“Jason Pierce es Spiritualized, o Spiritualized es Jason Pierce” afirma el comunicado de prensa de la inminente visita de la banda insignia del space-rock al país: Spiritualized (o su mente maestra Jason Pierce) se estará presentando el 24 de agosto en el Teatro Vorterix, volviendo al país luego de seis años, en los que editó el gran disco Sweet Heart, Sweet Light. Antes de eso, pudimos hablar con Pierce por teléfono: era su día de entrevistas, cosa que no le divierte mucho (y hasta tilda de insalubre), pero con el mejor de los ánimos nos brindó estas palabras. Spoiler: no se menciona Ladies & Gentlemen We Are Floating In Space y tiene muchas ganas de llevarse nueva música local en su inminente visita.
Venís a Argentina en un par de semanas… ¿viste el partido final entre Alemania y Argentina o no es algo que te interese?
Realmente es bastante difícil evitar el fútbol en este país. Supongo que es incluso más difícil en tu país pero sí, lo vimos en un bar y todos hemos sufrido.
Efectivamente es bastante difícil evitarlo. Bueno, cambiando de tema, el proceso de grabación de tu último disco, Sweet Heart, Sweet Light llevó casi tres años, ¿cómo lidiaste con el hecho de viajar entre varias ciudades para grabarlo?
Bueno, me gusta mucho viajar, para lo que sea. Y me gusta viajar para compartir música, también ser el que conduce. Cuando hacemos grandes shows en una gira, viajar se torna algo referido a la inmediatez, es el show y luego se pierde todo lo otro. Pero cuando estamos haciendo un disco el ritmo de trabajo es otro, más arduo: tratás de crear todo un clima y de hacer que el proceso perdure porque los buenos momentos empiezan a surgir y así se hace el disco.
Mirando para atrás y también para adelante, ¿en qué punto de la carrera creés que está Spiritualized hoy? ¿Viene nueva música?
Amo la música y amo lo que hago. Como te dije antes, los buenos momentos, los momentos “más rock’n roll”, no son fáciles de encontrar y amo esa búsqueda: quiero encontrar lo que antes no encontré. Podría haber hecho discos iguales por los últimos 30 años pero pude encontrar varios de esos locos momentos. Me gusta creer que lo que hago va cambiando radicalmente, pero también siento que todavía hago lo que hacía a los 20: puedo poner emociones e ideas para convertirlas en música, pero también he llegado a un punto en el que tengo otro tipo de obligaciones.
¿Creés que ahora es más difícil empezar a componer, o empezar a pensar en un nuevo disco?
Se trata de encontrar el camino. Es como para un pintor toparse con un lienzo en blanco: lo tenés que llenar y encontrar la manera de hacerlo. Mi gran prioridad para el próximo disco era cambiar el proceso de grabación, entonces decidí no juntar a la banda sino comenzar por mi cuenta. Aunque me costó y estuve varios días trabado, me mantuve con esa idea y así llegó la inspiración y las recompensas: hay que encontrar el camino.
Entonces, ¿generás una situación específica para componer o esperás a que llegue la inspiración?
Intento, a veces… la verdad que soy un poco vago así que no puedo esperar a que la canción venga directamente hacia mí. Igualmente, me gusta empezar de cero, sin ideas en la cabeza. Y para eso, esta vez elegí desconectarme e ingresar en una atmósfera individual en la que no entrara con la banda completa.
¿Te acordás de tu última visita a Argentina en 2008?
Tengo los mejores recuerdos de Argentina, sí… Me encanta ir a Latinoamérica pero nunca podemos encontrar a alguien que se haga cargo del asunto mecánico de la gira. Esta vez creo que voy a estar más relajado y voy a poder conocer un poco más cada lugar porque no voy a estar promocionando ningún disco, son sólo los shows. También estuvo la “pesadilla” de ir a un festival en Argentina (que es lo más efervescente del mundo): llegar, probar sonido y que no haya nadie en el público. Pero esta vez pudimos cerrar un show cerrado, que te da más recompensas. Así que digamos que es una evolución esta vez.
En general, ¿te gustan los festivales o te sentís un bicho raro?
Hay mucha organización en esos eventos y no creo que la música sea lo más importante ahí: en los festivales lo que importa es la gente, conocer nueva gente. Es importante hacer esas fechas porque es de lo que más se habla en el mundo, pero siempre tengo esa perspectiva. Y la gente siempre es bastante amigable, se genera un buen ambiente después de todo, así que no tenemos razones para no tocar en festivales. Pero prefiero los shows cerrados, como el que daremos en Argentina.
¿Vos decís que Spiritualized es para ver en un estadio o en recinto cerrado?
Creo que es importante ver ambos shows: no ver sólo un costado de la banda. Pero estoy muy contento de volver a dar recitales en lugares cerrados, el ambiente es realmente hermoso: las luces, el encore y ese glorioso sonido que no lográs en ningún otro lado… en los festivales es todo más eléctrico.
¿Podés ser muy viejo para disfrutar de nueva música?
¿Muy viejo? No creo que sea una cuestión de edad, creo que la música está relacionado con los sentidos y con lo que nos genera. Pero también la música funciona como una “máquina del tiempo”: podés escuchar música que te recuerda otras etapas de tu vida, y cuando sos joven eso obviamente sucede menos. Incluso ahora la gente va a recitales de bandas que tuvieron su apogeo hace 20, 30 años, específicamente para volver a sentirse en esa época, recordar su juventud. El show no importa, y lo que debería importar es la música.
¿Te gustan las bandas nuevas?
Sí sí, pero desde chico que siento la música atemporal, no voy a dejar de escuchar algo porque sea “viejo”, ni concentrarme en lo nuevo; siempre caigo en cosas viejas. Hay tanta música por descubrir que no considero lo nuevo “más valioso”. Cuando era más joven estaba de moda escuchar lo nuevo que venía de Estados Unidos, y yo no encontraba satisfacción ahí… pero tampoco en Inglaterra.
La cosa viene más por la experiencia personal que por el tiempo.
Sí, de todas maneras escucho música nueva pero no es que estoy todo el tiempo buscando la novedad. La última banda que me gustó mucho fue Föllakzoid, no sé si son muy conocidos en Argentina. ¿Los conocés a los chilenos?
Sí, son buenísimos los Föllakzoid.
Sí, quiero escuchar más música así, en Argentina espero poder hacerlo.
Bueno, Guazuncho va a abrir tu show acá. ¿Pudiste escucharlo? También es muy bueno.
Bien, lo voy a tener en cuenta. ¿Está en el mismo sello que Follakzoid?
No no, Follakzoid están en Chile y Guazuncho es argentino, con sellos distintos.
Ah, pensé que había alguna especie de conexión entre los países, entre los sellos. Cuando fui conocí bastante gente con sellos independientes.
La escena de sellos y bandas independientes está creciendo cada vez más, tanto en Argentina como en Chile.
Hay muchas bandas nuevas allá… bah, en todo el mundo hay nuevas y buenas bandas psicodélicas pero las de Sudamérica son aún más psicodélicas, lo entienden un poco mejor al concepto. Las bandas de acá que dicen ser psicodélicas… no lo son realmente. Son sólo bandas pop con guitarras, no como allá. Las bandas de Sudamérica son las realmente psicodélicas.
Bueno, cuando nos visites seguro te llevarás música nueva de acá.
¡Seguro! La última vez que fui me dieron muchos discos de estos sellos independientes, incluso catálogos enteros. Es difícil encontrar sellos que mantengan su excelencia en todo el catálogo, y lo que me llevé de allá era realmente bueno. Voy por más.