Genesis P-Orridge es una persona muy singular, con una mirada amenazante y misteriosa, una sonrisa abanico de ternura a sarcasmo, una energía enigmática y un intelecto desafiante. Hablar sobre Genesis P-Orridge es abrir el panorama musical a otros aspectos que nos van a ayudar a entender su experimento llamado Psychic TV.
Genesis P-Orridge forma Psychic TV tras el distanciamiento de su proyecto anterior Throbbing Gristle, banda pionera en la música experimental de los 70. Lo radical en Throbbing Gristle pasaba por lo literal que se tomaban la filosofía de la música industrial, donde el paraíso psicodélico rozaba el frío de las máquinas, su caos y destrucción. Llamaron a su sonido “anti-música”, y lo que hacían era más bien una fábrica de ruido. Su interés pasaba por la catarsis sonora y no por el entretenimiento, por reflejar a la industria musical en cuanto industria. Se interesaban en la emisión del caos social decodificado y apoyado en el azar más que en lo escrito. Su meta era el accidente y la trayectoria hacia esa meta. Psychic TV siguió el mismo concepto pero lo aplicó a todos los géneros.
Psychic TV se formó en la coyuntura de esa experimentación, ampliando lo destructivo y vanguardista de Throbbing Gristle. Su repertorio se mantiene al filo de lo abstracto pero con lugar para baladas emocionantes. Su discografía es muy amplia y los géneros siempre fueron portales para atravesar con un aguja y tejer nuevos sentidos. Psychic TV es música conceptual porque trabaja con el engranaje de las estructuras. Como en su banda anterior, Genesis quería revelar la mano de obra de lo experimental y sumarle grandes dosis de oscuridad y ocultismo.
En 1986 Psychic TV se embarcó en un proyecto extremista de publicar un disco en vivo cada día 23 a lo largo de 23 meses. No se llegó a puerto, pero sí a los 17, lo que les sirvió para obtener un récord Guinness (algo que ni les importó). Psychic TV coqueteaba todo el tiempo con el simbolismo, incluso hicieron su propia biblia. Su obsesión con el número 23 apuntaba a su acercamiento con el escritor William Burroughs y sus escritos sobre los enigmas de este número, que inspiraron la trilogía de Illuminatus de Robert Wilson. Burroughs un día conoce a un capitán que se apellida Clark, que le cuenta que estuvo 23 años navegando sin ningún accidente. La misma noche que lo narra, se muere. Y a la vez, en otra parte, un avión se estrella, su piloto también se apellida Clark y el vuelo era el número 23. Esto lo lleva a buscar montones de combinaciones que en la suma de sus dígitos daba como resultado este número maldito.
Psychic TV es también un proyecto de ciencia ficción, tan literario como los de Burroughs y Wilson. Su obra se puede leer en distintos sentidos, ya que existen hazañas que no deben olvidarse al escuchar su música. El puente entre Throbbing Gristle y Psychic TV es el crecimiento de varias obsesiones que condujeron a Genesis a sentirse una especie de chamán. La idea de la banda como una secta estaba presente, y su admiración por Charles Manson la llevó a iniciar el Templo de la Juventud Psíquica, con la intención de traducir su conciencia en distintas atmósferas sonoras que tomen un carácter y vitalidad ritualista.
Existe una película muy extraña de ciencia ficción llamada Decoder (1984) dirigida por Muscha, director maldito alemán de la escena punk cercano a la banda Einstürzende Neubauten. La película retrata a una sociedad dominada por los sonidos y obligada a alimentarse en una cadena multinacional de comida rápida, mientras afuera todo es caos apocalíptico. Decoder incluye una pequeña participación de William Burroughs, y también de Genesis P-Orridge como líder de una secta. El protagonista de esta distopía es un decodificador de sonidos que empieza a traducir y descubrir los métodos de dominación en la sociedad.
Psychic TV es una banda muy completa, pero querer clasificar su sonido en géneros sería contradictorio: lo que hacían era una mezcolanza de todos los géneros populares. La contingencia era la canalizadora de su música, y creían en que la verdadera magia surgía del fuego de lo ceremonial. Por eso los 23 discos de su proyecto necesitaban ser en vivo, ya que era en sus recitales donde lo pagano adquiría un valor constitutivo. Psychic TV apostaba al trance psicodélico en todas sus ramificaciones, a un trance hipnótico y no celestial, que devele las estrategias de lo artificial. Sus shows estaban repletos de ruido blanco y sonidos transmisores del caos. Esa forma, en cierta medida, era el lenguaje de la liberación por medio de la abstracción inmediata.
El repertorio de canciones de Psychic TV es una selva de cemento con autopistas que apuntan a todas partes. “Just Drifting” es una melodía hermosa que dedica a su hija Caresse. A la vez, Caresse canta un cover hipnótico de Jimi Hendrix, “Are You Experienced?”. Otras canciones te erizan la piel como “White Nights”, con su armonía y sonido de metralletas. Hay piezas electrónicas extasiadas como “Wicked”, que invoca un trance oscuro a través de sintetizadores y samples. Hablando de samples, “Je T’Aime” es una relectura melancólica de la canción popular de Jane Birkin y Serge Gainsbourg, “Je t’aime… moi non plus” (en su video de YouTube se ve una foto de la pandilla de Genesis con las remeras de Manson). Genesis P-Orridge es una persona frenética, extrema, incendiaria y amoral. Atravesó las barreras impuestas en todos los sentidos de la palabra género, tanto en lo que se refiere a lo musical como a lo sexual. En los 90 eligió cambiar de sexo con el deseo de ser igual a su esposa, Lady Jaye. Ambas se sometieron a muchas cirugías plásticas y muchas veces se vestían idénticas. En 2007 Jaye muere y Genesis le dedica “After You’re Dead, She Said”, en uno de sus últimos discos titulado Snakes.
Sus discos incluyeron técnicas de las más variadas. Un recurso muy utilizado era el de los cut-ups, también inspirado en Burroughs, donde los cortes en el montaje por azar le otorgaban un nuevo sentido a las partes. Y es esta técnica la que resume el objetivo del proyecto de Psychic TV: darle un nuevo sentido a las cosas a través de conexiones arbitrarias. La misma taxonomía aparece en el enigma del número 23, donde se eligen hechos aislados que la daban un valor al símbolo. Esa conexión entre todo, esa ruta, ese accidente, es lo que le dio fuerza al proyecto.