La historia de la música popular está marcada por los esfuerzos de las grandes estrellas para usar su arte como vehículo del cambio social. Desde festivales legendarios como Live Aid y Farm Aid hasta singles solidarios que movilizaron a millones de personas a ayudar, el rock clásico y el pop siempre fueron plataformas de esperanza y acción. Entre estas iniciativas, tres canciones se destacan como himnos que intentaron salvar al mundo, reuniendo a supergrupos de artistas para una causa mayor.
“We Are the World” – USA for Africa (1985)
Si hubo una noche que condensó el poder de la música como fuerza solidaria, fue la que dio origen a “We Are the World”. Bajo la dirección de Quincy Jones y la pluma de Michael Jackson y Lionel Richie, más de 45 artistas legendarios se congregaron para grabar este tema, destinado a aliviar la hambruna en Etiopía. El resultado no solo fue un éxito masivo, con más de 20 millones de copias vendidas, sino también un emblema cultural que sigue resonando incluso décadas después.
“Do They Know It’s Christmas” – Band Aid (1984)
Un año antes de que “We Are the World” rompiera récords, el colectivo británico Band Aid presentó “Do They Know It’s Christmas”. Bob Geldof y Midge Ure reunieron a figuras como Sting, Bono, George Michael y Boy George para crear este single destinado a combatir el hambre. Aunque la intención fue loable, la canción enfrentó críticas debido a su tono condescendiente y una composición que algunos consideraron simplista. Sin embargo, su impacto inicial fue innegable: recaudó millones y abrió la puerta a iniciativas benéficas globales como Live Aid.
“What’s Going On” – Artists Against AIDS Worldwide (2001)
Marvin Gaye escribió “What’s Going On” en 1971 como un lamento por la injusticia social, pero su mensaje trascendió generaciones y contextos. En 2001, una versión colectiva reunió a un supergrupo compuesto por Destiny’s Child, Backstreet Boys, Britney Spears, Alicia Keys, Michael Stipe y otros para recaudar fondos contra el sida y apoyar a las víctimas de los ataques del 11 de septiembre. Si bien no alcanzó la icónica popularidad de sus predecesoras, esta reinterpretación demostró que el poder de una canción puede ser un catalizador para el cambio.