“Todo lo que tenga corazón va a ser camino”, canta Toto Yulelé en “Sobrevivimos, suerte empila”, el primer adelanto de su nuevo disco Una casa. “Nunca tuve casa, siempre tuve amigos”, canta en el segundo single, “Lo que aprendí”. Con esta impronta sincera y sensible, el más reciente trabajo del músico uruguayo Rodrigo Odriozola está lleno de pequeñas y grandes verdades que invitan a entrar en el hogar del compositor para así conocer y compartir sus rincones más vulnerables.
“En estos tiempos tan difíciles de encierro e incertidumbre, el disco se convirtió en una casa para mí -comenta a Indie Hoy el también psicólogo oriundo de Mercedes-. Cuando estaba grabándolo, me metía ahí dentro y me sentía seguro. Como que me aislaba un poco de todo el desastre que estaba ocurriendo alrededor. Es un disco super introspectivo e íntimo donde hablo mucho en primera persona acerca de cosas que me pasan a mí, por eso siento también que es como abrir mi casa para que la gente entre y conozca mi intimidad, mi soledad”.
Publicado a través del sello argentino Los Años Luz y grabado durante el período de cuarentena en Montevideo, el sucesor de Jugar (2013) y De cuando aluminé (2017) tiene el espíritu de estos tiempos. En soledad, Toto Yulelé compuso, produjo y grabó siete canciones en las que la crudeza de la música uruguaya tradicional se celebra y se funde con el sonido -también crudo y visceral- del pop rock latinoamericano. Canciones como “Soy un ñery” -que combina el candombe con guitarras eléctricas-, “Sobrevivimos, suerte empila” -que juega a darle varios sentidos a la tradicional frase uruguaya ‘suerte en pila’- o “Tantos solos” -en la que escuchamos sabias palabras de Atahualpa Yupanqui en una entrevista radial- entregan un destello de las influencias que han calado hondo en el compositor y que, sumadas a su propia visión, emoción e intuición, ha sabido transformar para dar vida a un álbum híbrido y aún así, oreja.
“No tengo muy claras las influencias directas que tuve para este disco -dice el músico que hace canciones desde hace más de 10 años-. Mi idea fue despegarme de todos los sonidos que conocía y profundizar en el mío y en mi propia forma de decir. De todas maneras puedo nombrar a Jaime Roos, Juana Molina, Nahuel Briones, Leticia Carelli, Claudio Taddei, Alfredo Zitarrosa y Martin Buscaglia. Fue muy importante Martín porque su último disco lo grabó también en su casa y me animó mucho a hacerlo así”.
Entre lúdicas melodías a veces habladas y a veces cantadas con esa gruesa voz característica de Odriozola, Toto Yulelé mantiene intensas charlas con quien escucha, quien a esas alturas ya es considerado un amigo, un confidente a quien le comparte reflexiones cotidianas -y no por eso menos existencialistas- en clave de balada, psicodelia, folk y rock, siempre charrúa.
Debido al contexto mundial y también al concepto del disco, los diferentes artistas uruguayos y argentinos que participaron en su realización grabaron cada uno desde su propio hogar o estudio. María Viola, Sol Iter Mansilla, Julián Rossini, Julia Somma, Esteban Pesce, Florencia Valdez, Agustín Gardil, Bruno Carro, Sebastián Serellanes, Federico Araújo, Gonzalo Palmarín y Ayrton Dos Anjos fueron los y las encargadas de ayudar a vestir las canciones para salir de casa. La mezcla y masterización estuvo a cargo de José Luis Plácido -aka Elniño Quetocafuerte- y el arte de tapa fue realizado por el artista argentino Tomás Menéndez.
¿Cuál dirías que es la principal diferencia entre Una casa y tus discos anteriores?
La diferencia más importante es que Una casa fue producido por mí. Tenía ganas de vivir esa experiencia de no depender de nadie ni de nada. Igual siento que es como una continuación del disco anterior. Hay una frase en De cuando aluminé, mi segundo disco, que dice “Una cabeza puede convertirse en una casa”, y es como si este disco naciera de esa frase. Por otro lado, siento que es un disco más imperfecto, más sucio, más natural. Busqué mucho más la emocionalidad que la perfección.
Este disco lo grabaste solo en tu casa y me contaste que todos los invitados grabaron también en sus casas. ¿Decisión, pandemia o un poco de ambas? ¿Cómo afectó el contexto a la creación de este disco?
La situación pandemia determinó muchas cosas. El hecho de tener que estar encerrado, no poder viajar, no poder tocar, fueron todas cosas determinantes. Además, el hecho de no tener plata para pagar un estudio también hizo que me motivara a hacerlo yo solo y sin presupuesto. La pandemia nos mostró nuevas formas de trabajar a distancia y creo que pude capitalizarlo bien en este disco.
En un momento tan caótico como el que vivimos, ¿en qué te ayudó hacer este disco?
Aprendí que puedo hacer las cosas solo. Me dio confianza en mí y en mis canciones. Fue como un gran proceso de autoconocimiento. Me dio mucha fuerza y sobre todo me salvó de hundirme en la depresión.
Escuchá Una casa de Toto Yulelé en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).