Los Beatles fueron un fenómeno sin igual. Además de su música, el cuarteto de Liverpool llegó como una revolución cultural alrededor del mundo, cautivando a generaciones enteras con su identidad, humor y carisma. En sus primeros años de fama, el fanatismo fue tal que originaron la llamada Beatlemanía, algo que les fascinaba y molestaba en partes iguales.
Sin embargo, toda esa adoración muchas veces los incomodaba de manera visible. Para el bajista y compositor Paul McCartney, quien recibía la mayoría de los halagos, ser conocido como “el Beatle lindo”, un apodo que lo acompañó durante muchos años, no era nada cómodo. Es más, lo odiaba.
En una entrevista con The Daily News en 1989, varios años después de la disolución de la banda, McCartney confesó:
“Me siento cómodo con que la gente aún me vea como ‘El Beatle’ (…) Pero no me siento cómodo siendo ‘El Beatle lindo’. Realmente nunca pensé que era ‘lindo’, aunque supongo que algunas personas así lo piensan (…) A medida que envejeces, salen a relucir las imperfecciones”.
La realidad es que el cantautor nunca logró sacarse el apodo de encima. “Odiaba eso“, dijo Paul en el programa The Howard Stern Show en 2020, en relación a cómo cada uno de los Beatles había sido etiquetado con un determinado mote por la prensa (vía Ultimate Classic Rock).
Mientras George Harrison había recibido el apodo del “Beatle tranquilo” y John Lennon el de “Beatle ingenioso”, Paul se quedó con el de “lindo”. “Yo decía: ‘¡No, no lo soy! No me llamen así. ¡Odio eso!’ Pero una vez dicho, ya se queda pegado“, concluyó.