Mirar hacia atrás implica muchos sentimientos, a veces agradables y otras no tanto. Pero para viajar al pasado hay que tener en claro lo que sucede en el presente. En la previa del festival Nuevo Día que llegará este fin de semana en CC Konex, Mariano Di Césare de Mi Amigo Invencible y Facundo Prantera de Tobogán Andaluz hablaron con Indie Hoy sobre su carrera y sus andanzas juntos.
Luego de dejar atrás una adolescencia tocando en grupos de hardcore punk, aparecieron los que serían sus proyectos más longevos y que generarían un cruce generacional con su público. Mi Amigo Invencible publicó Guaper, la tenaza que corta el alambre del corral en 2007 y Tobogán Andaluz debutó en 2011 con Corazón congelado, ambos trabajos cargados de distorsión y emoción juvenil.
“Había algo salvaje e inocente que ya no está”, confiesa Mariano sobre esos primeros años como grupo. Ambos coinciden en la experimentación como la palabra que mejor envuelve sus distintos procesos y que define a la perfección su relación con los recuerdos. “El ideal sigue siendo el mismo: hacer música. Está bueno mirar el pasado como algo lindo, pero hoy estamos bien”, asegura Facundo.
Hoy, la nueva camada de bandas que surgieron postpandemia parece sostener al compañerismo como característica central de una escena en constante retroalimentación. En aquellos años, internet asomaba como un nuevo espacio para darse a conocer, pero no en las escalas del presente. Todo era más pequeño, desde los escenarios en donde tocaban hasta los sonidos que podían lograr en vivo, pero la camaradería entre músicos también existía como ahora. Si bien los integrantes de Mi Amigo Invencible y Tobogán Andaluz no recuerdan cuál fue la primera vez que se cruzaron, Mariano trae a colación un cumpleaños en un videoclub de San Cristóbal, donde se enamoró de la voz de Facundo cuando lo escuchó tocar algunas canciones con la guitarra.
“Ninguna de las dos bandas formamos parte de una escena sino de un tiempo y un período -afirma Di Césare-. Nos mantuvimos en paralelo. Nunca pudimos sentir que podíamos quedarnos en una particular, escapamos un poco”. También guarda mucho cariño por los grupos de su Mendoza natal y de La Plata, una ciudad particularmente receptiva para los movimientos artísticos, donde el sello Laptra promovió un desarrollo autogestivo en un contexto siempre asfixiante. “Las etiquetas están pensadas para encasillar, que no es necesariamente malo porque sirve para unir a un conjunto de grupos, pero siempre hicimos la nuestra”, añade Facundo.
El festival Nuevo Día tiene a ambas bandas como atracciones principales dentro de una gran grilla de artistas jóvenes a los que celebran, como El Nota y Máze. “Tienen una convicción para hacer las cosas que me sorprende mucho”, afirma Facundo. Sobre si ellos fueron apadrinados por otras bandas cuando estaban comenzando, Di Cesare considera que no, pero sí tuvieron referentes como 107 Faunos, por los que tiene una admiración y debilidad.
La nostalgia está implícita en la carrera de ambas bandas. Tobogán Andaluz lo hizo a través de historias que cruzan escritores, actrices y naves espaciales en una ciudad tan creativa como lo es Buenos Aires. Por su parte, Mi Amigo Invencible trabajó el tópico de la nostalgia en algunos discos, no solo en las letras sino también en el proceso de composición y grabación.
“Intenté ver de qué se trataba el paso del tiempo, quería manipularlo con la música -cuenta Mariano-. Después me enemisté bastante porque no quería vivir del pasado. Ahora está dando vuelta todo y me gusta. Hay muchos grupos reviviendo escenas que parecían muertas y eso tiene un sentido bueno y malo. No me decido por ninguno de los extremos sino que disfruto”.
El cariño del público también fue una constante a lo largo de su carrera. En especial, Viaje de luz (2012) y La danza de los principiantes (2015) fueron discos fundamentales para establecer lazos con toda una generación de oyentes. “Creo que nos dimos cuenta en el show de regreso cuánta gente nos sigue escuchando y queriendo”, afirma Facundo, haciendo referencia a la vuelta de Tobogán Andaluz en 2024 tras una pausa de pocos años.
En esa línea, un debate relevante es si los músicos se ven limitados creativamente por lo que su público quiere escuchar. Ambas bandas han experimentado lo suficiente como para que sea difícil encasillarlos en un solo subgénero. “Es muy difícil aislarse -reflexiona Mariano-. A veces condiciona y es bastante perjudicial, pero se trata de ir dosificando. La música se hace para compartir, no desde un lado condescendiente, sino como un regalo”.
“Viajé al pasado a solucionar/ Lo que había arruinado/ Y lo volví a arruinar”, dice la letra de “Máquina del tiempo” de Mi Amigo Invencible. Hace algunas semanas, Mariano encontró un cassette de Deimpost, su primera banda de hardcore junto al baterista Arturo Martín, grabado en 2002. Pero los recuerdos se mantienen aún vivos en la mente del cantante, por lo que el simple acto de recordar es una manera de volver hacia el pasado, aunque sea por un momento.
Por su parte, Facundo no está muy interesado en eso, se enfoca en el presente y lo que viene con la banda y como solista. Luego de la aparición en el Nuevo Día, Tobogán Andaluz no volverá a tocar en vivo por unos meses, aunque sí habrá giras del proyecto personal de Facu Tobogán y seguramente novedades para Los Subtítulos, la banda formada por el guitarrista Manuel Larisgoitia y el baterista Ignacio Kater. Mi Amigo Invisible seguirá presentando Arco y flecha (2024) y adelantan un festejo por el décimo aniversario de La danza de los principiantes (2015), sin dudas, uno de los álbumes más vigentes de aquellos años.
Mi Amigo Invencible y Tobogán Andaluz se presentan el sábado 25 de enero desde las 17 h en el festival Nuevo Día en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA), junto a 107 Faunos, Nina Suárez, Fin del Mundo y más. Entradas disponibles a través de la web de Konex con 20% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.