Luego de su primera experiencia fuera del país con dos conciertos al hilo, nos reunimos con los cordobeses “peces banana” para hablar de la cultura indie sudamericana y cómo poder aprovecharla.
Sabemos que con su música buscan conocer lugares nuevos e inesperados, ¿qué fue lo que más les llamó la atención de su estadía por Paraguay?
Lucila: La empatía y la conexión con la gente. No esperaba tan buena vibra y respuesta en los escuchas, fue algo hermoso.
Tuvieron dos fechas en Asunción, tanto el 21 en Kombilicious como el 22 en el festival de Música Okápe, ¿en qué creen haber sorprendido al público que no los conocía?
Javier: Tenemos una propuesta rockera en el escenario, sin perder nuestra esencia experimental. Muchas personas se acercaron después de los shows comentando detalles de nuestra música, se notó que prestaron mucha atención. Nos dio la sensación de que entendieron nuestra propuesta. Antes de tocar en Música Okápe vimos que cuando empezó EEEKS, toda la gente se fue hacia el escenario, ese es el público que nos gusta.
Iñaki: Si logramos sorprender al público paraguayo como ellos nos sorprendieron a nosotros solo queda esperar hasta el próximo encuentro para que se ponga mejor. Ojalá que sea pronto.
Así como decían en la nota anterior, es notable la red de música en Latinoamérica, ¿cómo vieron el ambiente paraguayo y sus bandas? ¿Qué se podría rescatar de allí para sumar a la movida argentina?
L: Lo que llamó mi atención fue la cantidad de bandas produciendo en habla inglesa. Es decir: en un ambiente muy propio de Paraguay, con mucha movida, búsqueda y propuesta, cuando las bandas comenzaban a cantar me contaban las cosas en otro idioma y creo que no lo necesitan, creo que tienen todo y más para contarlo en nuestro idioma. ¡Hasta en guaraní! Y cuando digo todo me refiero a cosas que llegan hasta el público por ejemplo, y que deberían ser rescatadas para la movida emergente argentina. El público está muy predispuesto y se involucra con las bandas y los shows, sin importar si es la primera vez que lo presencian. Se nota que lo importante es la música y el buen momento.
I: Tuvimos la suerte de participar en un festival y pudimos ver bandas muy distintas entre sí, pero todas de una excelente calidad. Nos encantó el frenetismo y psicodelia de los EEEKS, The Tempranos cumplió y superó toda la expectativa que nos generaron sobre el reggae paraguayo. También tuvimos un viaje pesado y riffero con los Fuzzkrank.
J: Nos divirtió Invasores del Espacio, nos interesa mucho la movida hip-hop latina. Otra banda que descubrimos fue Ra Beat, proyecto de Bolivia que nos voló la cabeza. Lo interesante de estos festivales es que no solamente son concreciones de un trabajo en red, sino que también son disparadores hacia próximos encuentros.
Con esta nueva experiencia, ¿qué destacan de ella para seguir creciendo?
L: Que moverse es la clave para todas las bandas, no solo para las consagradas. Invertir en cruzar fronteras y conectar con otros lugares es tan importante como grabar un nuevo disco, es el camino que todas las canciones se merecen luego de ser producidas y sacadas a la luz.
J: Confirmamos que hay bandas, productores, gestores y lugares que viven una realidad similar a la nuestra y que tienen una actitud y compromiso que nos pone a la par y nos convierte en aliados para hacer crecer el proyecto de cada uno.
Paraguay fue su primer país en el extranjero, ¿hasta dónde apuntan llegar?
I: Nunca nos pusimos un límite porque no creemos que nuestra música tenga uno. Trabajar en la expansión de nuestra banda nos va a generar destinos planeados y otros inesperados, como fue Paraguay.
J: Lo mismo que hacemos todas las noches Pinky, tratar de conquistar el mundo.
L: Hasta el nirvana.