Don Corleone le dice a su hijo Sonny en la primera de El Padrino: “Nunca vuelvas a decir lo que piensas a alguien que no sea de la Familia”, pero a estas alturas mis entrevistas con los Peces Raros se parecen más a una reunión de viejos amigos que a cualquier interacción periodística y por eso me abrieron las puertas de su casa, como lo hacen cada vez, para charlar de los cambios que atravesaron desde la última vez que nos vimos y principalmentede cómo están preparando su nuevo disco.
Después de la serie de presentaciones que implicó la salida de su primer disco, los Peces se tomaron un descanso y modificaron diametralmente sus shows. A los ya conocidos temas que componen No, gracias se le sumó un fragmento de entre 20 y 30 minutos donde mis amigos subacuáticos invitaban al público a formar parte de un mal sueño para después hundirlo inescrupulosamente en una sucesión de riffs violentos mezclado con momentos bailables y melodías al borde de lo lisérgico. Pero este no fue el único cambio, a la nueva conceptualización de las presentaciones se sumó Chicho, el nuevo bajista. Los Peces estaban de estreno por todo lo alto y yo quería saber más.
Obviamente necesitaba la palabra de Chicho que me contó cómo fue su ingreso a la banda: “Benja me lo había dicho en chiste hace un montón, entonces pensaba la idea de lejos pero en realidad tocaba la guitarra, no tocaba el bajo y no tenía un bajo tampoco. Un día se quedaron sin bajista suplente incluso, se venía la presentación del disco y me ofrecieron tocar, entonces les dije: ‘Bueno, si consigo un bajo, entro’ y justo tengo un amigo que es bajista y me prestó todo lo necesario, empecé con ellos y fue un flash porque yo no había tocado nunca en una banda y esto era como una estructura pero a la vez móvil, una mezcla de cosas que no había hecho nunca y en cierto sentido fue como un cambio total en mi vida”
Lucio y Marco por su parte comentaron que “Chicho entró a tocar el bajo y se acopló a Benja de forma perfecta. La energía entre nosotros es buenísima, es un amigo, tiene buena predisposición todo el tiempo y eso te ayuda a que la sala de ensayo sea un ‘te vas a divertir con los pibes’ porque tocamos y hay buena química musical, estamos ensayando y por ahí Benja hace una base y le decís ‘Uy, a ver, seguí con eso’ y se te ocurre algo arriba y arranca Chicho y surgen muy buenas ideas”
Por otra parte, uno de los grandes cambios que atravesaron en el último tiempo es la dinámica de sus shows, la banda está dando un vuelco totalmente innovador incorporando conceptos de la música electrónica pero marcándole a la vez su propia impronta; Marco lo explica impecablemente: “Lo que estamos planteando es eliminar o cambiar un poco el paradigma y la dinámica de show contemplativa de: la banda toca una canción, termina la canción, el público aplaude, empieza otra canción, se termina la canción. Enganchamos todos los temas porque estamos tratando de traer eso de la música electrónica y en la música electrónica la fiesta no para nunca, lo único que hace el dj es mezclar un track con el track que sigue para que la música nunca se detenga y queremos trasladar un poco eso a nuestra instrumentación de rock con canciones pero nunca parar de tocar y básicamente lo que queremos o que parece que estamos tratando de buscar un poco también, es dejar de ser esa forma romántica de: escenario, artista, todos mirándote. Tal vez generar un momento donde vos estás tocando pero la gente por ahí no te esté mirando a vos, que tal vez se estén mirando entre ellos y bailando, charlando, y que no sea tan lineal la relación ‘artista-público’. A mí me pasa por ejemplo que en las fiestas electrónicas no estás mirando al dj, primero porque no es muy entretenido de ver lo que está haciendo y segundo porque te estás divirtiendo con tus amigos, te estás cagando de risa, estás bailando, nos gustaría un poco que pase eso también.”
Sin embargo los cambios no vienen solos, y acostumbrarse a este nuevo clima lleva tiempo. Les comenté que me tuve que ir ni bien había terminado uno de sus shows más recientes porque el cerebro se me había agotado en ese sin parar onírico que son ahora sus recitales. Les pregunté cómo se habían adaptado ellos a esta nueva dinámica imaginándome que si uno quedaba exhausto como público, el estar ahí arriba animando esa fiesta era por lo menos agotador. Lucio me dijo: “Al principio nos cansábamos un montón. Era como un gran bloque y a medida que fuimos dando vueltas alrededor de la misma cosa fuimos encontrando distintas formas de generar distintos paisajes.”
Esos paisajes de los que habla Lucio son Parte de un mal sueño, el nombre que eligieron en principio para este segmento incesante de canciones durante sus presentaciones y que ahora también será el nombre que llevará su segundo disco. Apenas a un año del lanzamiento oficial de No, gracias, su disco debut, los chicos se embarcan en el proceso de producción de su sucesor, una producción que a pesar de estar programada para fines de este año se estuvo escuchando (y bailando) en todo el circuito platense y alrededores.
Sobre la celeridad en la salida de este material Marco explica: “Nosotros empezamos a tocar y recién como a los tres años grabamos el primer disco y ahora al año siguiente ya queremos sacar el segundo pero eso es porque mientras grabábamos el primero ya estábamos generando material nuevo.” Y agrega: “Tardamos mucho en hacer el primer disco porque no sabíamos nada de todas las etapas que hay en la producción, que no es solo entrar a grabar, está toda la parte burocrática, todoslos organismos implicados, son cosas que hay que saber antesy que las fuimos aprendiendo en el proceso. Tampoco teníamos mucho manejo de programas de producción y ahora sabemos un poco más, entonces podemos ir adelantando trabajo y como lo proyectamos de otra manera creemos que lo vamos a hacer incluso en la mitad del tiempo porque ya tenemos otra forma de trabajar.”
Parte de un mal sueño va a estar producido por Juan Stewart y será grabado en Estudios El Árbol en Capital. Sobre esta colaboración dicen: “Confiamos en su criterio para darnos determinados consejos. Está bueno escuchar a alguien ajeno que está trabajando con nosotros y se da cuenta de cosas que nosotros no. Y ahí los temas están cambiando un montón, en el proceso previo a la grabación hemos cambiado un montón de cosas. Ahora que está todo definido es poner fecha y entrar a grabar.”
Finalmente Lucio explica: “Hay algo que es importante y es que estamos haciendo algo que lo creamos 100 por ciento de la correlación entre nosotros. En el primer disco nos estábamos conociendo de alguna manera. A nosotros nos cabe laburar, cuantas más horas estamos enchufados a la música, mejor. Y en ese enchufe nos fuimos conociendo y en ese conocimiento fuimos generando nuevos gustos y lo que estamos haciendo ahora es un nuevo gusto para todos que surgió de la relación entre todos. Entonces es otro proceso totalmente distinto. No hacemos la música pensando en que le guste a los demás, es peligroso ese camino porque es un camino muy efímero, muy inocuo, entonces creo que nuestra máxima guía es cuando nos recontra flashea tocar lo que estamos tocando. Ahí es cuando algo está funcionando, cuando sentís que te está gustando mucho, como que te excita, ese es el indicio, no hay otro.” Chicho también agrega que es esa búsqueda de simpleza lo que abre un panorama más amplio para tratar de no encerrarse tanto.
Por mi parte, hace poco encontré un poema de Bukowski y no pude evitar pensar en estos pibes. Aire y luz y tiempo y espacio postula: “Nene, si vas a crear vas a crear trabajando 16 horas al día en una mina de carbón, o vas a crear en una habitación con tres chicos mientras estás desocupado, vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de tu cuerpo. Vas a crear ciego, mutilado, loco. Vas a crear con un gato trepando por tu espalda mientras la ciudad entera tiembla, con terremotos, bombardeos, inundaciones y fuego.” Y eso son los Peces, creadores que, por suerte para nosotros no piensan parar de hacer su arte aunque la ciudad entera tiemble.