Lichi es un artista inquieto y curioso que no deja de hacerse preguntas. Un buscador de sentido cuya inspiración siempre surge de manera repentina en forma de interrogantes abiertos e incisivos: “¿Quién soy? ¿Por qué soy como soy? ¿Cuántas otras personas hay parecidas a mí? ¿En qué se parecen y diferencian todas nuestras historias?”. Con los años, la motivación por responder estas y muchas otras preguntas relacionadas con las identidades LGBTIQ+ lo llevó a crear un canal de YouTube, publicar dos libros (uno de ellos escrito junto a su padre) y a liderar un proyecto musical homónimo que él mismo describe como “rock nacional psicodélico gay”.

¡Cocoliche!, su primer disco de estudio, cumplió un año en septiembre y tendrá su merecido festejo el próximo domingo 5 de octubre en Niceto Club, en una noche que además funcionará como la presentación oficial del álbum. “Recién ahora puedo darle la celebración que se merece”, dice Lichi en conversación con Indie Hoy sobre el show.

La demora se debió, entre otras cuestiones contractuales, a la necesidad de afianzar el proyecto junto a su nueva banda y poder disfrutar de esas canciones de manera más libre: “Me pareció bien aprovechar el tiempo para que el grupo termine de consolidarse y ajustar lo que hubiera que ajustar, tanto a nivel humano como en el sonido. Quería escapar de esa inmediatez que hoy se impone sobre todo. No quería sacármelo de encima porque el disco fue muy importante para mí”.

Lo que pasó desde el lanzamiento de ¡Cocoliche! el año pasado hasta hoy no fue más que una seguidilla de experiencias impensadas para el músico, que fueron consolidando a cuenta gotas su carrera: desde tocar bajo la lluvia en la última edición del Lollapalooza Argentina y emprender un road trip en camioneta hacia Uruguay junto a su banda completa, hasta presentarse en la marcha del Orgullo de Buenos Aires. “Para nosotros, tocar en la última marcha fue algo increíble —dice Lichi—. Es una celebración de la diversidad y, al mismo tiempo, un reclamo por el reconocimiento de esa diversidad. Actualmente estamos en un contexto en el que volvió a estar presente, más que nunca, un discurso de odio horrible. Es por eso que, en cierto punto, la lucha nunca termina”.

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Lichi. Foto: Juan Curto

En su concepción, ¡Cocoliche! se presenta como un rara avis: es un disco de psicodelia que no habla de drogas. El efecto lisérgico, en cambio, proviene de esa percepción lúcida frente a los miles de estímulos que ofrece la ciudad y las cientos de perspectivas distintas que se pueden tener de la misma. En sus canciones, la psicodelia funciona como un instrumento para cambiar el ángulo desde el cual el mundo y las personas se contemplan de formas cambiantes.

“En la palabra ‘psicodelia’ encontré un tema que siempre había querido explicar: la diversidad de todo. Yo vengo de una ciudad muy pequeña, Rafaela, en la provincia de Santa Fe, y cuando llego a Buenos Aires, en una hora veo tantas cosas: carteles, miradas, gente que pasa de todos los colores y tamaños, y una infinidad de maneras de percibir todos esos estímulos. Es una psicodelia que consiste en entender el mundo desde otras perspectivas, con otra sensibilidad. Por eso, en la tapa del disco estoy con esos anteojos locos: para ver distinto el mundo que me rodea, a través de la imaginación, los sueños, los amigos y muchas otras formas más”, explica Lichi.

Para llevar a cabo esa idea, el artista se nutrió de la influencia de bandas y músicos formativos en su camino, como King Gizzard & The Lizard Wizard y Tame Impala, además de grupos del rock argentino fundacional como Los Gatos y Almendra. Guitarras expansivas y texturadas se mezclan con sintetizadores espaciales y luminosos a lo largo de las nueve canciones que componen el álbum. Desde el tema épico y homónimo que abre el disco, hasta “¿Existe el Pocodrilo?”, cuya letra se basa en una criatura imaginaria creada por el propio artista, todo en ¡Cocoliche! parece un crisol de colores, emociones y referencias distorsionadas de la cotidianeidad, filtradas por su propia percepción.

LICHI - ¿Existe el Pocodrilo? (Video Oficial)

Otro factor determinante a la hora de moldear el disco fue la producción, a cargo de Meien Williams (Melanie Williams antes de transicionar), quien se involucró en el proyecto desde un rol de guía, aportando su amplia experiencia en la esfera de la psicodelia. “Cuando escuché Tresmo me hice fan de inmediato”, dice Lichi sobre el disco que Williams publicó en 2023. “Cuando me tocó sentarme a planear mi propio álbum, siempre supe que tenía que ser con él, porque tiene un lenguaje musical muy parecido al mío”. Durante casi un año y medio, Lichi y Meien se reunieron todos los martes para trabajar en darle forma y consistencia a las canciones, consolidando un vínculo que trascendió la amistad y se transformó en una asociación creativa orgánica y armoniosa.

El estudio también tuvo un rol clave, casi místico, en la congregación de las personas que participaron en la producción del disco. ¡Cocoliche! se grabó en el Centro Cultural Richards, un pequeño recinto del barrio de Palermo, querido y frecuentado por músicos. “Yo a Meien lo conocí personalmente en una de las noches de su residencia en el Richards, junto a Paul Higgs y Choki de El Mundo Limón. Esa misma noche también conocí a quien hoy es mi baterista y mi mejor amigo. Un año después terminamos grabando un disco ahí. Es como si el universo nos hubiese convocado a todos en ese lugar”, relata Lichi.

Además de la impronta de Meien, el respaldo de su banda y el trabajo de Maxi Leivas en mezcla y mastering, el disco se abre a dos colaboraciones puntuales pero decisivas: Lucy Patané en "Turbo" y Fonso en "Legendario". La elección de Patané no dejó lugar a dudas: “Necesitaba un solo de guitarra increíble y pensé en Lucy inmediatamente”, cuenta Lichi. La artista se metió de lleno en la canción sin alterar una sola palabra de la letra y dedicó varias tomas a probar, pulir y redefinir matices, hasta encontrar esa toma final. Con Fonso, la historia tuvo otro rumbo: "En 'Legendario' había una parte donde la melodía cambiaba y sentía que tenía que ser interpretada de una manera más rítmica. Al principio pensé en un rapero, pero justo apareció Fonso, que venía de lanzar Día del trabajador, y me pareció que encajaba perfecto”, recuerda.

LICHI - Turbo ft. Lucy Patané y Melanie Williams (video x Propia.)

Actualmente, Lichi reparte su energía creativa entre la música y su faceta como creador de contenido en YouTube, un espacio que comenzó en 2018 y que hoy ya cuenta con más de 500 videos publicados. Entre ellos se destaca la sección “Hijxs del closet”, un ciclo de relatos sobre cuestionarse, descubrirse y entenderse en la diversidad. “Decidí abrir un canal simplemente para contar cosas divertidas, y con el tiempo empezó a llegar cada vez más gente, sobre todo cuando hablaba de mí mismo y de lo que significaba correrse de ciertas normas”, recuerda.

En aquellos años, Lichi estaba en pareja con una chica trans mientras se identificaba como gay, una situación que, según cuenta, despertaba cierta curiosidad en las personas que lo seguían. "Era un gay con novia, algo que a mucha gente le resultaba raro y no entendía. Querían saber qué pasaba conmigo, con la gente gay, con la gente trans”. Así, entre reflexiones personales y relatos íntimos, empezó a contar su historia: la de un joven que se descubría gay en una pequeña ciudad donde parecía no haber nadie como él. Lo que para Lichi era un relato “aburrido“ pronto se volvió un espejo en el que otrxs encontraron sus propias vivencias.

Con el correr del tiempo, el canal se transformó en un espacio de visibilización y encuentro para personas del colectivo y disidencias: primero con amigos e invitadxs cercanos, y luego con personas desconocidas que tenían algo para aportar a la conversación. “Lo más increíble es que nunca es la misma historia, más allá de las similitudes. Por eso me interesa seguir hablando de esto: para visibilizar, pero también para naturalizar estas experiencias y mostrar que son, ante todo, historias profundamente humanas”.

Ese mismo impulso de contar su historia como forma de invitar a otrxs a hacer lo mismo lo llevó a escribir ¿Cómo se llama esta canción de amor?, su primer libro, publicado por Penguin en 2023. Allí Lichi se sumerge en episodios de su propia vida y en el proceso de autodescubrimiento dentro de la diversidad. “Fue una experiencia muy extraña, porque no planeaba escribir un libro. De repente alguien me lo ofreció y pensé: 'No sé de qué voy a escribir'. Pero diez minutos más tarde dije: 'Pará, sí, ya sé. Tengo que escribir sobre lo que tengo para compartir. Gracias al canal de YouTube ya entendía que ese era el camino”, recuerda.

La escritura, sin embargo, le abrió una nueva dimensión en su propio recorrido personal. “En el libro, a medida que lo fui escribiendo, fui entendiendo mejor mi historia. Creo que es un ejercicio súper copado el de bajar a texto tu vida. Ahí te das cuenta de los puntos en común, de cómo la trama va girando hacia ciertos lados. Fue un ejercicio muy enriquecedor”.

En mayo de este año, Lichi volvió a editar con Penguin, pero esta vez no lo hizo solo. ¿Qué pasa conmigo?, su segundo libro, nació junto a su padre, el Dr. Alejandro Ruiz Díaz, psiquiatra de larga trayectoria y, al mismo tiempo, la primera figura que lo acercó a los misterios de la mente humana. El libro se lee como un diálogo vivo, una improvisación entre dos personas que saben escucharse: él pregunta, el padre responde, y en ese ir y venir los roles a veces se invierten.

La salud mental siempre fue parte del paisaje cotidiano de Lichi: crecer en la casa de un psiquiatra es también crecer rodeado de preguntas. Preguntas que un día se convirtieron en un podcast, La mente y la duda, donde Lichi grababa esas charlas caseras que empezaban con un “¿Qué onda tu trabajo?” y terminaban abriendo puertas a mundos inesperados. De ahí a pensar que esas conversaciones merecían un libro hubo un solo paso. Y lo que parecía un intercambio entre un profesional y su hijo se transformó en una exploración universal: hablar de salud mental es hablar de estar vivo, de cómo nos sostenemos en el día a día, de qué herramientas tenemos —o inventamos— para sobrevivir.

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Lichi. Foto: Juan Curto

“Para mí todo tiene que ver con todo: entenderse, descubrirse, reconocerse. La cuestión de la salud mental siempre la tuve muy presente y toda mi vida me pareció muy curioso su trabajo. La editorial pensó que eso tenía que transformarse en un libro. Así que volvimos a conversar y repasamos esos temas que, en principio, parecen concernir solo a una parte de la población, pero en realidad van mucho más allá", destaca y agrega: "Siento que este libro es como una linda cajita de herramientas de la que mucha gente puede sacar provecho".

Pues bien, el impacto de lo que generó en varias otras personas que se sintieron identificadas por su trabajo, ya sea los libros o sus videos en YouTube, todavía lo impresiona. “Me flasha” dice. “Lo que más me sorprende es que no solo me escriben jóvenes, que sería lo esperable, sino también gente grande, de 50 o 60 años que me agradece porque entendió mejor a su familia, o incluso cosas de sí misma que pensaban que nunca iban a descubrir”.

El impacto fue especialmente fuerte cuando habló de asexualidad desde su propia experiencia. Ahí aparecieron mensajes que decían: “Esto era algo, y me hubiese gustado enterarme antes”. Historias de personas que vivieron décadas negando partes de sí mismas o ignorando que esas posibilidades existían. “Hablar de ciertos temas es abrir una puerta”, resume. No porque todos deban cruzarla, sino porque saber que existe cambia la forma en que concebimos el mundo. Y esa revelación —ese instante en el que una canción o un video abre una nueva posibilidad— es lo que lo impulsa a seguir.

LICHI - ¡COCOLICHE! (Full Album)

Lichi se presenta el domingo 5 de octubre a las 20 h en Niceto (Niceto Vega 5510, CABA). Entradas disponibles a través de Passline, con 30% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.

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