Hoy no parece nada original la comparación de Travesti con Suicide, el dúo neoyorquino de los 70, pero a la banda de Fernando Floxon y Alejandro Torres le debe importar muy poco. Las canciones de Travesti siempre estuvieron fuera de la lógica del mercado, flirteando entre el riesgo y una intrínseca búsqueda experimental del sonido que les dio, con el tiempo, ese toque tan personal y distintivo. Un disco como Suicidio latino de 2013 podría tranquilamente ponerse al lado del cassette de los olvidados Mimilocos, esa banda nacional del under porteño que a finales de los 80 dejó el disco Trulepa, una joya editada a través de Catálogo Incierto, el sello de Daniel Melero. Travesti amalgamó esa oscuridad que los Mimilocos tenían, pero agregando un poco de su costado más lúdico. Canciones como “Barbie Camouflage” o “Suicidio latino” podrían servir como introducción al mundo que los Travesti vienen proponiendo desde hace años.
“Después de 5 o 6 años de no tocar en vivo y no relacionarnos con la escena del rock, siento que tenemos un envejecimiento envidiable, todavía tenemos la inquietud intacta, ¡todavía le hacemos el amor a un concierto! Hicimos Travesti para engrandecer nuestra República y hacer nuestras reglas. Hemos tomado malas decisiones por estar locos, pero aun así persistimos sin tener que decir que somos modernos. Siempre marcamos la tendencia. Aunque a alguno no le guste oír eso, la gente más inteligente es fan de Travesti, me enorgullece y me emociona eso, que piensen que al menos somos un poco diferentes”, cuenta Floxon.
Suicido latino fue lo último que supimos de Travesti, un trabajo que está entre los mejores de su corta discografía. “Hoy es 2019, ¿no? Bueno, nosotros tuvimos nuestra primera reunión en 1998, yo estoy en la cultura underground desde 1988 y vi pasar un montón de cosas. Podría decir que las crisis sacan lo mejor de nosotros, aunque esa constante nos termine aniquilando”, dice Floxon. “Tengo dos proyectos activos además de Travesti: AM:bar, un lugar de electrónica abstracta, manipulación de cassettes, un lugar de reflexión filosófica y aprendizaje vivencial, y el otro Luces Romance, un grupo de poesía y rock, de guerrilla y art pop, a punto de grabar un disco. Estoy en todos y todos habitan en mí”, agrega.
Si bien Travesti hace rato que no se encierra en su laboratorio de canciones para cranear algo nuevo, este lluvioso y gris sábado 15 de junio se hicieron un tiempo para entregar un show exigente de canciones en La Trastienda. “Fue todo muy emotivo, un público fiel a pesar de las condiciones climáticas, personas en estado de trance”, dice Floxon después del show, y suma que para él Travesti es como un buen vino: mejora con el tiempo. La banda podría pasar hoy por un grupo nuevo, solo por la actualidad de sus ideas y forma de trabajar, pero con 20 años encima.
Charles Baudelaire decía, entre tantas cosas, que la música excava el cielo, y eso parece hacer Fernando Floxon y Alejandro Torres cada vez que enchufan y conectan todos los cables que le dan vida a Travesti.