Las cosas que pasan está por sacar a la luz su segundo disco, Fundir todo. Su primer disco en tan poco tiempo de duración deja tantas sensaciones que duran un montón. Es la tuerca más grunge en la maquinaria mendocina y hace del show en vivo un momento de poder, de bronca y gritos a garganta rota. Cada vez que fui a ver a la banda, me fui con ganas de mucho más y llegaba a mi casa y había tan poco por escuchar, pero lo bueno era que podías escucharlo todo de un tirón. Nunca perdés el clima en el que te mete el disco porque ni siquiera te deja salir.
Ahora salen las compañeras de “No fuimos a votar” y “Luján” en uno de los discos que más esperábamos. Hablamos con Leandro Pezzutti, más conocido como Peluqui, sobre algunos aspectos que estuvo transitando la banda y sobre cómo se piensa hoy la escena de Mendoza que ya está establecida. Esta noche Las cosas que pasan se presentan en el The Roxy Live abriendo el show de Los Brujos.
¿Qué es un microdisco?
Un día llegué agarré la guitarra y salieron dos canciones de una, “Una multa” y “Luna”. Salieron muy rápido, una detrás de la otra. Duraban lo que duraban, salieron así y nunca me cuestioné lo de la duración. Era un momento de mi vida en el que necesitaba vomitar un montón de cosas para estar en cero de vuelta y volver a arrancar con todo. El disco fue así, como un vómito.
¿Cómo llegás a hacer una canción de veinticuatro segundos?
Igual que vomitar… comiendo mucho.
Es un disco de diez minutos, pero un recital de media hora por lo menos.
Naturalmente empezaron a salir flasheadas entre tema y tema en los ensayos para unirlos, estirábamos las intros o los finales y se fue haciendo algo bastante orgánico. El primer disco acompaña la idea de que es corto, pero si lo escuchás de corrido parece más, pero a la vez sigue teniendo diez minutos y que si vos querés más tenés que ir a ver a la banda en vivo. El tiempo es como lo que más me preocupa pero a la vez lo que menos me cuestiono. Todos los problemas que tengo son de tiempo o enrosques, flasheo con el pasado, el futuro, lo que me parece una dimensión hermosa. Cuando uno se propone preocuparse por algo, no en un termino negativo, es ocuparse de antemano.
¿Y en Fundir todo qué sucede?
El segundo disco dio la casualidad que también son diez canciones pero que dura un poco más de media hora. Si lo primero fue un vómito, esto sería un semivómito porque ya estoy un poco más tranquilo y capaz que después tenga un hijo y haga un disco de setenta minutos.
¿Hace cuánto vienen trabajando con el nuevo disco?
Varias de las canciones de Fundir todo ya las tenía desde que empezamos a mezclar el primer disco. Después muy tranquilamente empecé a maquetar el segundo en mi casa, con una placa, la guitarra, el bajo y una máquina de ritmos. Cuando pude redondear todo, nos fuimos a Fader, el estudio de Lucca de Usted Señálemelo y ahí grabamos el grueso: batería, bajo y guitarra. Yo tenía esa idea para el segundo que no perdiera el lo-fi del primero, me encantan esos climas porque son reales al equipamiento que yo tengo y me puedo manejar, pero sí, que la estructura estuviera bien grabada y sonara al frente. Por eso grabamos en Fader que es alto estudio. Después los sintetizadores y las máquinas se las agregamos con Gonza Nehuén y Tito en nuestras casas. Y las voces las grabamos en lo de Andy. Por eso siento que este disco tiene un poco de todo, que si bien golpea con fuerza, no pierde el lo-fi. Yo tenía unos sonidos muy destructivos que se los pasé a Santiago de Simone, que es quien se encarga de la mezcla, audios con mucha reverb y efectos. Él se tuvo que meter a su manera entre todo ese mundo, que es como un parque de diversiones drogadicto que está flotando. Lo fue ordenando y haciendo música.
¿Ahora pasan de ser un trío a ser cinco integrantes en la banda?
Ahora se suman los sintetizadores. Sigue teniendo el grunge pero también es más popero. Este disco tiene otro tipo de melodías y espacialidades. Menos áspero pero más profundo. Ahora estamos los que estamos tocando: Gonza Nehuén la batería, Tito el bajo y yo la guitarra, pero lo que va a pasar cuando salga el disco nuevo es que Gonza pase a los sintes y en la batería el Fanta, que es el baterista de Alicia, una banda donde toca Luca Bocci. Y sumaríamos una guitarra más, hay temas donde yo me quiero soltar y no tocar, sólo cantar.
Cuando hablan de Las cosas que pasan al toque se lo relaciona con Nirvana, pero se queda corto, después se entra a otro mundo. ¿En qué otra música pensás?
Charly García, Grimes, Javiera Mena. Sinceramente me inspira mucho la música de Mendoza, mis propios amigos, lo que tengo cerca. El Bocci, Perras, Usted [Señálemelo], Las Ex.
¿Y cómo era Mendoza antes?
Había bandas buenas pero para mí faltaba un poco más de mandar todo a la mierda. Ahora se terminó de formar un bloque y vamos todos para el mismo lado, más allá que cada uno hace la suya, siempre vamos juntos. Todavía no había una escena formada, ahora es más fuerte porque todos los que están en la movida, sea lo que sea, música, pintura, todo está girando en la misma órbita. Se armó una simbiosis entre los que estábamos antes y los que vinieron, no importa que había diez años de diferencia, nos unimos para fundirlo todo.
A nosotros nos escribieron un montón de bandas que quieren ir a tocar a Mendoza, bandas de todas partes, a veces se puede armar algo y a veces no. Ahora se da vuelta la torta y es hermoso. No es una competencia, es hermoso para todos, siempre que se te de vuelta la torta está bueno. Para nosotros ahora es diferente, y para las bandas de otros lados también es diferente, es re loco, porque a todos se nos está abriendo la cabeza. No es una competencia, sino un cambio y siempre los cambios son sarpados, todos estamos ganando. Ya fue con sólo aguante Mendoza, aguante todo.
¿Vos trabajaste en la producción del disco de Luca Bocci?
El Bocci tuvo varias bandas, pero yo lo conocí cuando arrancaba con Alicia. Él debía tener 17 años ahí. Pasó el tiempo y un día estábamos chateando y arreglamos para grabar su disco. Caí a su casa con la compu y el micrófono y él ya tenía todos los temas cerrados, entonces fue meterle para delante nomás. Se dio todo muy natural, fue hermoso… lo más lindo que me ha pasado.
Y si antes veían a Mendoza como un lugar cerrado, ¿qué sensación te causa que un disco en el que estuviste laburando llegue a un lugar como el Teatro Independencia?
Nunca había pasado, estábamos todos chipeados de que el Teatro Independencia era para otra cosa y menos para un pibe de veintiún años. Pero en realidad no, todo es para todos, todo está en la mente de que uno cree… eso fue lo más importante que demostró el Bocci, más allá que el reci estuvo increíble, de la teoría al hecho. Eso es lo más lindo que está pasando, que las cosas se están haciendo. Las cosas las tenés que ver y tienen que pasar, y tenés que sufrir para aprender y tenés que amar para sufrir. Lo tenés que vivir porque estamos en la etapa de la vivencia. Creo que por eso también el disco se llama Ahora.
¿Están produciendo también con La piba berreta?
Ese disco se va a ir de mambo. Ella lo contactó al Bocci y él nos contactó a nosotros. Lo empezamos a producir hace muy poco. Metimos los sintes, las violas y el bajo cuando ella fue para allá con el Pantera. Ahora hay que empezar a mezclar
Un día te despertaste y te invitaron a ser la banda soporte de la banda que le hizo soporte a Nirvana cuando vino a Argentina.
De guacho escuchábamos Fin de semana salvaje en cassette y yo re flasheaba porque Los Brujos son medio bizarros y medios psicodélicos. Un amigo nuestro les pasó el disco y enseguida respondieron con que querían un encuentro grunge. Son increíbles, una banda vanguardista, yo ahora los analizo y no lo puedo creer, las performances de los tipos, están en todos los detalles.
¿Y con DIIV?
A mí me encanta DIIV y cuando vi que venían se me metió en la cabeza que quería tocar con ellos. Venía escuchando mucho el disco que había recién salido. Te juro fue como un deseo real. Y justo nos escribieron los que armaban la fecha, Indie Folks, y nos invitaron a abrir.
¿Cómo es la movida de rotación de bandas que hacen entre ustedes?
Nosotros veníamos de Lavanda Fulton que tocábamos juntos con Tito, Gonza, el Seviche y Marce. Dejamos de tocar con la banda y a los meses yo saqué el disco de Las cosas que pasan. En vivo los músicos variaron mucho, antes tocaban el Luca y el Cocó de Usted Señalemelo que tocaron como un año. Pero ahora se dio la casualidad que los que estaban tocando antes conmigo en Lavanda Fulton, tocan en LCQP. A la vez también yo toco el bajo en el proyecto de Tito. De nuestra banda anterior salieron tres proyectos diferentes y todos colaboramos con el otro, todos tocando juntos. Si hacemos una fecha las tres bandas, nunca nos bajamos del escenario, sólo nos tenemos que cambiar de camisa.