Nico Cotton es el productor musical con el que todos los artistas nacionales quieren trabajar, desde los traperos Wos y Nicki Nicole, hasta las estrellas soul y pop Chita y Jimena Barón. No le gusta estar en el foco de atención, pero es inevitable que, de tanto en tanto, eso ocurra, porque sus trabajos lo ameritan. Su talento estuvo detrás de los hits de Enchastre de Louta y Best Seller de Juan Ingaramo, discos repletos de hits. Por otro lado, su capacidad de producción fue la responsable de los arreglos de cuerdas en Cabildo y Juramento de Conociendo Rusia. Tuvimos la oportunidad de hablar con él acerca de cómo concibe la producción musical, sus desafíos y sus gustos.
¿Cuándo sentís que un productor hizo un buen trabajo?
En mi caso, nunca [Risas]. Lo que me mantiene en movimiento es que siempre estoy en la búsqueda de sonar mejor. Yo termino un proyecto y siempre tengo algo para cambiar o mejorar. Obviamente hay trabajos que les tengo mucho cariño, como Best Seller de Juan Ingaramo y Cabildo y Juramento de Conociendo Rusia. Son los discos donde me defino como productor, si tengo que mostrar un laburo muestro esos. Entonces hay álbumes que me dan orgullo, pero por lo general no estoy conforme nunca, es lo que me mantiene en la búsqueda de perfeccionarme y sonar mejor.
¿Y con otros productores, cuándo sentís que lograron un buen laburo?
Cuando lo escuchás y decís “uh ¿cómo mierda hizo esto? ¿cómo logró este sonido?”. Me pasa todo el tiempo. Soy muy fan de Tainy, que es muy simple y complejo lo que hace, lleva al género a otro nivel, su minimalismo, sus samples. También con El Guincho y Rosalía, qué acertado todo lo que hicieron, las palmas, los samples… “Malamente” siento que es la canción. Me pasa seguido, cuando escucho algo que no puedo hacer, o lograr, me motiva a tratar de entenderlo y tenerlo de referencia.
¿Debe notarse la mano de un productor en su trabajo, o sus intervenciones deben ser transparentes?
Uno tiene que darle más protagonismo al artista que a su ego, plasmar la visión del músico, ser un puente entre el compositor y el resultado final. Y en ese puente a veces estás totalmente involucrado y en otras sos más como un director técnico llamando a músicos e ingenieros de mezcla. Pero un buen productor tiene que tener flexibilidad artística, hacer un proyecto y no darte cuenta quién lo hizo. Por ejemplo Greg Kurstin, que produjo a Adele, a Paul McCartney, pop de lo más fino. Y después el pibe produce a los Foo Fighters, es muy ecléctico. El productor que tiene un sonido y siempre suena igual no es muy artístico, es una fábrica de hacer cosas: llamar siempre a los mismos músicos, mismos técnicos, y terminar sonando igual en cada trabajo. Yo soy más del equipo de los productores que ponemos al artista protagonista y no a nosotros.
¿Alguna vez sentiste que un músico no estaba haciendo la música que a él le gustaba y que estaba buscando cumplir las expectativas del público?
Sí, obvio, mil veces. Es difícil, sobre todo cuando tenés multinacionales detrás o cuando el músico está convencido de lo que quiere hacer. Pero, como te dije antes, trabajo para el artista. Le puedo decir ‘mirá, esto no te queda bien, busquémosle la vuelta’, pero si está convencido, tengo que hacer lo posible para que, en esa situación, incorpore elementos que estén dentro de su mundo. De todas formas, hay una realidad y es que hay que cumplir las expectativas de los que ponen la plata.
¿Creés que hubo una estética sonora que haya definido a esta época?
El trap, mundialmente y en Argentina, tomó un protagonismo increíble. Eso hace que le tengas que prestar mucha atención al low [las frecuencias más graves], al 808, que son protagonistas junto con el hi hat. Creo que eso marcó una tendencia, el trap tiene su lenguaje muy marcado. Considero que va por la mezcla de estilos, el caso de Rosalía es clave. Agarraron el flamenco y lo hicieron mierda. Mezclaron flamenco con todo y creo que en eso la pegaron.
Planeás sacar un álbum de colaboraciones con otros artistas. ¿Cómo va ese proyecto?
Es algo que tengo pendiente porque me consume mucho tiempo que me lo quita de producir para otros. El año pasado saqué un tema con J Mena y Bhavi, un trap en el que me divertí mucho haciéndolo. Ahora estoy por sacar un remix de “Horóscopo”, una balada vieja de Juan Ingaramo, que la estoy reformando para llevarla a mi mundo. Es como un proyecto sin apuros, no tengo un deadline, lo hago cuando tengo oportunidades. Mi prioridad es producir, ese proyecto es darme un gusto, sacarme las ganas.