De vuelta después de su gira por tierras europeas, Las Ligas Menores andan produciendo su próximo disco y presentando nuevos temas en vivo. En una sala de ensayo de Boedo, la banda entera está tomando mate a pesar del calor: Anabella Cartolano y Pablo Kemper que comparten la voz y guitarra, Micaela García en batería, Nina Carrara en teclados y Angie Cases Bocci en el bajo. Hablamos con la banda sobre qué piensan acerca de alzar la voz con las cosas que pasan últimamente y nos comparten parte de la premisa de su éxito: “Nuestro crecimiento fue a partir de la autogestión.”
Volvieron de España hace unos días, ¿cómo la pasaron?
Anabella Cartolano: Estuvo muy bueno, es la cuarta vez que vamos, fuimos tres veces este año y la primera fue en diciembre del año pasado. Nos editó un sello de allá, independiente también, que se llama Sonido Muchacho, nos editaron Fuego artificial y nuestro primer EP en vinilo.
Nina Carrara: Estos viajes nos resultan bastante agotadores, cubrimos muchas ciudades en poco tiempo y se vuelve intenso, porque hicimos desde salas chicas hasta la temporada de festivales en julio.
¿Qué público encuentran allá?
Pablo Kemper: Que nos hayan editado sirvió para que mucha gente, antes de que lleguemos a la ciudad, ya nos conozca. Allá funciona muy bien el tema de la difusión, salir en revistas, todas esas cuestiones. También pasó que hicimos un par de fechas con Carolina Durante, que es una banda que le está yendo muy bien y sirvió bastante. Aparte en España conocen toda la movida de Laptra y de El Mató, la escena de acá.
Hablando de Laptra, ¿cómo fue su desarrollo dentro del sello?
AC: Empezamos en el 2011 y no cortamos nunca, fue a lo largo de lo que vamos como banda. Si bien Laptra no funciona con un jefe que nos dice lo que tenemos que hacer, de afuera eso no se entiende mucho. Nos preguntan quién maneja Laptra y en realidad son las bandas mismas las que lo manejan, y es un boca en boca de las bandas de adónde viajar o adónde tocar o con quién tuviste una buena o una mala experiencia y así terminan siendo más consejos entre amigos que órdenes. Lo único que se busca es que las bandas estén activas.
NC: Sí, es un colectivo de bandas, se da mucho más la colaboración. Y las bandas que están hace más van generando un camino para las más nuevas. Para nosotros fue una gran ayuda para estar dentro de un contexto.
Para visualizarse dentro de un mercado…
Micaela García: Sí y ahí aprendimos de la autogestión. Fue de ver también a otras bandas para ver cómo hacían, cómo armaban fechas. Pasó bastante tiempo hasta que nosotros armamos una fecha propia, pero no hubiese sido posible si no formábamos parte de un colectivo como Laptra, que en la escena tiene prestigio.
Este año entraste vos, Angie, ¿cómo te sentís?
ACB: Genial, me siento muy afortunada en que hayan pensado en mí, de sumarme a los planes que tenían súper organizados y son geniales para compartir el tiempo, los proyectos.
¿Cómo vivieron los procesamientos de los músicos abusadores?
AC: Para lo que usamos Instagram, al menos en lo que nos respecta como banda, es hablar de esto. Cuando pasó lo de [Cristian] Aldana lo pusimos, cuando pasó lo de la Ola [Que Quería Ser Chau] también. Hay ciertos momentos que mismo la gente te lo exige.
MG: Nos agarra la necesidad de comunicar una opinión que hasta ahora siempre la compartimos. Por algo también somos amigos y solemos pensar parecido. Y entonces pensamos si queremos decir algo, porque somos también una voz de nuestra generación, de nuestro género.
AC: Lo último fue lo de Chile y fue un “¿les parece compartir algo de lo que está pasando?” y sí, obvio.
Están grabando nuevos temas, ¿cómo los están pensando?
PK: No tenemos cerrada la música que queremos hacer, ya no es solo indie, lo-fi… estamos abiertos a un montón de cosas. Igual es el sonido que, por las bandas que nos gustan y por todo eso, es nuestro origen, siempre venimos de ese sonido. En el último disco buscamos sonar mejor que en el anterior y en el que viene creo que vamos a buscar lo mismo.
Hay algo de describir imágenes en las letras que componen, ¿sienten que así se conectan con situaciones más cotidianas?
PK: Sí, hay algo de contemplar el paisaje en las canciones. Es escribir emociones, esas situaciones cotidianas no a través de acciones, sino de lugares.
AC: También hay letras que vienen de viajes. Pero creo que lo que más llama la atención de nuestras letras es que son cosas muy cotidianas y simples, entonces llegan directo a la gente. Son problemas muy normales, no es nada del otro mundo. Y ahí te das cuenta que gusta. El amor y el desamor están siempre, en todas las bandas que escuchamos. De pareja, de familia, de amigos… ¿a quién no le rompieron el corazón alguna vez?
¿Y ustedes qué escuchan?
PK: Nosotros escuchamos canciones con buenas melodías, nosotros escuchamos hits, hits de The Strokes, de Guided by Voices, hits de Madonna. Nos gusta lo simple que suena bien.
NC: Lo que es muy pretencioso no nos gusta tanto.
Este año sacaron el single “De la mano”, ¿cuáles son sus proyectos futuros?
AC: Por ahora estamos haciendo temas nuevos, el otro día tocamos dos en vivo. También siento que Fuego artificial tiene mucho más tiempo afuera, pero lo sacamos en mayo del año pasado. Este año viajamos mucho y ya siento que es el momento de decir “ya sabemos que nos escuchan” y que entonces podemos empezar a planificar más en detalle qué queremos hacer. Y no queremos que pasen otros cuatro años para armar un nuevo disco.
¿Eso es lo que aprendieron?
NC: Lo que pasa es que las cosas se fueron dando sin tanta planificación, nos íbamos dejando llevar por las cosas que aparecían, pero viajamos mucho, tocamos sin parar en cuatro años. En ningún momento estuvimos con la calma de decir “sentémonos a pensar solo el disco.” El tiempo no nos alcanzó para hacerlo en menos.
AC: Sí, y la plata también. No es nada barato sacar un disco.
Entre su primer disco y el último se ve otra producción detrás, ¿qué cambiaron?
PK: En el último disco estuvimos más obsesivos, en el primero tratamos de reflejar lo que hacíamos en vivo y lo grabamos sin hacer maquetas, no tan estudiado. Vas aprendiendo de un disco al otro y en el segundo fue más estudiado, más pensado. Y eso me parece que hizo la diferencia.
NC: Sí, el primero también era nuestra primera experiencia grabando algo, porque fue la primera banda que tuvimos todos. Y ya en el segundo veníamos de trabajarlo, de tocar en vivo, de ensayar, de trabajar con productores como Tom Quintans de Bestia Bebé, que también había estado en el primero pero no en todo el proceso. Y pasó que en el último se sumó también su hermano Pipe. Fue otra cosa, lo sentimos diferente… pero siempre con Laptra, que nos dio mucho empuje.
Claro, ni bien arrancaron empezaron a jugar en primera.
MG: Sí, justo había pasado también que el suplemento sÍ de Clarín nos había recomendado y fue de una gran ayuda, y después hicimos un Konex con El Mató y recién empezábamos.
PK: Creo que por eso tardamos cuatro años en sacar el segundo disco.
NC: También tomamos la decisión de dar el paso de exponernos, en una etapa donde muchas bandas no se exponen hasta que no tienen algo más armado o más ensayado. Nosotros sacábamos los temas y salíamos a tocar. Empezamos a tocar de una al principio… y que sea lo que sea.
AC: Hay muchas bandas que no muestran mucho las maquetas, y para nosotros eso fue nuestro primer EP, el disco suplente, y ahí le pegamos derecho. Fue vertiginoso, pero también porque nos lanzamos de una a lo que saliera.
¿Y se sintieron cómodos en ese proceso?
AC: Y vas aprendiendo, donde más aprendimos fue en el escenario, a veces usábamos fechas de ensayo incluso. Mismo ahora si viajamos probamos temas nuevos en otras ciudades como para ver qué pasa. Estás constantemente aprendiendo, yo creo que nunca vamos a dejar de hacerlo.