Morbo y Mambo está en pleno proceso de grabación de su tercer disco, el sucesor del laureado Boa (2014), y para encarar el proceso de una manera diferente decidieron cocinarlo en casa. Casa, para esta banda oriunda de Mar del Plata que se instaló hace ya varios años en Capital Federal, significa La Fábrica, un gran espacio cultural plagado de pasadizos que está ubicado en San Telmo. Allí tienen su sala de ensayo, su patio para hacer asados y, al menos por ahora, un estudio de grabación portátil.
“Fatto in casa”, describe Mateo Aguilar, baterista de Morbo y Mambo, que a pesar de una maldita faringitis ya grabó sus partes y está más que satisfecho. “Estamos amasando la pasta”, bromea. Y la analogía tiene mucho sentido.
¿Utilizaron el mismo método de composición que en Boa? ¿Creación colectiva y mucho ensayo?
Sí, pero metimos la computadora mucho más en el medio. Hubo temas que empezaron con una zapada que grabamos en formato multipista, luego la editamos en la PC, la sacamos de vuelta a la banda, la tocamos con esa misma forma y después la volvimos a meter a la máquina para delinearla en formato digital, grabando uno por uno. Después la volvimos a tocar como banda y, una vez que la supimos bien, la grabamos parte por parte. Bajo y batería por un lado, después los caños, y luego teclados y guitarra. La diferencia que tiene este método es que pudimos mirar la pintura quieta sin necesidad de tener que meterle pinceladas todo el tiempo. La tenés en la computadora, la das vuelta las veces que quieras y la dejás como vos quieras. Nos vino muy bien. Estamos grabando de una manera muy hi-fi. El productor de Boa, Hernán Calvo Pardo, trajo su estudio móvil a la sala. Para que te des una idea, en la batería estoy usando más o menos la misma microfonería que Phil Collins… a ese nivel estamos. ¡Encima grabé con una batería Ludwig del ’67 igual a la de Ringo Starr!
¿Sienten que se viene el mejor disco de Morbo y Mambo o se lo toman más relajados al asunto?
Siempre buscamos superarnos. La cabeza con la que llegamos a esta grabación no es la que teníamos en las anteriores oportunidades. Antes era grabar lo que tenemos, ahora es tener lo que queremos grabar. El asunto era lograr estar relajados y que todo funcione en nuestra casa. Y la verdad que, modestia aparte, logramos un sonidazo. Los crudos suenan imponentes.
¿Cuántos temas va a tener el próximo disco?
Estamos arañando los diez temas… y estamos buscando algún featuring vocal. Sería la reaparición de la voz en Morbo y Mambo.
La primera voz apareció antes del primer LP, ¿no?
Sí, en el EP Das Papier (2009) hay una canción cantada por Noelia Pollini, que era la tecladista del grupo. Se llama “La Pulseada de la Mosca“, la verdad que es un tema que deberíamos reflotar alguna vez. Ahora le estamos buscando la vuelta para incluir una nueva voz. El novio o la novia perfecta de la canción. Estamos en tratativas.
¿Cuándo va a salir el material?
Queremos presentarlo en abril del año que viene. En el verano vamos a hacer algunos shows pero queremos abocarnos a tenerlo mezclado para esa fecha.
¿Van a hacer alguna gira de verano?
Seguro vamos a aterrizar en Mar del Plata en algún momento, sobretodo porque el 14 de enero la banda cumple 10 años y queremos revalidar las fichas. También va a haber algunos shows muy especiales… pero no podemos decir nada todavía.
Están por tocar en La Plata y va a ser la tercera vez en el año, algo inédito para ustedes en esa ciudad. ¿Se abrió una puerta que antes estaba cerrada?
Creo que se derramó un poco del crecimiento que tuvimos en Buenos Aires hacia La Plata. No hemos tenido malas fechas antes de estas tres, pero fueron más esporádicas, una por año quizás. Me encantaría poder llegar a todos los lugares a los que ya hemos llegado tres veces por año, pero es bastante complicado. La Plata es una ciudad que tiene gente muy parecida a nosotros. Una ciudad grande en la que vive mucha gente del interior que tiene ganas de ver bandas, y eso genera un buen caldo de cultivo. Es un público en general más joven… yo ya me estoy sintiendo viejo… (risas).
Este año tuvieron como gran hito su aparición en el line up del Festival BUE. Más allá de la experiencia de haber tocado en uno de esos escenarios, ¿sienten que les aportó algo extra?
La verdad que sí, se sintió un empujoncito. Nos relacionamos con varios músicos, intercambiamos discos. Creo que en los últimos años crecimos bastante y que el show de Morbo y Mambo está a la altura de ese tipo de eventos. Tratamos de ampliar el equipo, de mejorar. Estamos desarrollando un show bastante consistente en vivo y eso se nota.
También se dieron el lujo de irse de paseo con los músicos de Pond. ¿Cómo se dio eso?
Hasta hace un tiempo trabajaba como productor de Indie Folks. Quedé en contacto con la gente de Pond y cuando vinieron para la Argentina les escribí para preguntarles si querían dar unas vueltas por el país. Se coparon tanto con la idea que me dijeron que querían conocer mi casa en Mar del Plata, y allá fuimos. También quisieron ir a San Pedro, en donde fueron recibidos por los chicos de Tick Toper. Les hicimos un asado increíble… bife de chorizo, asado, vacío, entraña, una locura.