Sebastián Fernández (26) nació en la ciudad de Buenos Aires y de chico es fan del rock clásico de los ‘60 y ‘70. A los 20 años se colgó la guitarra y viajó a Boston a audicionar para el Berklee College of Music, donde ingresó para estudiar composición musical. Fue durante esos años cuando se juntó con un brasilero, un portugués y un chileno para dar forma a Stone Giant, una banda que trae la mística de Zeppelin y Sabbath a la época de los teléfonos inteligentes.
En marzo bajarán al sur para presentar su primer disco (Stone Giant, 2015) en los Lollapalooza de Argentina y Chile, y prometen hacer saltar a la audiencia latinoamericana con una fórmula a base de riffs, solos y aullidos que sacuden. Mientras, Sebas regresó por unos días a Buenos Aires para pasar las fiestas con su familia e Indie Hoy aprovechó para conversar con él sobre la banda y el sentimiento de regresar a su país a compartir este proyecto con sus compatriotas.
¿Cómo fue que migraste a Estados Unidos para estudiar música?
A los 18 terminé el colegio y me quedé tocando con una banda como hasta los 20. Tuvimos unos quilombos, me separé, y no sabía para dónde encarar. Tenía unos amigos que estudiaban en EE.UU. y me dijeron “Tenés que venir al Berklee”, así que me decidí, agarré la guitarra y me fui un día a Boston a audicionar. El porcentaje de los que aceptan no es muy grande; tenés que ir, presentarte y tocar algo. Te hacen leer música, un poco de todo. Básicamente es como una audición para que ellos vean si hay algo con lo que van a poder trabajar, después la teoría te la enseñan. Berklee es la universidad de música más grande de hoy en día; de ahí salieron John Mayer, Quincy Jones, y varios más. Vos ahí entrás sí o sí como instrumentalista, por más que vayas para aprender, ponele, el negocio de la música. Tenés que ser algún tipo de músico. Yo entré como guitarrista, aunque seguí una carrera llamada Songwriting, que es de composición musical pero no clásica, sino orientada al rock y pop.
Una vez ahí, formaste la banda con compañeros de clase. ¿Cómo se conocieron?
Como yo ya había tenido una banda acá, cuando me fui lo hice no solo con la idea de crecer como músico -que terminó pasando- sino también con la idea de conocer gente para formar un grupo. En el primer día de clases, en un momento, entra al aula un tipo con el pelo largo y una camiseta de Argentina. Llegaba tarde; saludó y se sentó. Yo pensé que era argentino, así que después de la clase fui y le pregunté: resulta que era brasilero. Quedé re loco, no entendía nada (risas). Ahí pegamos buena onda, nos pusimos a hablar y descubrimos que a los dos nos gustaba Led Zeppelin, Black Sabbath, Jimi Hendrix. De hecho justo tocaba Roger Waters ese fin de semana y fuimos juntos a verlo. Y ese mismo día, como él tocaba el teclado, yo la guitarra, y los dos cantábamos, dijimos “bueno, formemos una banda de rock”. Tuvimos distintas formaciones hasta que se conformó el equipo que es hoy.
¿Cómo es la intimidad de una banda que tiene cuatro integrantes de cuatro países distintos? ¿Eso le aporta algo a la banda?
Lo bueno es que tenemos el español en común todos. Joao, el tecladista, es brasilero pero por codearse con la comunidad argentina de allá (que es muy grande) ya habla español, te entiende todo. Pedro, el de Portugal, no habla mucho, pero lo entiende. La verdad, igual, es que hablamos de todo, una mezcla de inglés, español, portugués. Quizás uno dice algo en un idioma y le responden en otro (risas).
¿El sonido “setentoso” de la banda fue una idea definida desde el principio o se fue dando?
Esas siempre fueron nuestras influencias máximas, y siempre tratábamos de ir por ahí. Al principio, cuando había otros músicos, tuve en cuenta el hecho de que la industria encaraba mucho al dance, y en un momento quise forzar el sonido hacia el lado del electrorock. Pero cuando dejamos de forzar el sonido y decimos “vamos a tocar lo que salga”, ahí es cuando sale de manera natural el sonido que tiene ahora Stone Giant.
¿Qué música escuchás vos? ¿Qué te influye? ¿Escuchás algo de música argentina?
Yo escucho siempre eso. Mis amigos insisten en mostrarme bandas nuevas, y qué se yo, pero cuando estoy solo, o en el auto, me gusta escuchar Clapton, Stevey Ray Vaughan, Jimi Hendrix. Escucho las mismas canciones cuarenta mil veces pero por más que me traigan cosas nuevas, soy muy terco con que me gusta mucho el blues. Cuando agarro la guitarra y no estoy con la banda toco blues todo el día, automáticamente. Algo nacional, escucho mucho a Pappo. Sobre todo la parte de Pappo’s Blues, todo eso, me re gusta. También El Reloj, La Renga, los Redondos, todo lo que tenga esa energía. Igual siempre fui más de la movida del rock clásico de los ‘60 y ‘70 en Inglaterra.
¿Cómo fue el 2015 en relación al lanzamiento de su primer disco y la gira por Estados Unidos?
Grabamos todo el disco en un estudio y después nos fuimos a Londres con Nico (el manager, también argentino) a masterizarlo en Abbey Road, una experiencia increíble. Ahí lo largamos y nos fuimos de tour. Estuvimos de gira por gran parte de Estados Unidos; básicamente manejamos desde Boston hasta Nashville haciendo Washington, Filadelfia, Carolina del Norte, y demás. Tocamos en un venue muy copado, The Fillmore, y terminamos pegando dos fechas con los Enanitos Verdes. Estaban allá y nos invitaron a abrir para ellos. Y como les gustó, nos invitaron al siguiente show también. Terminamos haciendo dos presentaciones para unas tres mil personas. Sin dudas fue de lo mejor de la gira.
¿Y cómo fue que terminaron tocando temas de Zeppelin ante Jimmy Page?
Es una historia muy loca, porque yo a los 17 años salía con una chica que luego de cuatro o cinco meses de relación me dijo que era la sobrina de Jimmy Page. Me llevó unos días creerle (risas). Un par de años después ella estaba en Londres y me dijo que vaya, y de paso podría conocerlo. Fui, llevé mi guitarra, estuve con él, toqué un par de temas con su hijo baterista, fue increíble. En el viaje de regreso en mi cabeza pensaba: “me lo voy a encontrar de vuelta, pero por mis propios medios”. Luego de hacer toda la carrera en Berklee, llegó el momento de la ceremonia de graduación y allá tienen la tradición de hacer una gran celebración, en un estadio grande en Boston, como para 10.000 personas, y traen artistas para darle un Doctorado Honorario. Han estado desde Steven Tyler, B.B. King, Willie Nelson, Sting, gente muy grande. Cuando me estaba egresando, el año pasado, le dije a la gente de ahí que yo tenía el contacto con Jimmy Page y podíamos hacer la ceremonia con él. Ni lo dudaron, lo puse en contacto y él aceptó. No quiso tocar, porque él solo lo hace con sus músicos conocidos, pero eso nos terminó favoreciendo porque yo terminé muy metido en la dirección musical, elegí a los músicos, y me metí con la banda a tocar. Terminamos tocando Led Zeppelin para miles de personas con Jimmy Page en la quinta fila.
En marzo se presentan en los Lollapalooza de Argentina y Chile. ¿Era una deuda traer tu banda a tu país?
Sí, más allá de que me fui o de que me guste tocar allá, siempre la fantasía era volver a tocar en Argentina. Pero me imaginaba otra cosa; pensaba volver a tocar en un barcito, en Palermo, donde sea, pero volver con los chicos a tocar. De la nada surgió que tocamos en Lollapalooza. Yo que con un bar estaba contento, vamos a venir a tocar a un festival así de grande, que era algo que capaz me imaginaba para dentro de cuatro años. Yo soñaba con estas cosas, me imaginaba, no sé, tocando un solo en un estadio… y de la nada algo parecido va a pasar. Así que es bastante grande para nosotros.
¿Qué esperás de esa experiencia? ¿Cómo te imaginás el recibimiento de la gente?
Eso me intriga mucho, porque todos los músicos que vienen dicen que el público argentino es uno de los mejores. Todas las bandas de rock que vienen terminan eligiendo Argentina para hacer sus DVDs, ya pasó con AC/DC o Roger Waters. Aún no sé a qué hora vamos a tocar, pero imagino que vamos a estar bien temprano, como una de las primeras bandas. Por ende no creo que haya la gente que va a haber a la tarde, pero no importa, estamos adentro, y vamos a romper todo. La situación va a sacar algo muy bueno de nosotros.
¿Van a aprovechar para tocar en otro lado además del festival?
Sí, estamos tratando de armar unos shows. Yo creo que vamos a arreglar una fecha más en cada país. Sobre todo porque vamos a estar como tres semanas por estos lados, vamos a venir diez días antes de la primer fecha para que los chicos conozcan Buenos Aires. Así que si bien esos shows no están confirmados, van a suceder.
Además de eso, ¿qué planes hay para el 2016?
Girar, ir con la banda a todas partes. Luego de Lollapalooza me voy a tomar un mes para trabajar en mi otro proyecto (una productora llamada Owl Master Booking, que organiza conciertos en Estados Unidos). Ya en junio, en el verano estadounidense, vamos a estar de gira otra vez por la costa este, y quizás la idea es engancharnos con el Lollapalooza Chicago, que es una posibilidad aún no cerrada. Lo importante es girar todo el 2016 y a fin de año arrancar a pensar en lo que será el segundo disco.