Anya Taylor-Joy es una de las actrices más importantes del Hollywood actual. La joven actriz ya cuenta en su filmografía con un puñado de películas y series exitosas y se prepara para el estreno de Furiosa, la precuela de Mad Max: Fury Road que llegará a los cines en mayo de este año.
Taylor-Joy interpretó personajes tan disímiles como desafiantes: la joven genio del ajedrez en Gambito de dama; una amante de la moda que descubre que puede viajar en el tiempo en El misterio de Soho y un personaje de Jane Austen en el film de época Emma. De todos modos, hubo una película que resultó inquietante para ella.
Se trata de La bruja (2015), en la que interpreta a una niña que está conectada a la brujería y al demonio. Este escalofriante film es la ópera prima de Robert Eggers y uno de los mejores del género de los últimos años. Sin embargo, para la actriz fue verdaderamente traumático enfrentarse con el resultado final.
Por qué se sintió devastada
Si bien Taylor-Joy estaba al tanto de que estaba filmando una historia terrorífica, cuando vio el corte final pensó lo peor. Así lo declaró a The Hollywood Reporter: “Rob nos mostró la película unas dos horas antes del screening para el público, y yo estaba devastada. Creí que nunca volvería a trabajar; me da escalofríos pensar en ella“.
La bruja es una película de gran carga psicológica que sucede en un bosque que suma a la atmósfera del miedo. Taylor-Joy desempeña un papel difícil de olvidar por los escalofríos que transmiten sus expresiones y cómo se va transformando conforme avanza el relato. Afortunadamente, la carrera de la actriz no se terminó ahí, ya que la cinta logró impulsarla.