La disquería Mercurio, en el Patio del Liceo, es un lugar de encuentro y reunión de diversos músicos de la escena indie porteña. Los discos que se exhiben y comercializan conforman una suerte de bello catálogo de lo que se está haciendo actualmente en el ámbito musical emergente. Allí nos cita Jazmín Esquivel. El grupo está conformado por Sofía Malagrino (percusión y coros), Tomás Viola (banjo), Valentín Basso (contrabajo) y Jazmín en voz y guitarra. Comenzó ella con un proyecto solista, acompañada ocasionalmente por Tomás en banjo.
Corría 2012 o 2013, no logran ponerse de acuerdo con las fechas. Jazmín apaga involuntariamente la grabadora de voz de mi teléfono celular, por suerte también está la fotógrafa. Jazmín se ríe: “Está grabando ella… (por, justamente, la fotógrafa)… Eso, empecé a tocar mis canciones, el primer show fue en el Quetzal y después empecé a tocar con Tomy, algunas canciones juntos. Y después apareció Sofi…”
Los Alces vienen marchando
Sofi, ubicada destrás del mostrador: “No sé cómo aparecí. Ella me invitó a tocar. Me dijo, che –por chat- ¿por qué no nos acompañás en un par de temas con el cajón? Y no le vi la cara pero sabía que era una cara de dale, decí que sí… Dije sí, obvio. Y después fuimos a una fecha, en el Universal, y Tomy tocaba unos temas con Jaz y yo tocaba otros temas con Jaz y entonces, en el camarincito ese del Universal dijimos: ¿che, por qué no tocamos los tres? Así fue que nos unimos los tres, en principio.
Valentín agrega: “Yo me sumé cuando ellos hacía como un año y medio que tocaban…”
Los integrantes de Los Alces no logran ponerse de acuerdo sobre la fecha de incorporación de cada uno, es que todos se conocen desde antes, desde la adolescencia. Jazmín resume: “Fuimos primero amigos, al menos… uno fue novio, otro fue amigo y otra fue compañera de escuela. ¿Quién será quién?” Los Alces ríen, cómplices.
¿Qué te pasó, Jazmín, para pasar de ser solista a estar con banda?
A mí me sucede que me parece increíble, una deja de ser el centro de la atención, deja de ser tan importante si te equivocás o no y pasa a ser más importante lo que está pasando entre todos. Y más allá de la música solamente, qué está pasando entre las personas que están ahí haciendo lo mismo, tratando de generar algo, una imagen o lo que sea.
Es lo que hace tan particular a la música, ¿no? Esta cosa de la comunión… Un pintor pinta solo, un escritor escribe solo en su cuarto, la música tiene esa cosa colectiva…
En el teatro también, sucede, pero en la música… no sé si la palabra es mecánico pero estás ejecutando un instrumento, aunque sea la voz… a mí me enamora mucho de tocar en banda, eso, que de pronto está sucediendo algo entre varias personas, y que va hacia un mismo fin y es a través de un instrumento. Y me hace sentir muy cómoda tocar con ellos, porque antes nunca había tenido una banda. Tocar sola es como bueno, yo tengo que hacer mi propio viaje. Acá en cambio, tengo gente que me da data para viajar.
La voz del Jazmín
Jazmín cuenta sobre el difícil camino que debió desandar hasta encontrar su voz: “Yo empecé a estudiar canto porque tuve una lesión, un nódulo… A los dieciséis… y me dijeron que no iba a poder cantar más. Fui a un foniatra que le dije: che, no puedo cantar y me dijo: ¿qué? ¿cantar? Con suerte vas a poder hablar. Cantar fue siempre algo muy importante y liberador para mí, quizás no estaba puesto tanto en un proyecto definido, pero era un canal. Y de pronto, pensar que no iba a estar más, era tremendo. Me recomendaron otra foniatra y me dijo, ¿quién te dijo eso? Y le dije el nombre y ¡es un hijo de puta! Y la chabona me dijo: vos tenés que hacer foniatría. Y me empezó a tirar unas datas muy zarpadas y aprendí a cantar desde la foniatría. Un día me dijo: estás mejor y ahí dije, a ver qué pasa si canto, ahora. Empecé a cantar de a poco… fue increíble encontrarme con mi instrumento, con un montón de herramientas… y me sirvió para entender que la voz y el sonido es algo natural del cuerpo y uno se hace un montón de rollos porque la voz es un medio social que tiene mucha carga depositada en ella, cómo hablamos, el tono de voz, si hablás grave, si hablás agudo sos una pelotuda, como un montón de cosas que hace que una conforme una voz que tal vez no es la voz que te es más sana. Es social. Y es un instrumento que hay que abrirlo, relajarlo, como cualquier parte del cuerpo, ¿no?”
El matrimonio de la lírica de los Alces y la voz de Jazmín
Jazmín Esquivel es, también la encargada de la letrística del grupo: “En este proyecto las letras tienen un lugar importante, trato de que las dos cosas convivan: la voz como un instrumento y que la letra entre. A veces una cosa le gana a la otra, y está bueno ver qué se ve desde afuera”.
Valentín acota: “Yo siento que van para el lado de la naturaleza, ¿no?”. El que responde a su compañero es Tomás: “Las letras le dan mucho contenido artístico a la banda, en el sentido de que tenemos una búsqueda bastante puntualizada, es como que tenemos una idea de paisaje sonoro, tenemos un concepto. Cuando trato de salir y ver la banda, pienso que la voz de Jaz, como instrumento, es lo que rige todo, es lo que le da a la banda el alma musical, y lo demás juega con eso…”
Sofía se dirige, directamente, a Esquivel: “Lo que más me invocó a acompañar fue tu melodía, no sé si las letras… hay algo en la voz, de la musicalidad que tiene y el color que tiene, es como tu voz única en el universo –como todas las demás- lo que más me invoca a acompañar, ahora que lo pienso. Yo me siento, escucho, y cuando me pongo a tocar es llevar la voz de ella a las manos, inconscientemente, intuitivamente. No lo habíamos hablado nunca”.
Agua clara
Hablemos del EP que tienen, Agua turbia/Espero…
Tomás: “En realidad nosotros teníamos varios temas bastante armados y queríamos grabar un disco y nos dimos cuenta que nos faltaba experiencia de estudio, y hacer un disco era demasiado ambicioso para ese momento particular en el que estábamos. Pero decidimos que algún material debíamos tener. Entramos a grabar y pensamos en decirles a Lucy Pantané y a Pau (Maffia) que produzcan…”.
Sofía interviene, casi corrigiéndolo: “Ellas pensaron… eso fue lindo… un día fueron a Roseti y medio en chiste y medio no, dijeron: produzcamos juntas a esta banda. Y se dijeron: obvio, y lo hicieron…”.
Paula Maffía y Lucy Patané son referentes de la banda. El EP lo masterizó Juanito el Cantor, agrega como dato Tomy. Los Alces, actualmente, están en el sendero de “preproducción de lo que será un LP”, cuenta Jazmín, “para llevar ese trabajo a las chicas… iba a decir algo pero me olvidé ¿Vamos a un corte?… Me acordé: Tomy dijo LP y me remitió a que en el disco lo que queremos hacer es darle identidad como una obra de arte, estamos apuntando a un disco que nos guste porque es una obra”.
¿Lo que se llamaba en algún momento disco conceptual?
Ok. La palabra paisaje me parece que está buenísima porque es un cuadro, cada tema es un cuadro… Queremos que cada tema sea un cuadro.
Fotografía: Cari Aimé