Peces Raros se presenta hoy en la segunda edición de su propio ciclo llamado Algo Raro, donde llevan su concepto a nuestros oídos y así al resto del cuerpo, esa sensación envolvente donde hay algo que no termina y el resto de la gente cierra los ojos y baila. Hablamos con Marco, una de sus voces, guitarras y sintetizadores, quien nos contó sobre lo que se viene este fin de semana, como también lo que se viene más adelante para esta banda platense que no deja pasar inquietudes ni sensaciones, que ya se ponen a experimentar y empezar a pulir un lenguaje particular que los define en la escena musical contemporánea.
Esta es la segunda edición de Algo Raro, ¿de qué se trata? ¿Cómo son los preparativos al ser ustedes mismos los que la organizan?
El año pasado veníamos de tocar mucho en sitios de La Plata donde nos presentábamos habitualmente como Milton, que es un lugar que ya no existe, o Pura Vida, y básicamente lo malo de esos lugares era que nos empezaron a quedar medio cortos de estructura para lo que estábamos tratando de plantear, en cuestiones de sonido en primera instancia y también el lugar para la gente, los shows se estaban poniendo muy apretados y queríamos llevar lo que estábamos armando, que tiene mucho que ver con la música electrónica, a una estructura que se lo banque. Entonces encontramos un lugar que es “El nuevo rincón de los amigos” que está en La Plata, con un sonido de otra categoría, un espacio más amplio, una estructura más interesante para esto y decidimos generar el marco en el cual transcurra nuestra fecha como un evento un poco más integral, una fiesta en la cual nosotros podamos elegir y tener el control de todos los parámetros que configuran la fiesta y no ser solamente la banda que va a tocar. Entonces nos hicimos los productores de la propia fiesta en la cual tocábamos y materializamos la fiesta a la cual a nosotros nos gustaría ir de alguna forma bajo el nombre de Algo Raro. El año pasado fue el volumen 1 que tocamos con Morbo y Mambo. Los invitamos, vinieron y fue una fiesta genial, fue mucha gente. Hace mes y medio hicimos también una edición de Algo Raro en Mar del Plata, en un lugar alquilado, con una banda de allá que se llama PCC que hacen una música electrónica con batería y dos sintetizadores, muy cercanos a nosotros en algunos sentidos. Ahora se hace el volumen 2 de La Plata: invitamos a Telescopios de Córdoba que nunca vinieron acá. La idea era traer algo que en el circuito under no se pudiera ver regularmente, algo nuevo, algo raro justamente.
Hay un cambio radical de un disco a otro y así también en sus recitales. Abandonaron lo convencional para probar algo completamente diferente. Ya no la canción, aplauso, canción, sino algo constante. ¿Cómo viven ustedes la recepción del público en este nuevo formato?
Fue el proceso inverso al que uno esperaría, no fue que hicimos el disco y después salimos a tocar así, sino que habíamos sacado No, gracias y hubo un cambio en la formación. Uno de los integrantes se fue y quedamos Lucio, Benjamín y yo, y empezamos a buscar un cuarto integrante que agarre el bajo. En ese momento empezamos a componer algunas canciones que estaban más cerca de la electrónica en un montón de sentidos, porque estábamos justamente consumiendo esa música: estábamos yendo a fiestas, viendo DJs, escuchando sets; interiorizándonos en eso porque nos estaba interesando un montón. En la sala de ensayo se empezó a manifestar y de ahí lo llevamos al vivo. Al principio metido en un show de los temas de No, gracias aparecía un segmento de dos o tres temas nuevos que hoy están en Parte de un mal sueño enganchados, de ahí empezó a salir todo. Después el enganchado se empezó a hacer cada vez más grande y quedaron cada vez menos canciones afuera de ese formato, hasta que hoy el show comienza y termina, no hay ningún momento en el cual no estemos tocando así. Después de ese proceso terminamos de ver la necesidad de materializarlo en un disco porque la gente que no nos iba a ver o nos conocía a distancia, conocía el primer disco. Si en algún momento íbamos a otra ciudad, o tenían la oportunidad de vernos, se encontraban con otra cosa y pensamos que nuestra presentación debería ser para cualquiera que quiera escucharnos a distancia. Tiene que ser lo que somos y lo que estamos haciendo, que era esto, que es Parte de un mal sueño.
En este nuevo concepto sus primeras canciones no tienen lugar, ¿existe en ustedes cierta nostalgia o cómo viven esto de dejar algo atrás?
Honestamente lo vivimos como una necesidad, mas que como un problema, nosotros somos muy inquietos dentro de la sala y también arriba del escenario. Nos gusta experimentar, de hecho ahora en Algo Raro vamos a presentar, anticipadamente, algunas canciones nuevas que estuvimos trabajando. Una pequeña profundización del lenguaje que consolidamos en Parte de un mal sueño, porque justamente es como que estamos en la sala y siempre queremos crear algo nuevo y dejar algo atrás me parece que es necesario para poder decirle adiós a algunas cosas. Siempre tocamos alguna canción mas como un mimo al público que tal vez quiere ir a escuchar eso que como necesidad nuestra en todo caso. Generalmente es “No, gracias” con la canción que cerramos el show, porque si bien está atrás nuestro en términos de estética y sonido, está muy adentro nuestro en lo que tiene que ver con lo que significa la canción para nosotros, entonces la seguimos sintiendo muy nuestra y el público, aparentemente, también porque la recibe siempre muy alegremente. Pero no nos cuesta dejar atrás, de hecho nos cuesta no poder hacer lo que estamos haciendo ahora todo el tiempo… todo lo contrario.
¿Nos podés adelantar algo del nuevo disco? Hace poco apareció una nueva canción en el set que largaron…
Sí, el viernes vamos a mostrar dos canciones. Ese set lo hicimos en Mar del Plata que filmaron los chicos de Cuatro40, la canción se llama “Muertos de miedo” y es la primer canción que hicimos después de Parte de un mal sueño, muy cercana a la salida del disco. Estabamos en la sala, fue como una conjunción de dos ideas previas y después en el verano se le sumó una parte más y cerró como canción nueva y la metimos automáticamente en el show. Ya hay gente que la conoce y esto fue una oportunidad de poder registrarlo, así queda una versión audible para cualquiera que quiera escucharlo en cualquier momento del día. Ahora vamos a presentar, separado del set que hacemos como nuestro show formal, una o dos canciones más que llegamos a terminar de preparar de lo que va a ser el tercer disco, que por ahora, es una profundización de lo que ya veníamos haciendo en el segundo. Ahora no es un volantazo rotundo como podría interpretarse el cambio de No, gracias a Parte de un mal sueño, pero sí es una profundización, un enriquecimiento de ese lenguaje electrónico con cosas que tal vez estaban un poco inmaduras. Se podría decir que se abre más la cancha a momentos instrumentales, a un desarrollo más progresivo de las texturas. Tal vez en temas un poquito más largos aparecen algunos elementos o claves rítmicas un poco más cercana a la música latinoamericana que al rock, empezamos a jugar con esos colores que sentimos muy propios. Hay algún color del tango dando vueltas, alguna armonía, también con un beat y con una idea hipnótica y de repetición constante.
¿Cómo ves la movida musical de esta generación y dónde se ubican ustedes?
Yo me vine de Mar del Plata y me encontré con que en La Plata había una escena muy establecida, una estética que se podía respirar en cada recital al que ibas. Obviamente se puede respirar un montón de matices pero había como una cosa colectiva que se había gestado y estaba consolidada, que sigue estando y nosotros como que nunca entramos, nunca nos sentimos parte de nada en ese sentido. Pero ahora, en este último tiempo, nos hemos estado encontrando con bandas que han emergido, que tal vez no tienen que ver con nosotros estéticamente, pero que tenemos como una suerte de relación muy fraternal. Te puedo nombrar por ejemplo a los Reales, que acaban de sacar un disco que se llama Egotecnia, que si te ponés a escuchar, no tenemos mucho que ver pero somos muy amigos, nos van a ver siempre y nosotros a ellos. PCC es increíble, es un delirio, nosotros siempre jodemos con ellos diciendo que nosotros somos la parte rockera de la electrónica y ellos la punk de la electrónica, tienen esa rabia y desprolijidad que hacen que se forme un sonido muy de ellos, me encanta. Hay otras bandas que también están surgiendo que no nos une el sonido, sino más bien una humanidad, como un lazo mas personal. No veo una escena en términos sonoros, pero sí una en términos humanos y eso es más importante que consolidar un sonido. Ser todos compañeros entre nosotros, todos colegas, es más importante… y más en este momento.
¿Qué le espera a la banda de ahora en adelante?
En lo que queda de este año vamos a llevar nuestro show a todos los lugares posibles, tenemos una grilla con lugares que vamos a visitar por primera vez. También estamos proyectando algunas fechas en Rosario y Córdoba, por ejemplo de la mano de Telescopios. Igual que en Capital, donde no pisamos tanto, es un lugar que está tan cerca pero no fuimos tan seguido. Ahí también tenemos algunas buenas fechas programadas para más adelante compartiendo escenarios con bandas como Proyecto Gomez Casa, otra vertiente de la electrónica tocada en vivo y con Morbo y Mambo probablemente. La idea es salir lo más posible a tocar, así a fin de año nos metemos de lleno a grabar el tercer disco.