El 2016 se termina y nuestra preciada biblioteca de artistas ha sufrido bajas devastadoras; su música nos acompañará en el duelo y nos ayudará a reconfortarnos en un mundo que, algunos, todavía no entendemos. Sin embargo aquí estamos, el día y la noche nos alcanzan y sólo ocurre un continuar.
Las secuelas de la vida son interesantes ya que despiertan sintonías personales que quizás desconocíamos; la clave está en escucharnos. Esta reflexión ayuda cuando buscamos transitar un camino diferente, en el caso de los músicos ese camino puede ser clave y por lo general se relaciona con algún encuentro, una pérdida, en definitiva, un sentir.
Marcelo Villa (guitarras, voces y programaciones), Martin Diezz (bajo y guitarras) y Dana (baterías) conocen muy bien estos caminos porque son los que cuentan la historia de MV, su banda. Este ecléctico trío conjuga hábiles programaciones de música electrónica con la más pura esencia del rock urbano. El resultado es fresco, moderno y poético; Fatalica su primer LP es un claro ejemplo de ello.
Estuvimos charlando con Marcelo para conocer un poco más éstos caminos, mientras esperamos la presentación de su segundo disco Gris en Buenos Aires de la mano de Triple RRR.
La música, el cine, la poesía y la literatura hablan un mismo idioma. El idioma del sentir. Andrés Neuman, escritor argentino repatriado en Granada, tiene un libro sarcástico, divertido y real llamado Barbarismos. Describe al arte como la intersección entre la ciencia y el milagro, también nombra al artista como el individuo que abusa de sus conflictos; ahora bien, ¿puede ser la música un conflicto? ¿Lo fue en algún momento para MV?
La música es conflicto, la vida es conflicto, las relaciones son conflicto, una pareja es conflicto, creo que todo tiene que ver con el conflicto, yo tengo una frase de cabecera que es que no hay problemas si hay soluciones, porque si hay soluciones deja de haber problemas, por ende uso mis conflictos y mis placeres para hacer canciones. Tampoco todo es conflicto en la vida, si bien de los conflictos uno aprende también aprende de los errores, yo digo que uno no puede tener sabiduría si antes no se equivocó, por eso mi último disco Gris en Buenos Aires habla justamente de esto, de tomar lo malo y convertirlo en algo bueno, de mirar para adelante.
Imaginemos por un momento que nadie conoce o ha escuchado su sonido, ¿cómo lo definirían? ¿qué intentar transmitir y sentir con su música?
Yo odio particularmente cuando se encasilla a la música en géneros, creo que es un recurso de la gran mayoría, que como todo lo que no entiende lo rechaza, tratan de meter a la música en diferentes géneros, catalogarla y encasillarla en algún lado para poder entenderla (esto es rock, esto es pop, esto es heavy) esto fue uno de los tabúes que tuve con el público en general porque nunca me pudieron encasillar en ningún género musical, soy como un camaleón, me gusta cambia de color y de piel pero manteniendo la misma esencia, pero fundamentalmente lo que yo espero con la música cada vez que aprieto play es que me sorprenda, por eso no me gustan las bandas que hacen veinte discos haciendo lo mismo, yo creo que la revolución de esta era, son internet y la palabra. En los años ’70 se luchaba con armas, hoy se lucha con hackers y virus, se lucha con la tecnología y lo que yo pretendo es transmitir mi mensaje a través de estos nuevos medios.
Definirse como un artista ecléctico exige nutrirse constantemente de información, sonidos y arte que los inspire. ¿Por qué eligen clasificarse así? ¿La magia está en la diversidad?
Por supuesto, yo siempre digo que soy una esponja que absorbe todo, a veces me cargan mis amigos y mis familiares porque tengo un vicio al zapping, no puedo terminar de ver ningún programa de TV o película, siempre cambio antes porque necesito ver más, pero a pesar de mi impaciencia soy un tipo que me nutro de todo y absorbo muchas cosas, también hay veces que me quedo atónito mirando ciertas bandas, ciertos músicos, algunas cosas que hace la gente que no la puedo creer, cosas insólitas y hasta ridículas, ahí me doy cuenta que hay gente para todo.
Con su nuevo LP la poesía le ganó a la noche, ¿es parte de una madurez necesaria o simplemente ahondar en emociones?
Justamente para componer este disco me compré una guitarra acústica especial para partir de un sonido más limpio que me dejara espacios para concentrarme en lo que quería contar, adonde quería ir, y me encontré transitando esos caminos, mas poéticos por decirlo de alguna manera. También este disco fue producido por Martín Diezz y el me ayudó mucho en la parte de composición, yo toda mi vida trabajé solo y es la primera vez que me sometí a un productor que me ponga límites y me plantee un método de trabajo distinto. Yo siempre trabajé por impulso, de hecho una vez me pasó que grabé una canción con letras distintas porque improviso mucho al grabar y como no podía definirme por ninguna de las dos puse una en el canal L y otra en el R y se escuchaban dos letras al mismo tiempo, por supuesto el tema quedó poco claro pero a mí me gustaba, si hubiera estado Martín no se si hubiera pasado su filtro. Además de ser mi amigo somos socios, y la composición entera de este disco fue compartida entre los dos, el colaboró mucho y estuvo en cada detalle, y creo que eso se nota mucho.
Gris en Buenos Aires, ¿por qué homenajear a la ciudad de la furia?
Justamente porque soy un bicho porteño, amo mi ciudad y al mismo tiempo la odio, recuerdo estar una noche en un bar (Kim y Novak), y me acuerdo que estaba mirando una brasilera que en la noche Dios le había dado luz, entonces hablando con un amigo le dije como me gustaría “estar” con esa brasilera y mi amigo me dijo “pero Marcelo, vos no tenés la alegría brasilera, tenés la tristeza porteña” y ahí me di cuenta que Buenos Aires es gris, las aguas del rio plateadas, los adoquines, los cordones opacos. También en el momento que compuse ese disco, estaba pasando por un momento bastante gris.
¿Qué podemos esperar de esta nueva etapa de MV?
Estamos en un cambio de 180 grados, estamos armando un nuevo proyecto llamado VYYA, que es un proyecto completamente distinto a lo que vengo haciendo hasta ahora, esto va a ser a partir del 2017, un proyecto puramente electrónico a base de programaciones y sin ningún instrumento análogo, un concepto más bailable y más optimista también para sacarle un poco de lustre sonoro a las máquinas que algunos músicos que las usan no se la saben dar, pero de todas maneras sigo con la banda MV, haciendo shows, haciendo música electrónica solo, así que el año que viene voy a estar bastante entretenido.