las que podemos llegar a cantar son también las que defendemos en el día a día.
La nominación que tuvo el disco en los últimos premios Gardel en la categoría de “Mejor álbum electrónico”, ¿también la viven como la posibilidad de ocupar lugares diferentes?
AC: Sí, yo creo que sí. Porque es la industria de la música, tiene esa seriedad, es otro ambiente.
MLG: Para mí fue un mimo hermoso. Yo pensé que íbamos a ganar, porque no lo veía tan lejano. Se que estábamos nominadas con Richter y con Hernán Cattaneo, que es un músico re consagrado y que no se lo habían dado nunca, era claro que se lo iban a dar, pero por un momento sentí que podía pasar.
AC: Para mí estuvo re bueno, si bien nosotras tenemos a Geiser que es nuestro sello y nos ayudan con todo y nos apoyan un montón, las producciones de los discos las hacemos nosotras y cosas como estas son reconocimientos re lindos. Y nos pasó que este disco quisimos hacerlo todo nosotras y recién entregárselo a alguien cuando ya lo teníamos. Y así fue.
MLG: La producción terminó siendo muy hogareña. Porque tuvimos muchísimo menos presupuesto que un montón de los discos nominados, pero le pusimos mucho corazón. Y que lo aprecien estuvo bueno. Aparte, participar fue increíble, compartir con otros músicos ahí, con los medios, con colegas de otras provincias. Nos paraban, nos decían que les gustaba lo que hacíamos.
AC: Y ahí nos dimos cuenta que el reconocimiento de otros pares fue el mayor premio.
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