A un mes de la noche en la que el Luna Park lo vio consagrarse campeón de la Red Bull Batalla de los Gallos, Wos habla de todo. Las sensaciones de aquella velada histórica, la manera en la que cambió su vida y los proyectos que planea de cara al futuro, en una entrevista exclusiva para Indie Hoy.
El punto de encuentro pautado fue una plaza, su hábitat natural. Los Andes está ubicada en el corazón de Chacharita, el barrio que lo vio crecer, donde formó su crew e hizo sus primeras armas en lo que hoy considera una de sus pasiones: el freestyle. Sin pensarlo demasiado, nos sentamos en un banco de cemento verde. Estaba a punto de apretar el botón de play del grabador cuando de repente, como si hubiera estado armado, se encendieron los parlantes de la calesita que teníamos a nuestras espadas. Empezó a sonar una canción a todo volumen. No era una base de rap. Ojalá lo hubiese sido. “Qué ironía”, pensé: la vida me había puesto en frente al campeón nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos, estaba a punto de entrevistarlo y de fondo sonaba “Despacito” de Luis Fonsi. Una mirada fue suficiente. Ambos parecíamos estar de acuerdo en que aquel no era el lugar indicado. Se levantó inmediatamente y sin indicarme adonde (yo tampoco se lo pregunté) me dijo que lo acompañara. Fue así como terminamos en el patio de Las Colectivas, aquel complejo de viviendas al que hace referencia en su canción “Primera ley de vida“. El lugar de los encuentros, donde durante noches eternas se juntaba a rapear con sus amigos. Donde empezó todo, donde se plantó la semilla que más tarde iba a dar sus frutos. Me había abierto las puertas de su casa, al menos yo no había caído con las manos vacías. Sin sacarla de la bolsa, apoyó sobre un banco la botella verde de cerveza que minutos antes le había obsequiado a modo de agradecimiento. Me miró con complicidad y la señaló: “Esta va para los pibes”. Esa frase representa la esencia de este chico al que algunos conocen como Valentín Oliva, pero que el mundo conoce como Wos: un chico de barrio, humilde y generoso, que tiene los pies plantados en la tierra porque no olvida sus raíces. Los pibes entran y salen del complejo: le piden la llave, desde la vereda, para ingresar y él se las pasa por la reja. Lo saludan, lo felicitan y él agradece como si nada. Los ojos celestes brillan casi tanto como el piercing que tiene en la ceja. Se lo ve tranquilo. Pareciera no ser consciente de que hace solo un mes tuvo a un Luna Park entero a sus pies. Quizás esa, la noche del 25 de agosto, haya sido la más importante de su vida pero lo toma con normalidad, y eso lo hace aun mas grande.
Se cumple un mes de aquel 25 de agosto, en el que te convertiste en campeón nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos, ante un Luna Park repleto. ¿Qué recuerdos tenés de esa noche?
Me quedó una sensación muy linda de lo que fue el festejo. La primera imagen que se me viene a la cabeza es la de mis amigos abrazados, alentándome contra las vallas del campo. Me generó mucha felicidad también ver a otros freestylers gritando acotes míos, agitando y festejando. Fue una noche histórica para el hip hop y para el freestyle.
¿Cómo viviste el día de la competencia?
Me acuerdo que teníamos que estar a las 14 en el hotel. Me levanté, comí algo, saludé a mi vieja y fui para allá. Cuando llegué, firmamos los contratos y de ahí todos los participantes fuimos al camarín para concentrar. Jugamos a la PlayStation, comimos medialunas y tomamos Red Bull, por supuesto. Los nervios empezaron a aumentar cuando se hizo el sorteo que definía las llaves porque cada vez faltaba menos para entrar y ya sabíamos contra quien íbamos a competir. En ese momento se empezó a escuchar a la gente entrando al estadio y se me puso la piel de gallina.
¿Creés que el apoyo de la gente te sirvió para poder desenvolverte con más confianza?
Absolutamente. Ya cuando bajé del subte de camino al hotel, me crucé a una chica que me pidió una foto y me dijo: “Está toda la fila del Luna Park hablando de vos. Hoy es tuya, hoy ganás”. Quedé muy sorprendido. Fue como el “Hoy te convertís en héroe” de Mascherano a Romero. Cuando entré me di cuenta que la gente estaba enloquecida. El momento de más nervios fue el del pasillo, previo al ingreso del escenario. Me puse a espiar al público por un agujero del telón, como si estuviera en un acto del colegio, y vi toda la gente en un semicírculo gigante. Se escuchaban unos gritos tremendos que hacían temblar el piso. En ese momento, el misionero, el host de la competencia, anunció el inicio de la noche. Varios de los freestylers, de la adrenalina, empezaron a patear las paredes. Se dio un momento de mucha energía, aunque ahí me tuve que mantener tranquilo, respirando. Hubo un apoyo impresionante por parte de la gente que no esperaba.
Después de ganar, agarraste el micrófono para pedir por la aparición con vida de Santiago Maldonado y reclamar por los despidos que hubo en los últimos meses. ¿Era algo que tenías pensado decir o que surgió en el momento?
Como nunca imaginé que iba a ganar, no me puse a pensar qué iba decir. Escuché al misionero hablando sobre las problemáticas que estaban ocurriendo en el mundo, como el atentado de Barcelona, pero nadie había dicho nada sobre lo que estaba pasando puntualmente en el país. Cuando gané fue un impulso, encima en ese momento no me habían dado el micrófono. Lo agarré pensando que iba a estar apagado. Por suerte cuando arranqué estaba prendido. Sentí que era un buen lugar para decirlo ya que había dos millones de personas mirando por streaming y si no somos nosotros los que pedimos estas cosas no lo va a hacer nadie. Obviamente cuando en el discurso dije “hay que bajar a estos fachos”, me refería a que hay que bajarlos en las urnas.
¿Cómo es tu relación con la política?
No milito en ninguna agrupación. Intento dar mi aporte desde el lado artístico. Lo hago desde el espacio que vea que lo permita, que lo impulse y que sea acorde a mi línea de pensamiento. Esto puede ser variado, no me gusta definirme en ningún lugar puntualmente porque en todos lados hay cosas positivas. Lo que sí, estoy seguro que es no estoy del lado de los que están gobernando y no lo voy a estar nunca.
¿Creés que el freestyle puede ser una buena herramienta para visibilizar conflictos sociales?
El freestyle es un modo de expresión y cada uno lo puede tomar del lado que quiera. Así como a mí me nace expresarme en modo de protesta social, no hay restricciones y no juzgo a quienes no lo utilizan de ese modo. Creo que es una herramienta fuerte y está bueno que de todos haya algunos que en cierto momento podamos usarlo para hablar de lo que pasa y molestar un poco.
¿Por qué creés que en la cultura del rap, siendo un espacio de expresión que ayuda a visibilizar problemáticas de los sectores más vulnerables de la sociedad, el machismo está tan presente?
El machismo tanto en el freestyle como en la sociedad, es una problemática que se está intentando erradicar. Es algo que lleva tiempo porque está muy inculcado. El concepto de que el rapero tiene que ser macho y tiene que estar con muchas mujeres, o mismo el hecho de usar la homosexualidad como un insulto, son cosas que no comparto. Estaría bueno eliminar esos términos del abecedario del frestyler. A veces mismo a mí se me escapan por tenerlos tan incorporado, pero es un trabajo de todos sacarlo completamente.
¿Qué diferencia notás entre la cultura del freestyle que había en 2012 cuando empezaste, y la que se generó en la actualidad?
Los inicios estaban buenos porque en ese momento era extraño el mundo del freestyle y eso le daba cierta mística. Al principio odiaba que haya crecido porque lo veía simplemente como que se había llenado de caretas. Después me di cuenta que no era tan así porque mismo lo que uno piensa que en ese momento son caretas, después aprenden lo que es la cultura, se meten, les interesa y son los que después la terminan bancando. No tengo por qué juzgar a la gente que entra. Seguramente a mi también me pasó que me veían como un careta. Es un ciclo que se va dando y obvio que como todo lo que se expande se llena de gente que quizás no entiende bien la esencia de lo que es, pero también si es responsabilidad de los que estamos hace más tiempo intentar mostrar un poco de la esencia. Me parece muy loco el folclore que se generó en las plazas.
¿Crees que las redes sociales distorsionan el foco de lo importante en el freestyle?
Deforma lo importante y saca el foco de lo real. Como ahora todo se mide por ahí muchos piensan que son mejores freestylers que otros, o mejores raperos por la cantidad de de likes que tienen en Instagram o reproducciones en un tema. Yo le doy cierta importancia porque es de donde saco trabajo, porque mismo hoy las fechas te llegan por Instagram o los organizadores entran por ahí y te contactan, entonces es importante tener una red social si uno quiere laburar de esto, después el que no tiene me parece perfecto. A lo demás no le doy importancia, no estoy constantemente subiendo fotos como se podrá ver, subo alguna cada tanto e intento simplemente volverlo un lugar donde yo pueda transmitir información de qué voy a hacer y subir alguna otra foto que me guste pero no darle el centro de importancia a la red social o a la imagen. Aparte la imagen es lo que uno es. Intentar mostrar una imagen de que después en persona uno no es, para mi resta. Todo el mundo muestra lo que quiere mostrar y después en el cara a cara se encuentra con otra cosa y ahí no tenés ningún filtro para poner. A mi me gusta seguir por este lado de no aparentar nada porque eso se cae, la gente lo nota después y eso hace que muchos artistas pierdan credibilidad. Al mismo tiempo, no hay que menospreciar todo el crecimiento que se está dando a través de las redes. Hace que mucha más gente lo escuche, mismo hay personas que nunca nos hubiesen escuchado si no fuera por las redes. Gracias a eso yo hoy puedo hacer esta nota o miles de otras notas mostrando lo que hago y contando que proyectos musicales que se vienen. El Quinto Escalón, por ejemplo, se conoce en España y en Latinoamérica. Es muy loco que un fenómeno que creció en una plaza de 30 personas hoy reúna a 3 mil en el parque Rivadavia y a muchísimas más desde sus casas.
Hace unos días, Muphasa y Alejo comunicaron que El Quinto Escalón no se realizará más. ¿Qué opinión tenés sobre este espacio y de manera pensás seguir participando?
Yo justo venía pensando si seguir o no y ahora no tengo mucho más que preguntarme. Generaron un movimiento muy grande con mucha responsabilidad. Hay mucho trabajo por detrás, fuera de lo que es el domingo en el parque Rivadavia, que no se ve y que requiere de mucho esfuerzo. Cada uno tiene una visión diferente de lo que quieren para el proyecto. Muphasa anunció que va a arrancar con su propia competencia, que se va a llamar “VS.” y va a contar con otras disciplinas, como fútbol, tres vs tres, básquet callejero. Creo que se va a armar una movida linda cultural. Yo veré, a medida que pase el tiempo, si seguir compitiendo o no. Por ahora pienso cerrar el quinto que ya termina este mes. Además, el 11 de noviembre se va a hacer una fecha especial en el estadio Malvinas Argentinas, con competidores internacionales.
¿Estás con poco tiempo para dedicarle al Freestyle? ¿Cambió mucho tu rutina después de haber ganado el título?
Mi rutina no cambió tanto. Estoy estudiando la carrera formación del actor en la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático) de lunes a viernes, estoy ensayando con Bansai, una banda de rock en la que rapeo y estoy actuando en Por tu pelo, de jueves a domingos en el Microteatro.
¿Creés que la formación actoral te sirve para plantarte mejor arriba de un escenario cuando te toca competir?
La actuación y el freestyle en mi caso se combinan. Desde que empecé con el teatro, empecé a tener una sensación de libertad y de juego, que sentía que tenía por el freestyle, pero que me ayudó a poder expandirla mejor hacia el afuera. No sé si soy mejor frestyler o actor, supongo que frestyler porque soy campeón nacional, en cambio en el teatro no soy nadie. Son dos cosas distintas, son combinables pero no comparables.
Ya falta poco para que viajes a México a competir a la final internacional. ¿Tenés puesta la cabeza ahí o también pensás en los próximos proyectos para lo que queda del año y para el 2018?
La competencia de México me entusiasma mucho pero también tengo la cabeza en otros proyectos. Todavía no cerré nada porque estoy analizando el panorama con tranquilidad. Está la posibilidad de ir a España, a Costa Rica y a Perú, pero están en stand by por proyectos que pueden llegar a salir ahora en Argentina, como pueden ser fechas musicales con Banzai. Ya grabamos un tema y vamos a grabar el video en octubre. La idea es tenerlo para fines de octubre o principio de noviembre. Uno de los objetivos que tengo es concretar cada vez más temas para que pueda ir a un evento no solo a freestalyar sino que también a hacer mis canciones. Es algo personal de querer tener un proyecto musical que también se pueda expandir de todo lo que es únicamente la competencia. Estoy apuntando a vivir del arte, sea actuación, sea música. Sé que puede salir como no, pero por ahora me está yendo bien y quiero seguir apostando a esto. Mi sueño es poder vivir de algo artístico que realmente me llene y además pueda vivir. Y después, que la cultura del freestyle se pueda expandir, asentar, crecer y realmente tomar otra dimensión, un nivel mucho más grande.