Como unos de los miembros fundadores y compositor principal de Depeche Mode, Martin Gore ha pasado sus años abocado a la ardua tarea de experimentar las infinitas posibilidades que tiene la música electrónica para representar sonoramente la cosmovisión de la modernidad anclada a la relación simbiótica entre la humanidad y la tecnología. Junto a la banda británica se encargó de evocar un aura futurista que hace que, hasta el día de hoy, cualquiera de sus discos se sienta contemporáneo. Tanto en el pasado como en el presente, pensar en Martin Gore es pensar en vanguardia. Y no hace falta romperse la cabeza imaginando lo que sucederá en el mañana porque su reputación seguirá intrincada en las raíces del porvenir.
Hoy el músico londinense de 59 años estrenó su tercer trabajo discográfico como solista titulado The Third Chimpanzee. Se trata de un EP conceptual que grabó durante el período de aislamiento social obligatorio en los estudios Electric Ladyboy en Santa Barbara, California. Esta pausa mundial que atravesó el mundo le dio la oportunidad de exprimir algunas ideas que estaban rondando en su psiquis, ajustar la maquinaria nuevamente y decodificar el caos actual en un conjunto visceral de cinco tracks salvajes.
“Las cosas cambiaron mucho desde los comienzos de la música electrónica -recuerda Gore-. Nosotros no estuvimos desde el principio, pero hemos estado dando vueltas desde hace cuarenta años. Hay muchas cosas que son más accesibles y más fáciles de hacer. A veces era una pesadilla poder lograr algo cuando recién empezábamos. Ahora tenés infinitas posibilidades”.
“En este disco empecé trabajando en una parte instrumental de la primer canción, ‘Howler‘ -cuenta el célebre guitarrista y tecladista-. Probé con una técnica de resintetizar vocales y sonaba muy bien. Después de que terminé ese track, estaba pensando en cómo llamarlo, y se me ocurrió que sonaba como algo humano pero a la vez sonaba como un mono. En el segundo track creí que sería buena idea volver a resintetizar las vocales y sonó nuevamente como algo deshumanizado. Ahí decidí nombrar a cada tema como un mono”.
Gore también se influenció por el libro del historiador y antropólogo estadounidense Jared Diamond titulado The Rise and Fall of The Third Chimpanzee. La lectura de estos artículos de divulgación científica relacionados con los orígenes animales del comportamiento humano fue una especie de eureka para dilucidar las conjeturas subyacentes e ilustrar la atmósfera eufórica del repertorio. “Después de nombrar todos los tracks como monos, estaba leyendo ese libro y pensé que sería gracioso en un modo llamar al EP The Third Chimpanzee porque eso es un poco lo que somos. Y la manera que tuve de concretar esa idea que tenía fija en la mente fue encontrar a un mono capuchino que pintaba para que hiciera el arte del EP. Quedé fascinado al conocerlo, se llama Pockets Warhol, vive en Canadá y pinta para la caridad”.
Radical y vertiginoso, The Third Chimpanzee es una muestra del espíritu versátil de Gore, quien año tras año sigue reinventando su lenguaje. Su sonido puede parecer duro a primer escucha, impetuoso y extremado, pero en la repetición te atrapa como un remolino del que es difícil escapar. Su exploración con los sintetizadores es más severa y anárquica, un reflejo de la crudeza cotidiana o una forma de exteriorizar los tiempos de crisis. Sin embargo, Gore prefiere no cercenarse. Con tanta experiencia, sabe muy bien que se necesita que pase un tiempo antes de poder considerarlo como uno de sus trabajos más experimentales. “Es complicado para mí juzgarlo porque está demasiado cercano. Muchas personas con las que hablo me lo han dicho, pero durante estos tiempos de COVID no podemos pensar fácilmente”. Se detiene unos segundos sobre lo dicho, se toma unos segundos para reflexionar y continúa: “Me paso la mayor parte del día trabajando en el estudio. Así que creo que en estos tiempos extraños es incluso más difícil poner cualquier tipo de perspectiva real sobre lo que estás haciendo”.
La discografía de Martin Gore como solista es corta pero intensa. Su primer incursión en esta faceta no tiene nada que ver a la explosión sónica de su flamante estreno. Mientras que en las canciones de Counterfeit² (2003) podíamos escucharlo cantar, ahora la voz funciona como un instrumento más en la mezcla. Nueve años después de aquel debut, se propuso hacer un cambio sustancial en su abordaje a la canción, acompañado por alguien muy especial: nada más ni nada menos que su ex compañero, Vince Clarke, el astro del synthpop, quien luego de salirse de Depeche Mode formó Erasure. “Counterfeit² es un álbum de cóvers de algunas canciones que creía que habían sido indispensables para entender mi forma de composición -aclara Gore-. Después hice el proyecto con Vince Clarke y salió Ssss (2012), que es algo completamente distinto y está bajo el nombre de VCMG. Luego, para diferenciar mis trabajos de alguna forma, el siguiente disco MG (2015) y The Third Chimpanzee están bajo las iniciales MG, ya que son muy diferentes que los productos que salieron bajo mi nombre real. No están basados en voces sino en instrumentales”.
En casi todos los discos de Depeche Mode hay algún tema cantado por Gore: “Any Second Now” publicada en el álbum Speak & Spell (1981), “Pipeline” de Construction Time Again (1983), “Sometimes” y “It Doesn’t Matter Two” de Black Celebration (1986), “The Things You Said” de Music for the Masses (1987), por solo mencionar algunas. Siendo un letrista colosal y teniendo en cuenta que Spirit (2017), el último disco de la agrupación, tiene una poderosa crítica social, Gore sigue buscando maneras de encriptar un mensaje político en sus últimas composiciones, incluso cuando la palabra se hace a un costado y se concentra específicamente en el ímpetu detractor del sonido. “Quise borrar la línea entre humanos y primates, y demostrar cuanto más evolucionados están los monos… eso era lo que estaba pasando por mi cabeza. Si eso se le ocurre a otras personas o no, porque no hay letras, eso no lo sé. Solo era lo que yo pensaba al nombrarlo así”.
A propósito de Depeche Mode, el año pasado se cumplieron 30 años de la salida de uno de sus discos más emblemáticos, Violator (1990). Y a pesar del estado conflictivo de su relación actual con el vocalista Dave Gahan, Gore sigue pensando en aquellos días de gloria que llevaron a la banda a lo más alto con el éxito trascendental de canciones como “Personal Jesus” y “Enjoy the Silence”. “Obviamente fue un tiempo grandioso para nosotros cuando lo grabamos. Siempre ha sido uno de mis discos favoritos. También fue uno de los discos favoritos de nuestros fans por años. Es probablemente nuestro mejor trabajo”.
Pero conmemorar dicho aniversario no fue el único motivo para celebrar durante este insólito año, ya que en noviembre se conoció la noticia de su entrada al Salón de la Fama del Rock and Roll. Una sentencia definitiva de gratitud que indudablemente sitúa al icónico trío de música electrónica entre los nombres más importantes de la historia. “Siempre es lindo tener un premio y ser reconocido -admite-. Aunque es un término extraño para mí ‘rock and roll’. Crecí con mucha música de rock original por mi madre, lo descubrí cuando tenía diez años y solía reproducirlo una y otra vez. En un sentido es lindo estar en el mismo lugar que toda esa gente que escuchaba cuando era chico y con otros artistas que admiro y respeto”.
Escuchá The Third Chimpanzee en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).