Por más que el black metal haya nacido envuelto en una neblina de violencia, nihilismo y corpse paint, su historia es mucho más que una colección de leyendas escandinavas mal contadas. En su médula, es una música de extremos: espiritual y blasfema, incendiaria y delicada, primitiva y filosófica.
Como una fotografía recién velada, lo que primero parece un ruido ininteligible finalmente se termina revelando como una intensidad humana rara vez explorada por otros géneros. Es en ese claroscuro donde el black metal encuentra su forma más pura.
A continuación recopilamos tres bandas esenciales que definieron el black metal y lo empujaron hacia nuevas fronteras.
Mayhem
Ninguna otra banda carga con tanto peso simbólico como Mayhem. Fundadores involuntarios de una escena, estos noruegos no solo escribieron las primeras reglas del género sino que también las rompieron. De Mysteriis Dom Sathanas (1994), su obra cumbre, es al mismo tiempo una invocación y una elegía: riffs que se arrastran como sombras por catacumbas, una batería que parece imitar el galope de jinetes apocalípticos y la voz inconfundible de Attila Csihar.
Darkthrone
En un giro que podría parecer irónico si no fuera tan purista, Darkthrone definió el black metal abandonando el death metal. Con A Blaze in the Northern Sky (1992), Fenriz y Nocturno Culto instalaron un nuevo estándar: producción lo-fi como declaración de principios, estructuras repetitivas como mantras congelados.
Emperor
Si Mayhem es la carne cruda y Darkthrone el esqueleto, Emperor es el cerebro. In the Nightside Eclipse (1994) introdujo teclados como órganos góticos en una catedral abandonada, estructuras sinfónicas que parecían venir más del post-romanticismo que del punk.