Hay discos que marcan un antes y un después en la carrera de un músico. Uno de ellos es Slow Train Coming de Bob Dylan, una obra un tanto perdida en la discografía del artista que hoy cumple 45 años de su lanzamiento.
Publicado en agosto de 1979, este disco está marcado por la conversión de Dylan al cristianismo, un hecho que sorprendió tanto a sus fanáticos como a la prensa de aquel entonces, y que quedó registrado en las canciones de este LP.
A continuacion, repasamos Slow Train Coming con cinco datos y curiosidades clave.
La reinvención de Dylan y su incursión en la fe cristiana
Los meses previos a la salida de Slow Train Coming no fueron nada fáciles para Dylan. El músico venía de recibir algunas de las críticas más duras luego de Street Legal y su carrera había empezado a tambalear. Como si fuera poco, estaba atravesando el divorcio de su exesposa Sara y todo parecía ponerse peor, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Esa vulnerabilidad lo llevó a buscar ayuda en otros lugares y fue así como, después de recoger una cruz de plata que un fanático le había arrojado al escenario durante un show, sintió que su única salida de ese pozo era a través de la fe cristiana. El músico, que había sido criado en la religión judía, confesó haber tenido una visión reveladora que contribuyó a su conversión mientras se hospedaba en un hotel de Tucson:
“Jesús se me apareció como Rey de Reyes y Señor de Señores. Había una presencia en la habitación que no podía ser otra cosa que Jesús… Jesús puso su mano sobre mí. Fue algo físico. Lo sentí en todo mi cuerpo. Sentí todo mi cuerpo temblar. La gloria del Señor me derribó y me levantó”.
Un nuevo sonido
Uno de los motivos principales por los que Street Legal fue tan criticado fue por su mala calidad de sonido y producción. Con Slow Train Coming las cosas fueron diferentes. Para este disco, Dylan alquiló los renombrados estudios Muscle Shoals en Alabama y convocó a Jerry Wexler para su producción.
“Lo que él quería era un sonido de funk más elaborado y grande, algo que no tenía en sus discos. Quería un poco más de precisión, un poco más de aporte musical. Era algo que sentía que ya era hora de hacer”, dijo Wexler en una entrevista con Ted Fox. El resultado fue un sonido detallado y pulcro.
Una banda de estrellas
Dylan también se propuso tener a los mejores músicos para el disco. Con eso en cuenta, convocó a Mark Knopfler -líder, cantante y vocalista de los Dire Straits- para que tocara las guitarras principales del LP.
Para las sesiones de grabación, el músico mantuvo a sus coristas Helena Springs y Carolyn Dennis y contrató a Tim Drummond como bajista. Por recomendación del propio Knopfler, terminó llamando al baterista de Dire Straits, Pick Withers, y luego se sumaron el tecladista Barry Beckett y los Muscle Shoals Horns para la sección de vientos.
La fe como la inspiración matriz
Otro aspecto destacado de Slow Train Coming son las canciones: composiciones de una interpretación y una vulnerabilidad conmovedoras, sobre la alegría y lo bien que se siente con su nueva fe. “I Believe in You” y “When He Returns” son un claro ejemplo de ello y presentan a Dylan cantando con emoción sobre su revelación.
Su recepción: un éxito inesperado
Slow Train Coming fue bien recibido tanto por la crítica como por el público, alcanzando un notable éxito comercial. El álbum llegó al número 3 en la lista de Billboard 200 y fue certificado platino en Estados Unidos por la RIAA. Aunque recibió críticas mixtas en cuanto a su contenido espiritual, fue elogiado por su producción y por las actuaciones de los músicos colaboradores.