Jeanne Galice nació hace 27 años en Toulouse, Francia, pero pasó la mayor parte de su vida en otros países como Dubái, Abu Dabi y el Congo. Si bien su adolescencia quedó marcada por estas constantes mudanzas, Jain nunca se sintió lejos de casa. En todos esos lugares supo mezclarse con lo que veía y escuchaba, y fundir todo eso en la construcción de una voz propia.
El resultado es una música que se identifica con el pop y la electrónica, pero que se podría rotular más específicamente como worldbeat (música folklórica tocada con instrumentos ajenos a ese género). Su segundo disco, Souldier, la terminó de consagrar como una estrella en Europa y ahora, de gira por todo el mundo, visitará por primera vez nuestro país (y Chile y Brasil) en el marco del Lollapalooza 2019. Subirá al escenario sola, sin otros músicos que la acompañen, pero con un montón de botoncitos y un uniforme de azafata para guiarnos en un viaje por su historia personal y, a la vez, la de unos cuantos pueblos.
Tu música está atravesada por los lugares donde viviste y tus viajes, pero ¿qué otres músiques te influencian?
Hay muchos, y muy distintos. Cuando era adolescente escuchaba mucho a Bob Marley, The Beatles y Daft Punk. Creo que eso es algo que se nota en lo que hago, que tengo influencias muy variadas. Pero al fin y al cabo, la música que sirve es la que se siente bien adentro tuyo, el resto no importa.
¿Y hoy en día? ¿Hay algo que estés escuchando mucho?
Hace poco descubrí el disco de Rosalía. Y me pareció realmente cool. Es divertido cómo agarró el flamenco y lo hizo algo moderno, es genial.
Tu música también es una mezcla de sonidos que has sentido muy de cerca. ¿Seguís curiosa por conocer nuevas cosas de este mundo e incluirlas en tu música?
Sí, creo que mientras más sepas de nuevas y diferentes culturas, en realidad estás conociendo cada vez menos, y mientras pasa el tiempo te ponés más y más curiosa por entender cómo funciona la música en diferentes sociedades alrededor del mundo. Lo interesante es hacer música para unificar gente de distintas culturas. Por eso no puedo abandonar nunca la curiosidad.
¿Te preocupa que aparezca el tema de la apropiación cultural?
No. Yo sé que la música que hago viene de cosas que viví, de haberme encontrado a mí misma en estos sitios, sea el Congo, Abu Dabi, Dubái o Francia. Me encontré a mí misma en todos esos lugares. No sé cómo dejar tranquila a la gente que me pregunta sobre este tema, pero la mayoría de las veces lo entienden. Pero no me preocupa, con mi música yo cuento mis historias y esas historias nacieron en distintas partes del mundo.
Tus composiciones son muy personales. ¿Cómo es tu proceso de composición?
Depende de la canción. A veces escribo algo en 10 minutos y a veces me puede llevar un mes. Es un proceso suelto, relajado. Generalmente es en mi casa, en mi pequeño estudio casero. Después le mando el material a un productor que tengo en Francia. Él escucha los demos y me ayuda a profesionalizar ese sonido.
¿Y con las letras? ¿Te resulta fácil o estás más cómoda haciendo la música?
Mi principal atracción está en el ritmo y la melodía, y las letras suelen aparecer bastante después. Pero hoy en día estoy trabajando en eso, quiero progresar en el asunto de escribir canciones como un todo.
¿Por qué es importante para vos hacer música bailable?
Creo que somos música, y la música de todas partes del mundo nació principalmente como una forma de celebración. La música junta a la gente, los libera, y en eso juega un papel muy importante el bailar. Ayuda a que las personas se conecten.
En tus videos hay una cuestión visual muy trabajada. ¿De dónde surgió ese interés?
Antes de hacer música fui a una escuela de arte en París. Lo visual fue siempre muy importante para mí, el único problema de la música es que no podés verla. Yo quería que la gente vea mi música. Y para lograr algo así tenés que trabajar duro en esa parte. Por eso creo que es muy importante, y especialmente hoy en día, cuando todos te miran en su celular o en el aparato que sea. Tenés que tener algo para mostrarles.
Ya estuviste por muchas partes del mundo pero ahora visitás Sudamérica por primera vez. ¿Qué sabés de nosotres? ¿Qué esperás ver?
Siempre quise ir a Argentina y esos países, y más aún con mi música, así que estoy muy entusiasmada y agradecida de que eso vaya a concretarse finalmente. Soy curiosa al respecto, quiero ver con qué me encuentro.
¿Y con qué nos vamos a encontrar nosotres? ¿Qué nos podés contar del show?
Estoy sola en el escenario, acompañada de ciertos aparatos, así que lo importante en mis shows es la energía que se produce. Tanto en Europa como en Norteamérica la gente está viviendo cada recital de una forma muy intensa, bailando un montón, así que espero que pase lo mismo en Argentina. He escuchado grandes cosas sobre el público de allá.
¿Qué tan importante es el feedback con la gente? ¿Sentís que lo que pasa con la audiencia influencia de alguna manera tu show?
Claramente. Como te dije, estoy sola en el escenario, todo lo que tengo es el público. La única energía que me llega es esa, la que se genera con ellos. Por eso trato de involucrarme en el show de manera que todos podamos bailar, saltar, moverse y que el público termine haciendo el concierto conmigo.
Ya que hablamos de festivales, existe un proyecto de ley en Argentina que establece un piso para la presencia de artistas mujeres en los line ups. ¿Cómo lo ves?
Súper importante. Todos vemos que no hay mucha presencia femenina en los festivales. Y al mismo tiempo sabemos que hay muchas mujeres igual de talentosas que los hombres en la música. Esperemos que en no mucho tiempo eso haya cambiado y que la gente pueda ver que una mujer puede hacerte bailar como cualquier tipo.
Jain se presentará el día 2 del Lollapalooza Argentina 2019 junto a Arctic Monkeys, Sam Smith y más. Entradas disponibles a través de All Access.