Marton Marton es el seudónimo de Martín Villulla, músico nativo de Chascomús que se mudó a Buenos Aires a los 18 años y desde entonces vive por y para la música. Ecléctico y multifacético, ha sido un gran colaborador de la escena musical indie nacional llegando a interpretar en bandas como Atrás Hay Truenos, Las Sombras y Päntro Puto y Los Sueños Raros. A fines de 2018, creó la plataforma Lagunera Discos para darle sustento musical a artistas de su ciudad de origen.
Después de dejar de tocar con los Truenos, decidió meterse de lleno en su proyecto solista. En 2017 debutó con La película que no te has montado, y el año pasado sacó Viaje al centro de la periferia (2019). Es un disco de psicodelia tintineante de guitarras que danzan a la par de la voz de Marton. Delays duberos y collages sonoros hechos con grabaciones caseras son algunos de los elementos que confirman que Viaje es un pasaje de ida a un mundo sonoro armonioso pero disruptivo.
Este verano, Marton recorrió más de 5.500 kilómetros en 12 días, en la gira patagónica presentando su último disco. Fueron seis shows que le dieron un subidón energético al músico. “Estoy muy conforme con la gira,” resume. “La veníamos planificando hace un buen tiempo y por suerte se dieron distancias de viaje bastantes largas. Fuimos a Comodoro Rivadavia y de ahí cruzamos hacia la cordillera a los lugares más clásicos donde se toca. En Bariloche, San Martín de los Andes, Neuquén capital, Villa La Angostura y Trevelin. En Comodoro y Bariloche vendimos todas las entradas. Algo que sucedió fue que hubo una conexión muy fuerte con un público joven de allá de 19 y 18 años que estaban super copados con nuestra música. La gente cantaba las canciones y todo. Era la primera vez que tocaba por el sur con Marton Marton. Había hecho una gira muy similar hace unos años con los Atrás Hay Truenos yendo como tecladista. En esa gira conocí mucha gente con la que me gratamente me reencontré.”
¿Marton Marton empezó después de tu salida de los Truenos?
Sí, fue en realidad la consecuencia orgánica de seguir evolucionando musicalmente. Tengo bandas desde los 14 años, desde que vivía en Chascomús. Acá en Buenos Aires tuve grupos de muchos estilos, de pibe tocaba rock progresivo, curtía mucho Emerson Lake and Palmer, Yes, y después eso se fue convirtiendo en muchos proyectos, bandas muy diferentes. Nunca encarando muy de lleno lo que es tener una banda sino más como una etapa de experimentación y formación. Todo se sintetizó con los Truenos pero después tuve que encarar un proyecto que reuniera de alguna manera toda esa experiencia y ahí empecé a grabar el primer disco solo.
¿Cómo fue el proceso de grabación de ese primer disco?
La película que no te has montado lo grabé íntegramente en mi casa y toqué todos los instrumentos. Fue un disco concebido muy en soledad. Yo tengo un estudio montado con algún que otro pre-amp y conozco mucha gente que me presta cosas. Con eso traté de armar una cadena de audio de calidad.
Hubo un cambio desde el primer disco, que tiene un sonido indie, hasta Viaje, que tiene texturas más psicodélicas.
Yo siento que el primer disco es como una nubecita atmosférica homogénea a lo largo de toda la escucha y tiene un sonido más opaco, hasta más íntimo. Viaje lo grabé con el mismo método, pero siento que suena mejor porque ni bien terminé La película ya estaba adentrado en este.
Un trabajador incansable…
Un poco manija, sí, pero es que en general me gusta estar grabando o haciendo cosas todo el tiempo. Quiero mantener el movimiento. También porque me interesa que los discos mantengan cierta frescura ente composición y grabado. Cuando estaba terminando los demos de Viaje ya estaba en planes de meterme en algún estudio a grabar baterías. Luego, decidí mudar todo a mi casa natal en Chascomús que quedó deshabitada por unos días y armé todo el estudio ahí donde terminé de grabar el resto, guitarras y demases. Ahí hice un level up de audio a comparación del primero.
¿Lo hiciste todo por mano propia?
El primero sí, el segundo invité más gente a tocar. Está Samo Láser, que tocó la bata conmigo en vivo durante la gira. María Morillo, que cantó unos temas y ahora es parte de la banda tocando el bajo. Juanjo Bordenave de Costas, otra banda del sello Lagunera, tocó guitarras en el disco. Lo mezclé en gran medida con Nicolás Constanzo que es y fue operador de sonido de la gira. Él se ocupó de la parte final del proceso, la parte técnica y en la mezcla estuvimos mano a mano. Finalmente, logré que lo masterice Diego Acosta que es un productor y amigo que le dio un audio más pulido.
¿Qué estabas escuchando cuando empezaste a trabajar Viaje al centro de la periferia?
El disco que estaba escuchando mucho cuando empecé a grabar Viaje era el disco de Can que se llama Future Days. De hecho, en “Brasil y Santiago del Estero” usé un sample de ese disco. Después, cosas muy variadas. Hay mucha música que me gusta hecha con samples últimamente. Monster Rally me encanta, hace unos discos instrumentales que son recortes de cosas. También Caribou y Currents de Tame Impala, que en su momento no le di mucha bola pero ahora que superó la prueba del tiempo le encontré el gusto.
¿Y de Argentina?
Hay muchas bandas del sello que me encantan. Costas, Tobny Houston, que son de Chascomús también… de hecho nos fuimos de gira juntos, fuimos a Misiones, a Chaco, a Paraguay. Ellos son una camada más joven de Chasco que a nosotros nos dio mucha frescura. El sello Lagunera se forma en gran medida por la experiencia que traíamos nosotros, más la frescura de ellos.
¿Cómo empezó el sello?
Nosotros ya veníamos organizando fechas en Chascomús llevando bandas de acá que nos gustaban, y ya había un cúmulo de proyectos que trabajamos en conjunto porque éramos de allá y teníamos una identidad afín. Eso ocurrió a fines de 2018, no hace tanto. Decidimos ponerle un nombre y darle una forma más visible. Nos empezamos ayudar en las fechas sin pisarnos. Cuando lo armamos trajo muchas cosas buenas, se convirtió en un canal de comunicación para nosotros como conjunto, que nos permitió organizar la producción discográfica. Hoy por hoy, es una parte importante de lo que nos sucede como banda.
¿Cuáles son las bandas del sello?
Tobny Houston, Piter Mazda y los Políglotas, Lupe, Los Aullidos, Las Edades, El Perro Salchicha, tenemos a OVO, y Gato Gasso que viven en España y desde allá están haciendo cosas. Tenemos un cronograma de lanzamientos bastante intenso. Por mes algo sale seguro, quizás salen hasta cuatro cosas.
¿Quién se encarga del manejo del sello?
Lo hacemos entre todos. Con Fermín Ugarte, que es el cantante de los Tobny Houston, somos los que estamos más al tanto de todo. Después está Nando del Perro Salchicha, entre ellos dos trabajan un montón la producción. Hasta te diría management también. Y está María Morillo, la cantante de Los Aullidos, ella está a cargo de la parte gráfica. Hizo todos los posters y afiches de la gira, un trabajo narrativo increíble por los paisajes a lo largo del camino.
¿Les fue bien en la gira desde un lado monetario?
Sí, de hecho esa fue una de las cosas que tuvimos como pilar de la gira. Hay un mandato que dice que una banda independiente que sale a hacer una gira, tiene que perder plata. Nosotros desde un principio intentamos disciplinar mucho la organización para cubrir todos los gastos con los shows. Lo que requirió hacer un esfuerzo extra de difusión para que todo saliera bien. Conseguimos una camioneta prestada, parte del trabajo de organización fue armar el backline para cada fecha con anticipación. Dormimos en todos lados, desde hospedajes o departamentos hasta colchonetas en el piso. Pero en parte es lo lindo de la experiencia con esos códigos. Quien hace una gira con todo arreglado se pierde esa cuestión aventurera de la búsqueda. Por suerte, desde que salió el disco se expandió el proyecto, pero tenemos que reconocer que seguimos empujando a pulmón.
¿Cómo es el equipo para la fecha en La Tangente?
Morillo en el bajo, Samo Láser en la bata, Juan de Costas va a tocar una guitarra, y yo la otra. Va a haber invitados también, por supuesto. Tenemos ganas de tocar muchos temas, vamos a hacer un recorrido bastante extenso de la discografía. Habiendo empezado el proyecto como solista, lo que me pasó es que terminé trabajando como nunca con mucha gente y es un proyecto abierto en ese sentido, me gusta mucho respetar los procesos. No me cabe andar hinchando a nadie, así que cuando concluye un ciclo, comienza otro. La banda se va renovado mucho y la idea de este show es que muchas de las personas que alguna vez fueron parte, estén involucradas con el desarrollo del show. También habrá invitados como Franco Dolzani que participó en la grabación de “Pampa” que salió como lado B de un simple, o Damian Bilbao que es el bajista de los Tobny Houston también.
¿Te definís como un artista “indie”?
En realidad, me emparejo con el término por una cuestión de época. La autogestión a mí me llegó del lado del hardcore. Creo que el indie tuvo su aporte con proyectos como El Mató, que se profesionalizaron a otra escala, pero siempre con valores como la humildad, o tener un perfil más bajo. Creo que esas ideas son mis referencias. No sé si me pertenece la etiqueta del género per se.
¿Qué opinas del trap?
Tengo cierta simpatía con la rebeldía en contra de la industria de la música, si bien no me he enamorado de ningún artista. Me encantó el disco de Cupido con Pimp Flaco, creo que hicieron una jugada linda. Pero tengo mis reparos en cuestiones ideológicas. Creo que hay huecos desde la óptica de los tiempos que corren. Mi visión tiene que ver con el progresismo y las nuevas olas como el feminismo. Creo que el trap está en su primavera y se le perdonan cosas. Hay como un enamoramiento general de su éxito, sin que se cuestione sus expresiones, si llenan o no. Pero bueno, con el indie pasó también que vendía la idea un mundo mejor, o la idea del anti-rockstar, y al final estaba lleno de estrellitas que eran abusadores o violentos.
¿Cómo ves el futuro de la escena indie?
Veo que hay una gran camada de proyectos que experimentan mucho. Después de unos años de cierto vacío, hay una renovación de la esperanza en la sociedad. Asumo también por los tiempos que corren, el cambio de gobierno. Creo que viene buena música, muchas de las bandas con las que compartimos la gira se vienen con todo. Va a haber lugar para una música más florida, con más desarrollo estético, no solo armónico o contrapuntístico. Sino una búsqueda de imágenes más profundas que te permitan bucear en un mundo más amplio. Y es que hubo un proceso de normalización del sonido que tuvo mucho que ver el mainstream. El indie en sus comienzos era muy experimental pero después se acható. Como que la premisa de profesionalización incluye achatar las cosas para que terminen sonando igual. Pero eso se va romper.
Marton Marton se presenta este miércoles 26 de febrero en La Tangente (Honduras 5317, CABA) junto a Lea Franov y Galean. Hay 2×1 en entradas para los miembros de la Comunidad Indie Hoy. Entradas disponibles a través de Ticket Hoy.
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Foto principal: Samo Láser.