Por más de casi dos décadas, Snarky Puppy fue sinónimo de búsqueda y expansión. En un mundo donde la música se encuentra cada vez más fragmentada, la banda (o mejor dicho, el colectivo) ha logrado sostener una identidad sólida sin renunciar a la aventura sonora. ¿La clave? Convicción y comunidad. Michael League, bajista y fundador, lo resume en una frase que condensa su rol de capitán de una nave con más de veinte tripulantes: “Tiene que haber una visión global o corrés el riesgo de convertirte en algo que suene y se sienta fragmentado. Esa es mi principal responsabilidad como líder: asegurarme de que todas nuestras ideas individuales y personalidades musicales estén al servicio de una visión común y unificada”.
Las palabras de Michael se sienten cercanas en tiempos donde la música apunta a la singularidad como única forma de reconocimiento. Mirando hacia otro horizonte, Snarky Puppy defiende que la identidad sea construida solo en plural. Cada disco, gira e improvisación son el resultado de un organismo vivo que respira lo colectivo, donde lejos de diluirse, ese “todos” suena como un “uno” enorme.
Este 5 y 6 de septiembre, Snarky Puppy vuelve a presentarse en Buenos Aires como parte de un extenso tour por América Latina, en donde siempre fueron recibidos en un ritual que se vive desde el cuerpo: saltos, palmas y sonrisas que siguen cada síncopa. “Creo que los latinoamericanos entienden profundamente lo que hacemos, en gran parte porque su propia música está tan basada en el groove. Además, toda la música de las Américas tiene raíces en África".

Un filtro musical que construye un lenguaje universal
Desde su nacimiento, Snarky Puppy eligió el riesgo de la hibridez: jazz, funk, soul, afrobeat, góspel, R&B. Una sopa musical que en manos menos expertas podría resultar dispersa, pero que ellos convierten en una voz común, unificada y potente. Michael explica el secreto sin grandilocuencia: “Llevamos más de dos décadas haciendo música juntos. La identidad o el sonido del grupo siempre estará ahí, independientemente de las influencias que incorporemos. Todo lo que traemos de afuera pasa por nuestro filtro y acaba sonando a nosotros”. Ese “filtro” del que habla no es una fórmula: es la consecuencia de miles de shows, ensayos y experimentaciones, buscando empujar los límites siempre un poco más lejos.
En la era del hit viral y la playlist algorítmica, ¿cómo explica Snarky Puppy su conexión con audiencias tan diversas, incluso en lugares donde el jazz no es ni cercanamente lo más escuchado? Michael comenta: “El público tiende a sentirse atraído por la convicción. Y aunque Snarky Puppy no toca música especialmente popular, tocamos con convicción, y creo que eso se transmite claramente”. Pero no es solo eso. La música instrumental, al carecer de palabras, rompe la barrera lingüística y se abre a la interpretación. En un mundo saturado de discursos, el sonido se convierte en espacio libre, en territorio común.
La fusión como lenguaje contemporáneo
El término “jazz fusión” carga con una historia que remite a los años 70, a Weather Report o Mahavishnu Orchestra. Pero para Snarky Puppy, la fusión hoy significa otra cosa: “La fusión que se está produciendo no es simplemente entre el jazz y el rock, como ocurría sobre todo en los 70 y 80. El jazz se está fusionando con el hip-hop, el soul, el góspel, el R&B y músicas tradicionales de todo el mundo”. Esa permeabilidad es, para Michael, una señal de salud artística. Mientras algunos puristas lamentan la “contaminación” del jazz, Snarky Puppy celebra el mestizaje como energía creativa. Lo que antes era un nicho hoy se vuelve un puente hacia públicos jóvenes, curiosos y globales.
El próximo 21 de noviembre, llega Somni, un proyecto que promete ser el más ambicioso en la historia del grupo. Snarky Puppy se une otra vez a la Metropole Orkest, dirigida por Jules Buckley, para grabar más de una hora de música original con 74 músicos en escena. Todo en vivo, registrado en audio y video con 12 cámaras. “Podríamos pasar 200 años como grupo y seguir explorando y encontrando nuevos sonidos. Todo el mundo es tan creativo y aventurero que es como un pozo sin fondo de potencial artístico”.
¿Será Somni un disco o una experiencia audiovisual? Todo indica que ambas cosas. Y quizá esa dualidad sea la esencia misma de Snarky Puppy: una banda que nunca quiso quedarse quieta, que sigue haciendo del riesgo un hogar y del colectivo, una manera de habitar la música.
Snarky Puppy se presentará los días 5 y 6 de septiembre, a las 21 h en el C Art Media (Av. Corrientes 6271, CABA). Entradas disponibles a través de TuEntrada, 30% de descuento con Comunidad Indie Hoy.