Desde hace algunos años, el oficio de los uruguayos de La Mujer Pájaro es crear canciones a base de letras introspectivas con melancolía urbana y melodías efectivas, que tienen su anclaje dentro de la conocida escuela pop. “Nuestras canciones son muy intimistas, hablan de sentimientos y situaciones existenciales que Azael [Gómez, cantante y guitarrista,] ha vivido y de las cuales todos nos sentimos muy cercanos porque somos amigos. Azael escribe a modo de catarsis y eso es lo que le inspira a la hora de componer, las cosas vive y le pasan”, comenta Lucia Pintos, bajista de la banda, y agrega: “Hay un estilo de canción urbana montevideana, que tiene exponentes como Fernando Cabrera, Eduardo Mateo, Jaime Roos, y que en una escucha superficial quizás no se parece a La Mujer Pájaro porque tenemos otro sonido y somos de otra generación, pero tiene mucho que ver con nosotros.”
Con dos discos sobre sus hombros, La calma de las cosas quietas y Faros ciegos, La Mujer Pájaro supo abrirse camino dentro de la escena indie uruguaya y cosechar varios elogios desde sus comienzos. “En el 2016 salió el primer disco, y nos llevamos muchas sorpresas. Lo presentamos a sala llena, teloneamos a El Mató en el mismo lugar donde los habíamos ido a ver un año atrás sin siquiera ser una banda, y tocamos un montón de veces en ese año”, cuenta Lucia. Sobre los comienzos de la banda, recuerda que empezaron a juntarse en 2015 “con la necesidad de hacer música y darle vida a algunas canciones que había compuesto Azael. Solo que en vez de juntarnos a zapar o armar una banda, fuimos derecho a grabar, sin pretensiones. Eramos solo tres, no teníamos ni baterista, pero nos entusiasmamos, y a ese puñado inicial de canciones les fuimos sumando otras. Cuando nos dimos cuenta ya teníamos un disco. A fines de 2015 sumamos los músicos que faltaban para reproducir lo que habíamos grabado y salimos a tocar.”
“Es complicado hablar de nuestras influencias, porque escuchamos mucha música y es difícil delimitar qué es lo que prima. Actualmente estamos muy atentos con lo que pasa con las bandas de nuestra generación en el Río de La Plata, y en ese sentido estamos más en el presente que en el pasado. Pero hay cosas del pasado que siempre están, como el background de nuestra adolescencia punk y grunge”, suma Lucia.
Con los años, las canciones de La Mujer Pájaro ganaron en intensidad y espíritu creativo. Las letras identifican y los estribillos, tan bien logrados y afilados, se fueron encargando de sumar emotividad y perfilar, hoy a la banda, como una de las mayores promesas de la escena uruguaya.