Cuando se habla de deportación es fácil pensar en criminales peligrosos enviados de regreso a su país de origen, o en inmigrantes sin documentos expulsados de países con leyes estrictas en materia migratoria. No obstante, hubo artistas famosos deportados por motivos de toda índole. A continuación, tres músicos que pasaron por esta incómoda situación.
Joe Cocker (Australia)
Durante su visita a Australia en 1972, el nacido en Sheffield se ganó el apodo de “El perro rabioso”. Durante ese año, él y cinco miembros de su equipo fueron detenidos por la policía en Adelaide por posesión de marihuana. Les cobraron una multa de 300 dólares a cada uno y tras ello pudieron seguir tocando.
Pero los problemas de Cocker con la ley no terminarían allí, pues días más tarde, tras un recital en Melbourne, el rockero y su novia se involucraron en una pelea en el vestíbulo del hotel donde se hospedaban. Fue entonces cuando las autoridades le dieron 48 horas para salir de su territorio. Lógicamente, los fans del ídolo estaban bastante conmocionados y la prensa habló de este asunto por un largo rato.
Cat Stevens/Yusuf Islam (Estados Unidos)
El ícono folk no es ajeno a las controversias, pero en 2003 tuvo uno de los momentos más complicados con la justicia. El vuelo que lo llevaba desde Londres hacia Washington D.C. fue desviado por las autoridades para aterrizar en Bangor, Maine. Según señaló un portavoz del organismo de Seguridad Nacional, había “preocupaciones sobre los vínculos que él podría tener con posibles actividades relacionadas con el terrorismo”. Como era de esperarse, los prejuicios estaban motivados por la conversión del artista a la religión islámica.
George Harrison (Alemania)
Durante sus comienzos, los Beatles tuvieron una residencia en Hamburgo, Alemania. No obstante, en 1960 el gobierno germano se dio cuenta de que Harrison tenía apenas 17 años, así que le pidieron que abandonara el país por ser menor de edad y no contar con la autorización de sus padres o tutores para salir de su Inglaterra natal.