Todo listo para una nueva dosis de rock guitarrero y frenético en la próxima edición del ciclo Semillero de Ciudad Cultural Konex. En esta oportunidad, la Sala Auditorio recibirá a Pretoria y Máze, dos bandas emergentes que vienen haciendo ruido en la escena local.
Para ambos proyectos, participar de este ciclo tiene un significado especial. Muchos comenzaron como espectadores de sus bandas favoritas del under. Hoy, experimentan una inmensa alegría al verse en los flyers, sabiendo que agotaron las entradas y faltan pocos días para el show. “Yo vine el año pasado a ver La Real Academia, que los amo. Es re loco que confíen en nosotros para el ciclo -cuenta Pablo Bechara, cantante y guitarrista de Pretoria, en conversación con Indie Hoy-. Y además es un bonus que sea con Máze, que es un grupo respetamos, que nos gusta lo que hace y coincidimos en la visión de la cultura, del arte y del rock en sí”.
El ciclo Semillero se propone como un puente entre las bandas y la escena donde se entabla un diálogo fluido con poderosas resonancias. “Desde Vicente Colombo y La Real Academia hasta Plenamente, hay bandas que tocaron que nos gustan mucho -agrega Tomi, guitarrista de Máze-. La verdad que compartir con esa gente se siento como una validación muy copada”.
“También es una linda oportunidad para mostrar lo que está pasando en otros ámbitos no tan visibles“, reflexiona Santiago Mazzeo alias Máze. Para él, esta ocasión representa una oportunidad para aventurarse en nuevos escenarios, en especial con una acústica como la de sala Auditorio, que consideran impresionante. Su grupo acaba de integrarse al sello ¼ Compañía Discográfica, que describen como una comunidad de bandas y resalta el desarrollo de una sólida camaradería entre los miembros. “Por ejemplo, hace poco se sumó Sunlid, que es una banda que nos gusta mucho y que compartimos también fechas en un ciclo gratis de ¼ en Bula”, cuenta.
A la banda le llena el alma ver cómo amigos con quienes compartieron charlas y momentos se suman al sello ¼. Es como ver crecer un sueño hermoso, un sello que va ganando fuerza y se expande, llenándolo de orgullo y alegría. “Es muy lindo como comunidad. No solamente como sello, sino como productora -cuenta Paloma, bajista de Máze-. El ciclo que armaron empezó a tener cada vez más notoriedad. De repente es un evento en sí mismo en el cual compartimos con un montón de bandas que nos encantan”.
En octubre del año pasado, Pretoria publicó su tercer disco, titulado Historias de terror. Este álbum conceptual compuesto por ocho canciones presenta una serie de capítulos donde un protagonista atraviesa diversas y espeluznantes experiencias. “La narración del disco habla de hacerse cargo que podés convivir o coincidir con algunos problemas, algunos terrores que surjan. La idea es que el protagonista afronte esos monstruos, como el camino del héroe salvando el rock and roll”, cuenta entre risas el cantante de la banda.
Los integrantes de Pretoria observan que las historias de terror para niños siempre tienen un final feliz, mientras que las películas de terror para adultos suelen tener finales trágicos. Con su música, buscan jugar con esta dualidad y ofrecer un toque de optimismo y empuje. Creen que aunque crecer puede llevar a una perspectiva más pesimista, es importante recordar que también depende de uno mismo encontrar la esperanza.
“Yo siempre fui de consumir mucho cine de terror, desde muy chiquito viendo VHS en lo de mi madrina en Villegas, hasta ir escalando en el género -cuenta el guitarrista Francisco Artola, quien también se encargó de la mezcla y masterización del disco-. Hay algo también en estar detrás de la pantalla y saber que no te va a pasar nada. Esa comodidad e incomodidad a la vez es tremenda”.
Una vez que las canciones estuvieron completas, los chicos de Pretoria sabían que podían agregar más efectos y sonidos para generar una sensación terrorífica. Querían diferenciarse de los discos que habían escuchado, tomando algunos elementos pero siempre pensando en el álbum como un todo. Encontraron que la repetición de algunos teclados, un coro o una melodía, ayudaba a tejer una narrativa entre las canciones. “Queríamos que se vayan interconectando las canciones, no queríamos dejar nada al azar”, asegura Pablo.
La banda considera que los miedos y problemas también son parte de su generación y es importante plasmarlos en sus historias como banda de rock. De lo contrario, solo repetirían los mismos temas triviales que muchos otros dicen. “En los últimos años nos preguntamos: ¿quién va a hablar de esto que sentimos?. Y por suerte, un montón de bandas en la escena están teniendo una repercusión porque vienen a hablar de otras cosas, de otros quilombos o miedos o problemas generacionales que estamos teniendo”, continúa el cantante y guitarrista.
En cuanto a Máze, el proyecto comenzó simplemente con ganas de tocar y estar con amigos, sin pensar que habría un público interesado. “De repente le llega a la escena, y eso nos hizo entender que esto estaba verdaderamente creciendo. Es lindo sentir que hay una especie de tierra fértil para plantar semillas para crecer”, cuenta Mazzeo.
“Para mí hay algo de una necesidad de comunidad -agrega Paloma-. Yo sé que se habló hasta el hartazgo de la escena post pandémica, pero para mí hay algo de eso muy sarpado. De pasar dos años enteros muy aislados, a querer ir a buscar el contacto con otras personas en un ambiente musical que, para mí, tiene que ver con la identidad también y con estar conectando con algo real”.
Para la banda, las monedas y billetes que ilustran el arte de tapa de sus lanzamientos están relacionados con el valor personal que uno le da a las cosas. Sin embargo, con el tiempo ese concepto fue cambiando. “En un primer momento yo pensaba que todo lo que estaba haciendo iba a ser por dos mangos”, explica Mazzeo. Pero ahora, con la banda formada y compartiendo la misma estética y filosofía, las portadas han tomado un significado más profundo y diverso. Aunque invierten en grabar en los mejores estudios a su alcance y gestionar fechas, no lo hacen esperando un gran retorno económico. Lo hacen por el amor a salir, cantar y tocar.
“¿Quién sería yo sin salir a tocar? -se pregunta Mazzeo-. Es una parte muy importante, sin eso me sentiría vacío. Siento que ahora es darle el valor. Uno le da el valor al billete de dos pesos. Ya no es un billete de curso legal, pero significa algo para mí, y espero que para muchas personas también lo signifique”. Para la banda, todo el proceso de escribir canciones se fundamenta en la libre interpretación del público.
En cuanto a su esperado próximo disco, la banda cuenta que aún están en etapas iniciales y con una gran cantidad de temas guardados. Aunque no hay una fecha concreta, existe la determinación de llevarlo a cabo en algún momento. “La idea es reconectar entre nosotros cuatro y el próximo paso el disco. Esta es la última fecha anunciada hasta nuevo aviso”, explica Paloma y Mazzeo agrega: “Esta fecha es el fin de un ciclo y el comienzo de otro hermoso”.
Máze y Pretoria se presentan el jueves 4 de julio a las 20 h en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA), entradas disponibles a través de la web de Konex.