El arte digital ha pasado por muchas fases a medida que avanza la tecnología, pero siempre había tenido un problema bastante grande que difuminaba su valor, a pesar de que es realizado por personas con un gran talento. Este problema radica en que una pieza de arte, bien sea una imagen, un audio, un video o incluso un videojuego, es posible copiarlo y distribuirlo sin permiso del artista en cuestión.
Es por ello que la evolución del arte digital debe apuntar a un fortalecimiento de la propiedad intelectual: bajo esta idea nace el NFT, o Non-Fungible Token, una nueva idea basada en los contratos inteligentes de Ethereum en el cual se toma un archivo y se convierte a un formato que es imposible de replicar a menos que el propietario te de permiso.
Bajo el mismo concepto Blockchain bajo el que funcionan las criptomonedas, la red NFT respalda los contratos inteligentes, haciendo cada vez más segura la red a medida que más usuarios se conectan a ella. De este modo, si cualquier artista crea un NFT de alguna pieza valiosa de su autoría, lo que hará será que su valor se incremente, pero ¿Por qué?
El concepto de propiedad en el arte
¿Qué hace que un cuadro se venden por millones de dólares? No es la obra en sí, porque, de hecho, hoy en día existen piezas de arte que, para los no conocedores no vale un centavo, pero para quienes saben de arte son piezas increíblemente valiosas, porque las creó un artista de renombre y el cuadro en cuestión lleva su rúbrica original.
Este mismo concepto es aplicado a los NTF, piensa en ellos como en una foto firmada por un jugador de la NBA muy famoso, imagen que de seguro un coleccionista estará dispuesto a pagar miles de dólares para que accedas a deshacerte de ella y dársela a él.
Así mismo, el NFT incrementa no solo su valor, sino también el valor de la tecnología que lo hace posible, como lo es la tecnología de contratos inteligentes proporcionada por Ethereum, moneda que, a medida que el formato NFT gana popularidad hace que la moneda también gane valor. Es por ello que la introducción de los NFT al arte es una buena noticia, y no solo para los artistas digitales, sino incluso para quienes apuestan por Ethereum.
¿Qué dicen los detractores?
Como toda idea revolucionaria, existen personas que no terminan de comprarla. Los detractores de los NFT alegan que se trata de una burbuja que está próxima a reventar, otros de plano dicen que el arte digital ni siquiera es arte, por las mismas razones por la que en el siglo pasado se consideraba que las películas no eran arte y de la misma forma en la que muchos creen que los videojuegos, el CGI o cualquier imagen que sea creada a través de un programa informático no es arte.
La principal ventaja del NFT para la propiedad intelectual
Los NFT traen una gran ventaja para los creadores de contenido digital de cualquier índole, se consideren o no artistas: y es que cualquiera puede crear uno de lo que sea, siempre y cuando sea de su propiedad intelectual. La conversión de archivos a NFT entró en tendencia este año, aunque la tecnología ya existía desde la creación de la criptomoneda Ethereum que, a su vez, funciona con un sistema que ya existía desde antes, el Blockchain, que nació con Bitcoin y hoy en día está en boca de todos.
Los NFT, al no ser replicables, son piezas únicas, incluso si la obra puede ser vista gratis en cualquier otro sitio. Es como si hicieras una copia exacta de, por ejemplo, la Mona Lisa, trazando exactamente las mismas pinceladas que dio Da Vinci en su momento: sin importar que el cuadro sea idéntico, no es el original, no es el que creó Da Vinci, y definitivamente no valdrá lo mismo, aunque alguien te lo quiera vender como original.