Por más que la música de The Cure esté conformada por sintetizadores brumosos, bajos contundentes y letras teñidas de una desesperanza romántica, la composición empieza con la guitarra. Y aunque Robert Smith nunca fue un guitarrista virtuoso en el sentido técnico, su forma de tocar ayudó a definir una estética entera.
Detrás de esa filosofía creativa se esconden cuatro grandes nombres que moldearon su identidad musical: artistas/bandas que le enseñaron que la emoción, más que la destreza, es el verdadero corazón del instrumento.
1. David Bowie
Smith siempre se sintió fascinado por los primeros discos de David Bowie. Más allá del personaje, lo que lo atrapó fue el trabajo de guitarra rítmica en Hunky Dory. Si bien Bowie no era un virtuoso del instrumento, sabía cómo hacer que una progresión sencilla se sintiera poderosa. Esa capacidad para transformar acordes simples en paisajes complejos marcó a Smith para siempre. "Bowie es un guitarrista subestimado”, dijo reivindicando ese costado menos celebrado del artista.
2 y 3. The Beatles y The Rolling Stones
Smith declaró que en su niñez escuchaba los primeros singles de The Beatles y The Rolling Stones, donde la guitarra tenía un rol protagónico. No tenían muchas vueltas, pero se elaboraban con melodías irresistibles y progresiones con sentido. Esa economía de recursos fue algo que The Cure heredó, especialmente en canciones como "Just Like Heaven". Su riff principal encierra el mismo espíritu de simpleza.
4. Jimi Hendrix
De forma casi inevitable, y como todo guitarrista curioso, Smith se cruzó con Jimi Hendrix. Tenía ocho o nueve años cuando su hermano mayor lo hizo escuchar por primera vez al genio de Seattle. Mientras otros chicos intentaban replicar sus solos, Smith se enfocó en otra cosa: la forma en que Hendrix dejaba que los acordes respiraran. "Pensé que la manera en que dejaba sonar las notas era rara y sonaba realmente bien. Hendrix marcó el tono de todo lo que hago”, dijo.