Un Planeta es una banda que indaga en distintos lenguajes e intenta hablar, con palabras de todos los géneros, un idioma propio. Para eso hay que largarse a la experimentación, nadar desde los mares de una habitación en la ola que crece y está por romper en la orilla. Es una banda que confía en el futuro de la escena nacional y no deja de aportar lo suyo, gracias a una constante emoción fruto de un trabajo de todos los días. Se está moviendo por todos lados para llevar su música a diferentes ámbitos; desde festivales emergentes donde comparten escenarios con otros referentes de la escena nacional a espacios más pequeños.
Vienen de presentar su último disco, Des, donde se en el que se da un giro completo a la electrónica. Hablamos con Gastón, su cantante, sobre la continua insistencia en buscar un lenguaje que nunca está cerrado.
¿Cómo fue la creación de Des?
Es un disco que se armó en base a una producción en la compu, muy el formato de ahora, copy paste. Son maquetas que armé entre fin del 2015 y principios del 2016, tienen un período muy corto y entonces el disco, a diferencia por ahí del anterior, que fueron canciones que se fueron armando, es más conceptual, no un rejunte de canciones.
¿Pensaron un concepto entre canciones, o algo que las une?
No, las compuse en un momento muy corto, entonces tienen como una misma sensación… todos los temas son muy nocturnos. Agarraba la compu y me ponía a producir con un tecladito nuevo que tengo. La premisa era, en vez de agarrar la guitarra y tratar de componer desde los acordes, armarlo desde los ritmos de la baterías y los bajos. Salir de la comodidad del lugar que había encontrado en otros discos a la hora de componer. Hacerlo desde otro lado, no como canción de cantautor (letra, acorde y música), sino de batería y bajo. Después copiar y pegar, todo producción. Como ya había mucho laburo hecho en la maqueta, después fue ir a la sala con los pibes y tratar de interpretarlos.
¿Producen otras bandas?
Estoy laburando como productor en muchas bandas. En un momento laburamos con Nico juntos, cuando armamos el Estudio Fantasma, que es un pequeño estudio móvil en el que seguimos laburando con cosas de grabación. Pero este año me dediqué a producir, grabar y mezclar. A veces la parte de la grabación la veo con Nico. Después tenemos un sello, pero es más de curaduría que de producción.
¿Y el sello tiene algín tipo de línea?
La idea era conectar música que nos gustaba, desde el jazz hasta el pop, la música experimental entre medio y también hacer explotar proyectos de amigos. Hay bandas iniciadoras, como Can Ki, que este año sacó su primer disco, que yo mastericé. Tiene cuatro o cinco temas, es un disco instrumental que está buenísimo. Después Martín Lambert con su Música robada, un disco de jazz rock. Y grupos pop como Un Planeta, o Joyas, que también debutan; Bautista viajando, Fabricio Algo.
¿Son todas bandas de La Plata?
Hay de todo, Fabri es de Avellaneda pero la curte mucho en La Plata. Con Martín habíamos editado un proyecto electrónico que era de Entre Ríos.
Vienen de presentar el disco en La Plata en el Ópera y en capital en La Tangente, ¿cómo vivió la banda esas dos fechas?
Las dos fueron re sorprendentes, fue un laburo muy intenso de producción. Lo laburamos independientemente, nosotros, y las dos fechas tuvieron sus épicas. Hicimos una puesta de luces en el escenario con una movida de LEDs que armó un amigo. Cuando estás medio solo, algo puede salir mal y se puede ir todo a la mierda. No siempre lo podés hacer, pero en esta nos plantearon un piso más alto. Empezamos a laburar con gente que fueron especialmente para el reci, quedaron ahí y levantan la vara. Las dos presentaciones estuvieron tremendas, incluso Capital, que siempre es más difícil por la cantidad de ofertas de cosas que hay en el mismo día, estuvo lleno. Desde 2011 que nos armamos como trío, cuando salió el primer disco, siempre fuimos a tocar a Capital pero fue difícil mantenerlo. Fuimos rotando entre festivales o invitaciones porque nos era difícil producir fechas propias. Ahora es lo que vamos a empezar a hacer porque son las que mejor nos funcionan.
La Plata es como una cuna de bandas, ¿cómo se organizan ahí los eventos?
En La Plata ya casi tocamos solos porque ya tenemos nuestro público y es la que mejor nos sale. Obviamente tenemos la mejor con un montón de grupos, igual que Capital y en el resto del país. En ese sentido, hay mucha música que me gusta de acá y compartimos escenarios con muchísimas bandas. En general, La Plata tiene su movida armada, su circuito que está buenísimo pero a nosotros nos interesa viajar por el interior y mantener La Plata con fechas cada algunos meses. Son ediciones que no necesitan tanta movida de pagar alquileres y cosas grandes, hay mucho público, entonces es más redituable. Se armó más como fenómeno de la noche: fiesta, banda, fiesta, DJ, banda, que en Capital capaz no pasa tanto, se paga la entrada, ves la banda y listo. En La Plata se conecta más con la fiesta porque también hay mucha movida en casas.
¿Podés describir un poco ese cambio en la estética de la banda?
Siempre nos interesó la electrónica pero siempre fuimos llegando a las cosas que nos interesan de a poco. Nos gusta mucha música, hay desde armonías del jazz hasta la electrónica de house, hip hop. En general nunca estuvo la mirada puesta en decir vamos a hacer tal cosa, en lo que sí está puesta en ir viendo todas las cosas que nos gustan y ver cómo podemos sumarlas al grupo, a medida que vas teniendo experiencia podés ir adaptándolas. Hubiese sido forzado para nosotros hacer música electrónica en el primer disco porque hubiese sido una puesta después para el vivo, que cuando estás empezando tenés que ir al lugar y no te da, no tenés una caja eléctrica, no hay nada. Ahora tenemos estructuras donde podemos ir y tener un lugar que suena bien, tener un operador o dos. Nunca lo forzamos, fue generándose naturalmente y la banda hoy en día tiene más infraestructura arriba del escenario donde presenta un show más complejo, donde se necesita más una movida que no te permite ir a tocar a cualquier lado. A medida que la banda se va asentando, vamos agarrando cositas que nos resultaban lejanas, las vamos entendiendo y adaptándolas. Hay grupos que quizás se plantean “vamos a hacer esto” y lo arman durante un año, se encierran a ensayar, está buenísimo, pero lo nuestro fue despojadísimo. Hicimos un disco como para los amigos y de repente el primer disco se empezó a ir a México, a Estados Unidos, a Japón, se movió para todos lados. Algo que era re para nosotros, se convirtió en una cosa que se empezó a mover sola. Fue muy paulatino, nunca quisimos cagar más alto que el techo, ¿se dice así? Nunca nos pusimos muy pretenciosos con el grupo. El crecimiento va de a poco pero vamos aprendiendo mucho y siempre mirando todo.
¿Sentís que hoy está más abierto el panorama?
Antes había una noción de que la música era una competencia, una cosa rarísima. Algo medio futbolero que viene de los noventa, sos ricotero o sos de Soda. Hoy a una banda que hace rock probablemente le pueda gustar una banda pop nueva y a cualquier pop es probablemente que le guste Pappo. ¿Cómo no te va a gustar Pappo? Hay mucha data. El tema futbolero siempre estuvo y sigue estando, pero me parece que la música tiene que estar desprejuiciada. Las bandas que están en el plan del no prejuicio, nos conocemos, compartimos, y está buenísimo.
La autogestión es un fruto de esta generación, algo que une a muchas de las bandas.
Eso también generó que hoy te juntes con alguien y puedas llevar adelante un festival, por eso están apareciendo todos esos festivalitos que van creciendo de a poco. Yo empecé desde cero, primero me invitaron a tocar en una fiesta de un amigo, después tener la onda con un barcito, pedir una fecha, hinchar las pelotas, mostrar material hasta que te den bola. Eso es lo clásico, como fue toda la vida. La Plata te da la oportunidad de hacerlo sin tener que pagar, La Plata fue pionera en eso: La casa cultural, Pura vida. A medida que vas tocando, las cosas se van generando solas y tenés que estar pillo para producir, para decir “me pongo la camiseta y laburo una fecha”. Ahora la gente está produciendo sus ciclos, apuesta a eso. Indie Hoy lo está haciendo con sus ciclos. Hay mucha gente que está empezando a ver eso, las bandas nuevas pueden llevar gente y se pueden hacer cosas buenas. Lo que pasa es que hay que apostar a varios años más para que se expanda, que llegue a los grandes medios o a la gente que mueve un nivel más popular.
¿Qué estuviste escuchando últimamente?
Lo que más vengo escuchando es música negra tipo hip hop y eso, el último de Frank Ocean me encanta, o Kendrick Lamar. Vengo escuchando mucho ese híbrido del hip hop con música de los ochenta, es lo que me tiene a full ahora. Y después de acá, hay mucho. Hay un montón de bandas con las que comparto cosas de todos los estilos. Me encanta Mi amigo invencible y Coral Casino, que nada que ver. Me encanta Francisca y todas las bandas con las que tocamos en el Jalea. Con todas hay un nivel muy bueno, un nivel de producción que está creciendo un montón. Con Mi amigo invencible nos fuimos a Brasil a tocar, nos fuimos también a Mendoza con ellos, siempre la mejor onda.
¿Y cómo hacés para transportar el hip hop a Un Planeta?
Este disco, aunque no suene como hip hop ni nada parecido, fue construido de una manera súper así, copy paste y samplear mis voces, modificarlas, utilizarlas como instrumentos.
Ustedes tienen un disco, Remix, que los acerca mucho a la movida electrónica, como si ese disco sirviera de plataforma para llegar a Des. ¿Cómo fue trazar ese puente entre un disco y otro?
En el primer disco nos empezaron a escribir para que aparezcan remixes y no se terminó de dar, pero con el segundo sí. Nos pedían los tracks, y como yo los había mezclado los tenía y los pasaba. Primero fue Canu que armó uno, después me escribió otra persona para hacer un remix y ahí me escribieron otros y en un momento tiré la idea en Facebook que estábamos haciendo un disco de remixes y empezaron a escribirme. Yo le escribí también a un par de amigos para que hicieran uno porque laburaban de eso y entonces se re coparon. Todos los remixes son re diferentes, el primero re experimental, después otro re techno. Ese disco sirvió de inspiración para Des. Ahora cuando nos llaman para tocar en un lugar más chico que no se puede con batería, por ejemplo, empezamos a llevar nuestros sets y hacemos nuestras versiones electrónicas. A partir de ahí comenzó esa movida de empezarnos a reversionar, más trip hop.
¿Cuáles son las fechas que le siguen a la banda?
Córdoba, Rosario, Tandil, Tucumán, Río Negro, Neuquén, después Mar del Plata, Mendoza y ahí ya se nos acabó el año y vamos a planear algo para el año que viene. Íbamos a hacer Perú este año pero se nos pinchó, pero hace dos años que se viene agitando mucho,. Nos vienen escribiendo mucho de allá un par de productores, así que esperamos poder organizar algo allá, y en México. También queremos planear un par de videos y sacar singles, más que un disco. Yo también tengo un proyecto solista más íntimo, más despojado, más electrónico, en el que busco otras facetas.
Vos sos el que escribís las letras. ¿Qué podés decir en cuanto a la poética de Un Planeta?
Con las letras me pasa algo re loco porque siempre las dejo para el último lugar, primero trabajo en la melodía y le tengo mucho respeto al qué decir, pero es lo que menos me sale. A la vez generan cosas locas, como por ejemplo el otro día me llegó un libro de poesía que sacó un pibe que tiene en la primer hoja una frase de no sé qué poeta y abajo una nuestra. Siempre hay flashes con las letras, gente que se acerca y te dice algo bueno. En este último caso, Des es un disco que las letras tienen un tono muy similar, muy nocturno, siempre entre la noche y una cosa medio sexy, algo de rompimiento, algo de desamor, pero a la vez tienen una cuestión muy social, esa cosa que va emparejada de cambios humanos, de personalidad, de quiebres, esa cosa que va muy en paralelo. Algo como muy Damon Albarn o John Lennon, que me encantan, describen una situación amorosa pero a la vez estás en una situación social, una situación donde te estás repitiendo con algo y no podés salir de un círculo o de una situación media enferma. La sociedad hace lo mismo, las conductas las reproducimos a nivel masivo y a la vez muy personal. En ese sentido, me parece que las letras personales son sociales también. La gente que piensa que las canciones de amor no tienen nada que ver con lo social se equivocan, porque en definitiva, está todo ahí.
Un Planeta forma parte del aniversario por los 15 años del sello Casa del Puente, junto a Altocamet, Riel, Sobrenadar y más. Es el miércoles 15 de noviembre, a las 20hs, en Niceto Club (Cnel. Niceto Vega 5510, CABA). Evento en Facebook.