Muchas de las canciones de The Beatles guardan anécdotas detrás y “Fixing a Hole” no es la excepción. Escrita por Paul McCartney y producida por George Martin, la pista se incluyó en el octavo disco de los Fab Four, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y nació en una época en la que Macca se encontraba consumiendo LSD.
“En esa época, cuando cerré los ojos, en lugar de haber oscuridad había un pequeño agujero azul”, contó Paul en su libro de 2021, The Lyrics: 1956 To The Present. “Era como si algo necesitara un parche. Siempre tuve la sensación de que si pudiera acercarme y mirar a través de él, encontraría una respuesta”.
“El hecho es que la influencia más importante acá no fue ni siquiera la idea metafísica de un agujero, que mencioné antes, sino este fenómeno absolutamente físico, algo que apareció por primera vez después de tomar ácido. Todavía lo veo de vez en cuando y sé exactamente qué es. Sé exactamente qué tamaño tiene”, agregó.
Sin embargo, el origen del track no es lo único llamativo de él, sino también lo que ocurrió durante su grabación, cuando Paul se cruzó con una persona que afirmaba ser el mismísimo Jesucristo y terminó presenciando una de las sesiones de los Beatles. En su libro Many Years From Now, Macca contó:
“Un tipo llegó a mi puerta y le dije: ‘¿Sí? Hola’, porque siempre solía responderle a todo el mundo. Si eran aburridos, les decía: ‘Lo siento, no’, y generalmente se iban, pero este hombre me dijo: ‘Soy Jesucristo’. Le contesté, un poco sorprendido: ‘Uy, bueno, será mejor que entres’, aunque pensé: ‘Bueno, probablemente no lo sea. Pero si lo es, no seré yo quien lo niegue’. Entonces le di una taza de té y simplemente charlamos, hasta que le consulté: ‘¿Por qué creés que eres Jesús?’. Solíamos recibir a muchas personas que tal vez eran inseguras o estaban pasando por crisis emocionales o lo que fuera. Entonces dije: ‘Tengo que ir a una sesión, pero si prometes que vas a estar muy callado y te vas a sentar en un rincón, puedes venir’. Y así lo hizo, vino a la sesión, se sentó muy callado y nunca más lo volví a ver. Lo presenté a los chicos. Ellos me preguntaron: ‘¿Quién es este?’. Y yo les dije: ‘Es Jesucristo’. Nos reímos un poco por eso”.