¿A quién se le ocurre nombrar “Untitled” a la primera canción de su álbum debut? Con arrogancia y virtuosismo, Interpol sabía exactamente lo que hacía cuando publicaron su primer disco en 2002. En una sintonía increíble con su arte de tapa, las guitarras de Turn On the Bright Lights brillan de un modo extrañamente intenso, rojas y deslumbrantes, mientras el nerviosismo contenido de un bajo en primera plana recorre las venas con una fuerza inusitada.
“Lo que hizo de Bright Lights un éxito fue que escribimos exactamente lo que queríamos escribir. Nos expresamos sin pensar en las expectativas de la gente. Y a día de hoy, sigo pensando en esos términos”, cuenta el guitarrista Daniel Kessler en conversación con Indie Hoy, antes de su presentación este fin de semana en Buenos Aires.
Turn On the Bright Lights suena como un disco que les exigió a sus autores cada gota de su sangre, y ellos jamás se podrían haber negado. Será el enturbiado panorama de una vida en Nueva York nublada por el consumo de sustancias, las sesiones de grabación en una decrépita y majestuosa mansión que una vez fue un hospital psiquiátrico de niños, o la desazón que siguió al atentado a las Torres Gemelas. Todo esto removió para Kessler, el cantante Paul Banks y el baterista Sam Fogarino la certeza de que el día de mañana iba a ser igual que hoy, que podían confiar en la previsibilidad del futuro.
Los fanáticos empedernidos pueden encontrar en el ya histórico libro Meet Me in the Bathroom de Lizzy Goodman una narración en primera persona sobre esta experiencia y la relación de la banda con una nueva escena que surgía en una ciudad atestada y desolada en iguales medidas. “Lizzy es muy amiga nuestra y una escritora increíble -agrega Kessler-. Trabajó en ese libro durante mucho tiempo. Estoy muy contento de ver su éxito y el que el interés sobre esa escena en ese momento en particular se extendiera a todo el mundo”.
Es difícil saber si semejante éxito del debut de la banda -que dejó una vara altísima para el segundo disco- se explica exclusivamente sobre la base de componer canciones excelentes, si se debía a que plasmaba con demasiada precisión el sentimiento de una generación desconcertada, o si Interpol simplemente dio con la fórmula exacta para crear un clásico instantáneo.
De todas formas, el grupo no dejó que las expectativas comprometieran su visión artística en lo más mínimo. “Nos ateníamos a la fórmula de hacer lo que queríamos y ser auténticos y honestos -recuerda Kessler-. Todos en la banda tenemos una personalidad muy fuerte, así que no pretendíamos impresionar a los demás, sino a nosotros mismos. Cuando confiás en lo que hacés y te gusta, a los demás también les gusta, porque eso es lo que nos motivó en primer lugar”.
Lo que siguió no sería una repetición plana ni una reinvención de cero. Antics (2004) fue un gol de media cancha que le cerró la boca a todos los que esperaban defenestrar a los entrajados estadounidenses como un one hit wonder. “Creo que éramos una banda con un poco más de experiencia, que había estado de gira durante un año y medio, con la esperanza de mejorar como músicos, artísticamente creciendo y queriendo empujar su sonido un poco más allá -reflexiona Kessler-. Para mí, Antics es simplemente la evolución de Bright Lights en cuanto a composición. Las canciones que mejor lo demuestran son ‘Take You On a Cruise‘ y ‘Not Even Jail‘”.
Todo este esfuerzo resultó en dos tesoros de coleccionistas que ameritan una celebración más de dos décadas después, ya que durante su gira actual, la banda repasará ambos discos en su totalidad.
“Algo que siempre me vuela la cabeza es que tardamos unos cuatro o cinco años en sacar nuestro primer disco -admite el guitarrista-. Nadie mostraba interés por el grupo, ningún sello quería firmar con nosotros, no nos daban una oportunidad, y nos la pasábamos tocando shows chicos en Nueva York, obligando siempre a los mismos amigos a venir. Mi único objetivo era sacar un disco, y me resultaba increíble que saliera con un sello que admiraba tanto como Matador. Me parece increíble que hoy haya interés en festejar su aniversario, creo que dice mucho sobre cómo estos discos resonaron con la gente, y es un honor enorme para nosotros”.
Antes de su cuarta visita a Argentina, la banda hizo un pequeño tour por el sur de Estados Unidos junto a El Mató a Un Policía Motorizado como invitados. Sobre estas semanas, Kessler recuerda: “Fue fantástico. Esos chicos son muy amables y, obviamente, son una banda muy buena con grandes canciones. Fue un verdadero honor que vinieran a tocar con nosotros. También creo que a nuestro público les encantaron. Nos habían presentado hace un par de años, tocaron algunas canciones para nosotros y a todos los de Interpol nos encantó, así que en cuanto vimos la oportunidad de invitarlos a una gira lo hicimos de inmediato”.
Durante la anterior presentación de Interpol en Argentina, en la primera edición local del festival Primavera Sound, el cielo se puso gris y empezaron los diluvios, incomodando a muchos salvo, quizás, a los amantes de esta banda, para quienes este clima completaba una película perfecta. Alguien completamente inmerso en esta escena podría incluso haber felicitado al director de fotografía.
“Estaba lloviendo, y por la noche llovió todavía más fuerte, algunos grupos ni siquiera llegaron a tocar, así que tuvimos mucha suerte de poder hacerlo -rememora Kessler-. Recuerdo que el público estaba increíble, era un mosh pit enorme, algo increíble de ver. Fue realmente memorable para mí. Y ahora estamos muy contentos de tener nuestro propio concierto como banda principal este fin de semana. Pasó mucho tiempo desde que tuvimos eso en Buenos Aires, así que estamos ansiosos, es una ocasión especial para festejar a estos dos discos”.
La comparación con el cine no es casual: Interpol colaboró en repetidas ocasiones con David Lynch, uno de los directores más celebrados de nuestros tiempos. “Para mí, el cine es el medio artístico más importante e influyente -concluye Kessler-. Al día de hoy, sigo empezando a escribir todas las canciones de Interpol mientras miro una película y me tomo un café. Hago esto desde los tiempos de Bright Lights. El cine está muy integrado en nuestras canciones, es una correlación directa. Incluso me influye más que la música, porque no pienso en otros músicos mientras intento escribir canciones, pero sí me inspiro viendo películas. Y todos somos grandes aficionados al cine, es una constante en nuestro grupo”. Ya vemos por qué la larga carrera de los norteamericanos empezaba con una pantalla vacía.
Interpol se presenta el domingo 2 de junio a las 21 h en Luna Park (Av. Eduardo Madero 470) junto a Mujer Cebra, entradas disponibles en Ticket Portal.