Empezó colgando sus dibujos en Facebook y ya piensa en publicar su segundo libro. Sus historietas las protagoniza una versión de ella misma que habla, se queja y se burla de cosas cotidianas pero, sobre todo, de ese lugar que la sociedad “automáticamente” suele asignar a las mujeres. Con un furor in crescendo en las redes desde hace algunos años, La Cope se publica todos los días y la siguen medio millón de personas de todo el mundo.
Días atrás su personaje y su pasión, la cerveza, se volvieron virales. Durante una semana fue el meme del momento y la autora pudo reírse a la par del fenómeno. Sin embargo, el chiste general rápidamente se tiñó de algo más retorcido: su página se llenó de comentarios misóginos, muy crudos y fuertemente violentos. Facebook la suspendió por 24 horas luego de que decida denunciarlos públicamente y, aunque se lo esperaba, todo sirvió para reflexionar acerca del doble juego de internet: ese lugar donde todos pueden quitarse el velo e, irónicamente, actuar desde una forma de anonimato.
Sin desanimarse un segundo, sabe que aún le quedan miles de mensajes alentadores por leer en su casilla; las tiras siguieron y el éxito es cada vez más grande. Este año probó también el stand up y es fanática de la radio. En esta entrevista exclusiva con Indie Hoy, Lía Copello nos cuenta sobre la relación entre ella y su personaje, sus influencias, el feminismo y la birrita en la vereda.
Arrancaste dibujando situaciones que te pasaban a vos y a tus amigas. Con el pasar del tiempo, ¿en qué otras cosas te fuiste inspirando? ¿no te quedaste sin anécdotas?
Claro, tuve que ir expandiendo porque ya medio que había dibujado todo lo que podían hacer mis amigas diez veces. Desde que arranqué tengo un entrenamiento de ir observando todo todo el tiempo, y no solo mirar lo que pasa a mi alrededor, que lo re sigo haciendo, sino ir un poco más allá. Plantearme situaciones pensando cómo reaccionaría yo y qué podría pasar, y cómo darle una vuelta a eso para que sea gracioso, o reflexivo, porque no tiene por qué ser gracioso.
¿Es algo en boga eso del humor gráfico que no necesariamente hace reir? ¿Qué otros artistas te influenciaron en eso? Pienso en Liniers…
Liniers lo hace muchísimo, hay chistes que por ahí no te hacen reir para nada pero te producen algo. Eso la verdad que a mí me salió sin querer, a veces no encuentro un remate super gracioso para todos los chistes, pero lo que a mí me gusta por ahí es escribir y poner ahí ideas y sentimientos respecto a algo. Trato de que siempre sea con humor, pero si hay algo que no me causa gracia pero tengo ganas de decirlo igual porque va por otro lado, no me enrosco. Muchas veces intento que el otro se quede pensando o reflexionando, si quiere, claro, pero necesariamente riéndose.
Hay tiras de Quino que son super devastadoras y te dejan helado, en el otro extremo…
Sí, Quino te deja a veces sentado como diciendo “…bueno”. Mafalda es muy así también, a veces terminás como preocupado. Me parece que está bueno y que tiene que ver con hacer algo todo el tiempo, no todos los días uno puede ser gracioso ni todas las cosas tienen un remate humorístico. Hoy en día, con el humor en las redes, estamos todos subiendo cosas todos los días, y me parece que está bueno que no necesariamente haga reir.
El personaje de La Cope de alguna manera está basado en vos misma, pero ¿en qué cosas no te representa?
Arranqué un poco dibujandome a mí, pero siempre traté de separarlo. La Cope tiene siempre una respuesta rápida que yo no tengo, no me sale todo así al instante. Lo que tiene La Cope es que a veces en ella proyecto cosas que a mí me gustaría ser, o que me parece “lo sano”. Como que yo por ahí soy mucho más acomplejada o insegura, me quejo de que estoy gorda y cosas así y de golpe me doy cuenta de que eso es una pavada, y está mal, y que todos seríamos mucho más felices sin esos pensamientos. Trato de reflejar ese tipo de cosas, y al personaje le sale mucho más fácil que a mí, obviamente. Por ahí ella también es más contestona, se hace más la viva. Yo por ahí soy más de quedarme en el molde, no andar discutiendo tanto. Pero en la mayoría de las cosas somos muy parecidas.
Vos trabajaste un tiempo en publicidad… ¿tuviste problemas con cómo se ve a la figura de la mujer en ese ámbito?
Sí, la publicidad es lo más machista que hay, es terrible. En las agencias tradicionales, si lográs ser redactora o escribir algo, siempre son las mismas cuentas de mierda. La publicidad en sí atrasa mucho. Es muy difícil ver a un hombre limpiando o una publicidad de cerveza con una mujer que no esté completamente objetivizada. Es raro, te sentís rara. Son esas cosas que las vas descubriendo con el tiempo; todo el mundo te dice que es un ambiente machista pero posta que es verdad.
Estuviste haciendo stand up también, ¿cómo surgió la idea de arrancar por ahí?
Sí, hace poquito fue el último show del año. Un amigo, Cris Dominguez, me convenció de hacer un show con él. La verdad me daba bastante miedo, pero lo probamos un par de veces en lugares chiquitos y me encantó, practiqué un montón y arrancamos con un ciclo re lindo en el Velma. Nunca lo había hecho y siento que aprendí algo que está muy bueno. Igual me queda muchísimo por delante.
¿Se relaciona lo que hablabas en tu stand up con lo que decís en tus dibujos?
Sí, sí, obvio. Hablo más de mí, de cosas que me pasaron en el último tiempo; soy yo contando cosas, con el mismo sentido del humor que uso cuando dibujo, me río y me quejo de las mismas cosas. Y otra vez lo mismo, trato de llevar eso que a mí me parece que está bien a los distintos formatos.
Cuando comenzó esto de “birrita en la vereda” y tu dibujo convertido en meme, ¿cómo te lo tomaste?
Al principio como que no terminaba de entender cuál era el chiste. Un amigo fanático de los Simpsons me los empezó a pasar y me decía “che, boluda, medio que te están pegando..”. Yo miraba y la verdad que algunos eran más barderos, pero la mayoría eran re graciosos, y no entendía bien. Hasta que empezó a crecer y crecer y ya lo empezaba a ver en un montón de lugares, y me los pasaba todo el mundo. A mí me encanta Internet y me divierto y estoy todo el día ahí, y el hecho de darme cuenta de que era un meme me causó mucha gracia, fue como “esto es increíble”. Pero nada, después pasó de eso a algo que se fue a la mierda.
Recibiste un montón de comentarios violentos, turbios. ¿Eso fue a partir de esta viralización o ya te solía pasar?
Sí, siempre hubo, pero cosas aisladas. Sobre todo en Twitter. Cosas que no llegaban a afectarme; uno también entiende de dónde viene eso, y es como “bueno, me bardea gente en Twitter, fue, no soy ni la primera ni la última”. Yo hace un tiempo tenía unos micros muy cortitos en Ácido, un programa que salía por la Vorterix y que tenía un público muy masculino, medio metalero. Yo grababa unos relatos que escribía, re cursis, re de amor. Los grababa y les ponía una musiquita y claro, cada vez que los pasaban empezaban los comentarios de los oyentes, “¡saquen a esa hija de puta!” *risas*. Yo amo la radio, así que no me importaba, porque yo estaba en Vorterix y estaba re feliz, y eran cosas muy aisladas. Pero siempre, sí, bardeadas, “feminazi”, “gorda”, y esas cosas.
¿Qué creés que es lo que molesta tanto a esa gente? ¿Ver a un personaje femenino con cierta independencia, cierto carácter?
No sé la verdad. A mí me sorprendió la cantidad de personas. Evidentemente había una bronca contenida de un montón de gente, y como en toda cosa masiva se empezó a subir más gente a la ola. Creo que a muchos les puede parecer una pelotudez lo que yo hago, o lo miran y dicen “esto es una mierda”. Eso lo valoro y lo recontra acepto, está todo re bien. Pero los insultos venían más por el lado de intentar atacar algo que es mujer y que está haciendo algo que no va ni ahí con los patrones de ser mujer en este mundo. Yo hice muchísimas tiras que tienen que ver con aceptarse a uno mismo, y siempre me llegaban mensajes donde me decían cosas como “vos fomentás la gordura”, “fomentás la desprolijidad, la vida poco sana”, y yo bueno, sí, chau, lo cierro y sigo con mi vida. Muchos me decían que fomento el alcoholismo, ponele. O que soy una “hippie con Osde mantenida por mis papás”. Primero que nada que ver, pero encima ¿qué tiene que ver? Encima después te ponen “no, bueno, yo te bardeo por tus dibujos de mierda…”. ¡Entonces no me digás “gorda”!
Si La Cope fuese un chabón no me imagino a alguien reclamándole por “fomentar el alcoholismo” porque se tome una birra…
Obvio. Aparte el chiste era que yo siempre hago chistes de birra… en primer lugar, sí, hice un montón de chistes de birra. Pero hace dos años que subo un chiste por día, o sea, me gusta mucho tomar birra y hace calor… cada tanto lo voy a poner. No es que estoy poniendo “vayan a inyectarse heroína y morirse” *risas*.
Hay uno que se llama El Gato Moncholo, que cada tanto termina tirado en el piso de un bar vomitando, cosas así… ¿alguien le habrá reclamado?
Sí, lo conozco. Yo lo quiero mucho al Dr. Kurnicopia, por ejemplo, que tiene un personaje que básicamente es una montañita de merca. Y sí, lo bardean algunas veces, como “eh, che, Kurnicopia, sos un sarpado…”. Él es divino, igual. Pero la escala es otra, nadie lo atacó, porque se entiende que es un chiste, es humor, y si no te gusta no lo seguís y listo.
Internet también le da una facilidad a mucha gente para atacar sin dar la cara… haciendo un paralelo, ¿te imaginás haciendo humor gráfico si no hubiese existido internet? ¿Tratando de que se publiquen tus dibujos, y demás?
Sí, siempre lo pienso a eso. Esa cosa del doble juego de internet, que por un lado para mí es lo más grande que hay; hoy en día hay muchísimas personas que estamos laburando gracias a internet. Yo calculo que lo hubiese intentado, no sé quién hubiese sido yo sin internet igual, no lo puedo imaginar. Todo hubiese costado mucho más, hubiese ido con mi carpetita a muchos lugares, y así. Con eso está la otra cara de la moneda, que es la parte fea, y nada, es un juego que creo que uno tiene que aceptar en un punto y aprender a ignorarlo o hacer lo que corresponda hacer. No se puede tener una cosa sin la otra.
¿Qué planeás para el 2017?
Ahora estoy sacando la agenda, que re colgué y la estoy sacando muy sobre el año, así que estoy contestando mails como loca. Cuando termine con eso voy a empezar a pensar en el segundo libro. Tengo un montón de ideas y ganas pero todavía no me senté. El primero lo saqué el año pasado y este no saqué nada, así que estoy con ganas. Ojalá seguir haciendo stand up, y sobre todo radio, que hago todos los viernes de 20 a 23 en la Colmena; el programa se llama Wachas y la recontra rompe, así que espero el año que viene poder hacerlo crecer un poco más.